Crónica CRUCIFUCKED + VOUL + HARD & CHEAP (04/11/2022). Sala Barracudas/Madrid.

Texto y fotos Juan Carlos lopez.

En un fin de semana plagado de eventos ilusionantes, comenzamos asistiendo a la sala Barracudas de Madrid para encontrarnos con estas tres bandas; Crucifucked, Voul y Hard & Cheap; que conformaban la noche, con una oferta de propuestas musicales variadas pero coherentes. Sin estar la sala llena, se sentía el calor del público y es que, esa es la magia del underground en salas pequeñas, la cercanía y la comunicación con el escenario. La cita era un poco tarde, apertura de puertas a las 21:30. Ni tan mal, porque facilita llegar a la sala sin tantos agobios, como estamos viviendo en otras citas que menudean cada vez más y que comienzan a la hora de la siesta.

¡Comienza el espectáculo! Los madrileños saltan al escenario decididos a perforar nuestros tímpanos con su hardcore/punk directo, salvaje y desbocado. Víctor, un lujazo de batería; espídico, potente y eficaz; lleva en volandas al resto de la banda. La guitarra de Javi, sin concesiones al lucimiento personal ni a lo accesorio, colgada bien abajo para rasgar con todo el alma las cuerdas de su Gibson Les Paul. Jorge al bajo, el más sobrio de los cuatro marca las tónicas con seguridad y solvencia, con expresión hierática de concentración y tranquilidad. Finalmente Feddo, una fuerza de la naturaleza que escupe las letras al público, se desgañita y marca la vena del cuello como si le fuera a reventar, de principio a fin. Frontman con fuerza y tablas.

Hard & Cheap es de los tres, quienes tienen un estilo más decididamente punk (hardcore). No son unos recién llegados precisamente. Vienen curtidos en diversas bandas del gremio, así que saben lo que se traen entre manos y han venido a demostrarlo. En algo de espacio que queda delante del escenario (aún no ha accedido al local todo el público), desde el primer acorde, algunos devotos están bailando el “boogie, boogie” y pasándoselo como se debe pasar. Tanto, que nos contagia su buen rollo. Pero el set no es muy largo y lo hemos pasado en grande con lo que el tiempo ha volado y la actuación debe llegar a su fin ¡sin casi enterarme!. Banda ésta, refrescante y divertida ¡Empezamos bien!

Descansito para comentar, darle un poco de gusto al cuerpo y poco más; porque vienen y lo hacen arrasando, con su extremo Grind Sludge; Voul. Banda, también madrileña, de reciente formación pero con dilatada trayectoria de sus miembros, que cuentan con la edición de una demo, cuyo parto final fue en noviembre pasado. Se nos presentan como una formación de tres. batería y voces para Edu (Orcahammer), Bajo para Sataniel y en la guitarra Vergara.

En general, ofrecen una imagen muy compacta sencilla pero muy efectiva. Música muy directa y oscura, que te lleva a unos terrenos sonoros muy blackers y ásperos, inspirando una atmósfera de desesperanza, dolor y desconsuelo que se transmite con un ritmo de funeral, lento y profundo, en el que le bajo marca las notas con soberbia presencia y la guitarra, del mismo modo, suena siniestra en las partes saturadas y quizá un pelín ligera en las limpias, debido seguramente a la naturaleza brillante de la Telecaster. Las voces basadas en gritos, a cargo del percusionista que da para ambas cosas con sorprendente facilidad y soltura. Ya quisiera yo hacer dos cosas a la vez y bien…

A pesar de no tener mucho material editado se marcaron un set de respetable longitud con el que consiguieron abstraerme; transportarme lentamente, con ese ritmo pausado, pesado que tan bien interpretan; a los más recónditos rincones de un infierno abisal del que hablan sus letras agónicas y espeluznantes, porque hablan de infiernos cercanos que nos son bien conocidos a la mayoría. Y cercanos estuvieron, no ya con sus letras, no ya desde el escenario, que engancharon perfectamente con el público, sino que aprovecharon el tema Not For Me a la mitad de la actuación para bajar con el público que agradeció el gesto y colaboró en el pequeño pogo improvisado y es que la sala no da para pogos multitudinarios, pero eso también tiene su encanto.

Última parada en la coger aire. Es el turno de los bilbainos Crucifucked. Es también dónde la selección de las bandas cobra sentido y es que con Crucifucked que se definen difícilmente con un único estilo (Black Metal, Death Metal, Crust o Punk), parece que se crea el nexo de unión que da consistencia a la noche. Son así, los cabeza de cartel, una mezcla muy interesante de géneros extremos y a la vez diversos que dan dinamismo a sus actuaciones. Menos atmosféricos y evocadores que Voul, menos hardcoretas que Hard & Cheap, son un vendaval de distorsión, voz rajada y mandobles a la batería que se mueve a un ritmo vertiginoso y, en definitiva, que te peinan hacia atrás.

Con ese ritmo del que hablaba antes, he de confesar que el set de diez temas, que no está nada mal, se hizo más que corto. Fue visto y no visto. En él, por supuesto estaban Rotten Roots, con el que abrieron, Goat of Méndez que unieron con Crows Of Downtown hacia mitad del bolo y cerraron con Love is War. Todos ellos de Four Songs to Ruin Your Life. Esto es, su EP de debut que saliera el 3 de abril de 2019, con lo que le pilló de lleno la debacle de la pandemia. Trabajo que aún están defendiendo a la espera de que puedan publicar un nuevo trabajo. Material parece que hay, ganas y mucha fuerza.

Seis temas más completaron el setlist. Brutalidad, ritmos frenéticos, pocas bromas con los solos que los carga el Diablo. Lo justito y necesario, porque si te paras a solear pierdes el ritmo que marca la batería, que parecía desbocada, pero que marcaba con precisión los tiempos. Wilches, el vocalista, se dejaba la garganta en el micro mientras no paraba quieto un segundo. Agitaba al público y su presencia muy expresiva también, le hacía conectar más con el público que se lo pasaba cojonudamente. Los pogos se creaban y destruían incruentos y divertidos, siempre con un espíritu que me recordaba a las mejores noches de Punk que he pasado cuando me moceaba, en la Edad Media, o sea ni antigua, ni moderna. El buen rollo general de toda la noche y todas las bandas no podía ser menos con Crucifucked. Gran demostración de garra, personalidad, ganas y sentido del humor. ¡Repetiremos!

Para cerrar esta crónica, sólo puedo redundar en lo ya dicho antes. Noche frenética de velocidad, emociones, recuerdos, mucha energía bien encauzada, diversión y gente magnífica sobre el escenario que nos hizo pasar, como un suspiro, las horas que pasamos en la Sala Barracudas que, por otro lado, como viene siendo habitual, sonó de maravilla y nos acogió cálida y recogidamente. Noche para recordar por el regustillo a Hardcore, Punk y Black Metal que se repartió a la parroquia.

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