LEYENDAS DEL ROCK, Una imagen, una sensación, una reflexión.

Kikemaiden.

Han pasado unos días desde que el Leyendas del rock daba sus últimos acordes con El Reno Renardo cerrando un gran festival. Era el de la vuelta, el del reencuentro. Dos años en blanco, en días casi tres entre la edición del 2019 y la del 2022. Y a pesar de ser un festival con bastantes defectos, en conjunto sigue siendo para servidor el de mejor calidad precio a nivel nacional.
Llevo acudiendo a éste festival desde el 2011, año en el cual parece ser que estuvo a punto de no realizarse por problemas en el lugar que se hacía (San Javier, Murcia), y que de forma milagrosa y en modo de urgencia se acabo llevando a Beniel (Murcia). Una edición digamos de mínimos donde gracias a la aparición de una banda como Epica me animaba a acercarme por allí junto a mi compañero de fatigas José Sande.


De todos los años que llevo acudiendo me he quedado con muchos momentos imborrables, incluso podría retratar imágenes mentales que serían buenos ejemplos de lo que es este festival; niños pequeños con sus cascos de protección a hombros de sus padres, familias enteras como si estuvieran de vacaciones cambiando el apartamento y la playa por tiendas de campaña y el cesped de un campo de fútbol, en un festival y con la música que aman, cantidad de jóvenes que cada vez van aumentando su número a cada año, o gente que vuelves a ver año tras año…pero de todas esas instantaneas me quedo, con una de este que acaba de terminar.

Era el viernes, mi segundo día de festival, el de presentación no pude ir por motivos de trabajo, miles de personas ya estaban disfrutando de gran cantidad de bandas en los escenarios, tomando sus cervezas, comprando sus camisetas o simplemente reencontrandose con viejos amigos y hablando entre ellos, el sonido de los altavoces retumbaba con todo su poderío, en la carpa de al lado de los escenarios colas infinitas servían para que seguidores pudiesen tener una foto o la firma de sus idolos, era para nosotros la hora de cenar tras disfrutar de un buen número de bandas y había que reponer fuerzas. Y mientras nos apoyabamos en la barra para pedir nuestros bocatas, al fondo, sentado encima de un montón de cajas, rodeado de un pequeño grupo de gente de aspecto mundano, un hombre con pantalon corto, camiseta que recuerde era roja , y gorra vieja de tener posiblemente varios años, disfrutaba de un bocata mientras comentaba con la gente de alrededor aspectos desconocidos para mi persona. El hombre parecía que hubiese aparcado su tractor cerca del lugar donde estaba, y que, en poco tiempo al terminar su bocata reanudaría su marcha para volver a su lugar de trabajo, un almacen o granja segun mentalmente me podía hacer la idea. Pero no, yo sabía exactamente quién era, ese hombre era Marcos Rubio, creador del festival del cual llevo yo disfrutando más de una década y que, también anteriormente realizó el Lorca Rock y algunas cosas más. Personaje que independientemente de lo que muchos puedan decir de él y de su festival o conciertos que pueda realizar, hace que gran parte de la comunidad metalera disfruté de muchas bandas a las que amamos. Esa imagen se me quedará grabada en la memoria, porque si el Leyendas siempre ha significado para mí el momento clave del año como culmen de mi vida rockera, ese momento fue la identificación total con el festival. La empatización completa de algo con lo que ya estaba unido para el resto de mi vida. Y si hasta ese momento el Leyendas me hacía sentir respetado y no estafado como seguidor de esta música, haciendo que no me importasen las bandas que pudiesen ir para acudir cada año al respectivo festival, esa imagen, fotografía mental o instantanea Platónica ha hecho que mi identificación total con el nombre de Leyendas del Rock definitivamente pase a ser parte de mi ADN. El futuro nadie lo sabe pero ese momento no me lo quita nadie. Un momento sin importancia, una imagen en el fondo inútil, pero que a la vez lo significa todo.
No dicen que una imagen vale más que mil palabras…


Respecto al festival que acaba de terminar hace pocos días, por supuesto tiene cosas que mejorar, pero los aspectos positivos son tantos que sé que poco a poco irán mejorando y, que mí única esperanza es que siga como lo que es en el sitio que está. No le hace falta crecer más de gente, ni siquiera quiero que vayan bandas grandes, me gusta el festival mediano y familiar que es, con precios más accesibles que el resto de los grandes, con esa ubicación en Villena que en días calurosos se puede soportar, que se ve bien donde estés, y un pueblo que se ha volcado con el Leyendas, convirtiéndose prácticamente en uno sólo durante cuatro días, con conciertos acusticos y una oferta gastronómica interesante y no cara como una capital. Recordemos que a la semana siguiente se realiza el festival Rabolagartija de músicas más alternativas y que aunque está realizado por los mismos, no cuenta con el mismo cariño del pueblo que el Leyendas. Algo más que confirmado por la gente del pueblo a pesar de ser más rentable económicamente éste Rabolagartija.


Mucha gente pensará que deberían crecer, traer grandes nombres, o incluso cambiar de ubicación, pero mi pensamiento es el comentado. Y la imagen que os he narrado de Marcos es para mí el ejemplo de lo que es hoy en día el Leyendas del rock.


No os voy a dejar mis opiniones sobre los grupos y como fue el festival musicalmente, ya hay muchos medios que os lo explicarán mejor , siempre desde un punto de vista subjetivo y de gustos, yo sólo quería daros mi sentimiento de lo que es el Leyendas para mi, lo que significa ir cada año, y lo que espero será el resto de mis días lo que dure.


Desconozco los cachés que pagan a las bandas, si respetan a las bandas nacionales pequeñas en trato y económicamente, si a los trabajadores no los machacan a horas y mal remunerados, desconozco mil cosas del festival. Pero el ser humano se mueve por sensaciones, por chispazos que nos hacen sentir bien o mal, tener malos presentimientos o creer que lo que se ve o tienes delante no es lo que parece, sin embargo esa imagen me traslado una sensación tan positiva que necesitaba darla de manera escrita a la gente que pueda leer este pequeño texto.


Antes de finalizar dar las gracias a la gente que me acompañó este año al Leyendas: José Sande ( mi compañero del alma, que me lo soporta todo), Oriol ( por más años y que no mees tanto que te pierdes las bandas), Javi Piru y Félix ( A ver si el año que viene son más días y te fijas bien en el cartel), Javi Carni e Inma ( Casi no estuvimos juntos, a la próxima), y sobre todo a Nati y María, dos jovenzuelas con todo el futuro del mundo y que han hecho que a estos abueletes del rock nos salte el corazón de alegría ante la pasión y amor que desprendeis por esta música con apenas 20 años. Me alegro volver a ver a Pablo Mayoral y David Esquitino de Corsarios del metal, a la gente de Santuari ( Nos faltó poder estar más tiempo juntos, lo arreglaremos), a Miguel Cifre ( como todos los años, nos vemos dos minutos), a Pablo Leonangeli y Joan Gilabert ( ya tenéis vuestras camisetas, os la merecéis) , a Javi Industrial (Mind Driller, Hasswutt) y Yeray (Ayra, Tete Novoa) por los ratitos de charla, y a los que no pude ver que sabía estaban allí y a muchos más…
Como dice un tipo que a veces tienen razón y a veces habla demasiado…
SOIS LEYENDAS!!!

Las fotos estan la mayoría extraidas del Facebook de Leyendas del rock oficial.

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