
Crónica y fotos por Juan Carlos lopez.
El día 5 de noviembre era un día de los que se hace difícil elegir un bolo al que asistir. El finde estaba completito, sin embargo el que nos ocupa brillaba con luz propia. Ni más ni menos que Unbounded Terror como cabeza de cartel, seguido por Dormanth. Dos bandas a las que tenía muchísimas ganas de ver, más aún cuando tocaban en la Sala Barracudas. La sala es muy recogidita, pero suena bastante bien y la cercanía del escenario y el público es patente. Acaban siendo espectáculos de proximidad y que dejan muy buen sabor de boca.
De regalo, y para abrir la noche, se había contado con Velkhanos. una joven banda que hace Death Metal melódico con front femenina que alterna voz lírica y gutural. Eso es algo que como todas las cosas genera filias y fobias. A mí, reconozco que me gusta la alternancia de voces, creo que aporta riqueza al repertorio, siempre que se haga bien y sea creíble. Creo que este es el caso. La voz de Miriam Ortiz es una joya que maneja a la perfección y es un placer escucharla en ambos registros.

De Velkhanos me sorprendió positivamente el desparpajo de la banda, son intrépidos, se atreven con múltiples ejercicios complejos, que si ahora no salen a la perfección, ya saldrán. El directo es lo que tiene, pero base y cualidades, les sobra. Un buen concepto y buenas interpretaciones, con un batería que es una garantía desde el fondo del escenario. La voz de Miriam Ortiz, como ya decíamos antes, una gozada. Sólo se le podría pedir a la misma Miriam que diese un pasito hacia adelante porque se intuye algo de timidez, pero son cosas que dan el tiempo y los shows. Fin de la actuación, tiempo para comentar, socializar y salir fuera a respirar aire fresco. A estas alturas, la sala mostraba una magnífica entrada y hacía calor. Más, moviéndose de un lado al otro.

Es tiempo de que salgan a la palestra Dormanth. Les tenía ganas a estos veteranos del Death Metal Melódico, que vienen desde Bilbao a defender su último álbum, Complete Downfall. El mismo, fue editado en 2020, afectado por lo que todos sabemos y lleva retraso en su presentación, pero es un cañonazo y no podemos esperar a escucharlo en directo.
Con un Setlist de 10 temas, comienzan los primeros acordes de lo que va a ser una gran actuación. Arrancan con Odyssey in Time, un tema de Complete Downfall. del cuál tocarán en total 4 temas. Éste, con el que abrieron, Fire con el que cerraron y entre medias The Origin y Tragicomic Day. En definitiva, un tratamiento especial para este disco, como es normal, que quedó “en tierra de nadie” y necesita un empujoncito, aunque ya está avanzada la nueva entrega de Dormanth, tanto que hay dos singles en la calle y por supuesto nos los ofrecieron. State of Mind ubicado entre dos temas de Complete Downfall que representaba el estado actual del nivel compositivo de la banda que en los últimos trabajos busca más experimentación, modernidad y realmente, los temas enganchan con solos tórridos no demasiado extensos, por lo que no rompen el ritmo de los temas.

El último single, Lobotomy, ocupó el penúltimo lugar. Toda una declaración de principios de lo que se avecina con el nuevo disco, que ya nos han dejado con ganas de escuchar al completo. El resto del set se dirimió entre dos temas de Valley of Dreams: Destiny y The Eye. Álbum en que la influencia del Doom es apreciable, pero con la sabia mezcla que Dormanth sabe cocinar. Ellos juegan a la perfección con la melodía y la velocidad, de tal forma que el resultado les queda muy atractivo, melódico, con la pesadez del doom y la velocidad del Death. ¿Qué más se puede pedir?
Finalmente, completaron la noche con un cover de Carcass y Black Moon. un tema éste, que apareciera en Voice of the Soul… Under the Tears of Sun pero que sería revisado para Abyss, donde ganaría consistencia, más acorde con la evolución de la banda. Y sin más, Dormanth se despedía y nos dejaba con la sensación de querer más. Pareció muy cortito, al menos abajo, desde la pista, porque el bueno de Óscar Del Val, los chorros de luz que se dirigían directamente sobre el escenario le estuvieron deslumbrando todo el concierto. Descanso para él bajar del escenario, aunque seguro que, a pesar de las luces de interrogatorio, se lo pasaron bien.

De nuevo paradita obligada para preparar el escenario para la última actuación de la noche. Están a punto de subir Unbounded Terror. Muy emocionado porque tenía ganas de verlos en un escenario y mucha más emoción por verles tan cerquita y con un ambientazo en la Sala Barracudas. Es que era una oferta muy tentadora la que nos ofrecían hoy Velkhanos, Dormanth y Unbounded Terror. Ni la competencia de otros bolos pudo evitar que la sala estuviese bien nutrida de aficionados ansiosos y, ¡Comienza el show!
Los Unbounded se traen debajo del brazo un disco aún calentito, editado en septiembre ¡Un discazo, todo sea dicho! …y titulado Echoes of Despair. Es esta una banda con un largo recorrido, que abrazaran el nombre que actualmente utilizan en aquel lejano 1991. Si bien tuvieron un largo parón, han recuperado el tiempo lanzando varias cosas desde 2019. Por lo tanto hay un antes y un después de aquel paréntesis y esta noche vamos a recorrer ambos periodos con muestras de lo que son capaces hoy en día y muestras de cómo se ha forjado esta banda que a mí, personalmente, me encanta.

El set comienza a caminar y disparan dos bombas de mano directas a nuestros oídos. Dos bombas de su última entrega Echoes of Despair. En este caso son por un lado, Organic Waste que también abre el álbum y que es perfecto para dar el primer golpe en cualquier circunstancia. La otra bomba de la que hablábamos es Desolation Inside of Me. Ahora, un salto al pasado más remoto de la banda, a 1992 cuando salió Nest of Affliction. El tema elegido de este LP fue Fear. Un imprescindible en su discografía y en sus directos.

El viaje ha sido breve, porque volvemos del tirón a Echoes of Despair. Suena el tema que da nombre al disco. Imposible obviarlo. Tema pesado, oscuro, no excesivamente rápido, muy bueno. Descendemos ahora lentamente en el tiempo. Primero a 2021, cuando sacaran el single Infernal Judgment y lo incluyeran en la compilación homónima. Aún descendemos un año más, a 2020 para escuchar Silent Soul, antes de regresar al presente más candente para que interpreten Liar’s Punisher, perteneciente a Echoes of Despair. En los siguientes tres temas podemos apreciar la evolución en materia compositiva, desde que iniciaran su andadura hasta este mismo momento, ya que vienen dos temas de Nest of Affliction (1992), que son Dreamlord y Sarcastic Souls, separados por Hypocrite Ignored, del año en curso. Todos excepcionales, oscuros, pesados, pero en los últimos trabajos se ha notado una modernización de los temas, así como una complejidad extra que agradecen muchísimo porque no les resta frescura.
No hay tiempo para más. El último tema está sonando, es They Will Come from the Pain. El set se ha hecho corto de nuevo. Estaríamos escuchando toda su discografía hasta que se acabara y quizá volveríamos a empezar, pero eso es imposible, así que abandonamos la sala porque aún queda el “afuera nos vemos” que en estos entornos tan familiares, funciona de verdad. A la finalización a los corrillos se incorporan los músicos o los incorporamos. Lo que sea necesario para compartir con ellos sensaciones que hemos experimentado en el interior de la sala y que es, en definitiva, lo que buscamos todos, sentir y transmitir.

En resumen, una noche que en lo meteorológico nos respetó, para poder estar fuera un ratillo sin “pelarnos”, que se disfrutó en todo momento, antes, durante y después, porque todos estos artistas son además personas excepcionales. En materia más técnica, todo sonó como debía, por acierto de la parte técnica y acierto de las bandas ¡Grandes bandas, grandes conciertos! y es que, si se da cariño al sonido y se cuida el concierto, éstos, los conciertos, suelen ser muy agradecidos. Y para muestra…
Edición Kikemaiden.
