Grupo: ORNAMENTOS DEL MIEDO. Disco:Frio. Sello:Darkwoods. Año:2023. Nota:8

Escrito por Carlos Citoler.


Con mucho respeto nos enfrentábamos a este Frío, último trabajo de Ornamentos del Miedo, y no es para menos. Si a determinados tipos de estilos musicales hay que dedicarse en cuerpo y alma para llegar a meterse mínimamente en lo que pretenden ofrecer, y no son muy recomendables para el hilo musical en cualquier sala de espera o tenerlos sonando de fondo mientras te dedicas a otros quehaceres, lo que ofrece Ángel Chicote con esta aventura de Ornamentos del Miedo se podría englobar en esas propuestas que, aunque te empeñes en entrar, no hay forma de que saltes el grueso muro que las protege.


Reconozco humildemente que su anterior Yo, No Soy Yo, lanzado el pasado junio (punto importante el tema de la fecha) me sobrepasó por todos los costados, y fui incapaz de superar la comentada muralla sónica que le protegía, por lo que en su día fui incapaz siquiera de llegar a apreciar una mínima parte de lo que escondía su propuesta, y os aseguro de que por falta de intentos no fue.


A mediados de enero (de nuevo, remarcamos fechas), Frío veía la luz y me enfrentaba a él con miedo, tras la derrota en la anterior batalla, convencido de que la propuesta del burgalés no era para mí. Una vez más, el destino tiene sus cartas, y el frío del invierno hizo de las suyas,…

Este EP de dos temas, aunque en duración podría competir con cualquier largo convencional, tal vez pueda ser la puerta de entrada, si de verdad te apetece entrar, al mundo de Ornamentos del Miedo, con todo lo que ello conlleva.


El tema homónimo es el que abre el trabajo, con una entrada ambiental a base de sintetizadores que nos trae a la mente delicados coros femeninos de fondo. Destacar que es el propio Ángel el que se encarga de todo el trabajo, y cuando decimos todo, es TODO, tanto en lo musical como en el apartado de letras, artword, mezclas,… Pero más adelante entraremos en el tema físico, porque ahí también hay mucha tela que cortar.


No tarda en hacer aparición una base rítmica potente y no excesivamente veloz (quién pensaba encontrar otra cosa), en la que el bajo tiene una presencia muy marcada. Los ritmos lentos y contundentes no dejarán de acompañarnos durante todo el trabajo, ritmos fúnebres y oscuros que, quieras o no, te van a ir calando y llevándote a su terreno.


Entre tanta oscuridad, en este Frío parece que las guitarras son las llamadas a traer algo de luz, y no es de extrañar que desde la primera escucha, te quieras aferrar a ellas con fuerza buscando en sus melodías algo de paz. No te dejes engañar, ya que la supuesta luz que tanto anhelas viene envuelta en hirientes tappins y punteos que no harán más que arrastrarte a esa espesa negrura.
El uso de la voz, empleada como un instrumento más, sin sobresalir ni tomar excesivo protagonismo, también contribuye a que, quieras o no, acabes dejándote arrastrar por el frío que nos sirve Ángel en bandeja.


Curioso el cambio de rumbo del tema a los 4:40, dejándonos está primera parte del mismo con la duración perfecta para encajar en cualquier radio fórmula, aunque estamos casi seguros que esa no es la intención de este Frío, que retoma a partir de este punto su lento caminar, tomando más protagonismo si cabe unas épicas guitarras, esta vez sí, algo más luminosas que las anteriores. Aunque, eso sí, rebosantes de melancolía.


Es una carrera de fondo en la que, capa a capa de instrumentación, la sensación de frío, nunca mejor dicho, desolación, y por qué no, nostalgia, te envuelve y te arrastra a su antojo hasta el extendido final.



Vuelven los Días es el tema que cierra el trabajo, iniciándose con sonidos que nos llevan a una naturaleza lejana, trayendo a nuestra mente el lejano discurrir de un minúsculo arroyo. Aunque no tardan en aparecer unas guitarras más gruesas y potentes que en el anterior tema, que han cambiado su luz por intensidad, regalándonos ritmos más pesados y machacones que en la anterior escucha.


La voz de Ángel intenta ganar protagonismo, y es de destacar ese duelo voz-guitarra que se da a lo largo de casi todo el tema, la primera queriendo adueñarse de su parcela y las otras no dejándose arrebatar su cetro. Todo ello, sobre un ritmo lento y contundente, mantra que nos tiene hipnotizados sin remedio.

Para los no iniciados como un servidor, el orden escogido en los temas te permite que si con el anterior Frío hemos logrado entrar en el juego que propone Ornamentos del Miedo, con este Vuelven los Días acabemos sucumbiendo a su propuesta sin remisión.


Tras la batalla final entre voz y guitarras, un final abrupto, de improviso, nos deja con ganas de más, si, como decíamos, hemos logrado sobrevivir a la experiencia que Ornamentos del Miedo nos propone.

Y como habrá que dar algún dato objetivo, entre tanto viaje a través de los sonidos, el hecho de que el trabajo se presente en físico en una edición limitada, de momento solamente en versión CD, con una tirada inicial de solamente 66 ejemplares, numerados a mano uno a uno, es una razón más para asegurar que, propuestas como este Frío, nos guste o no, no están pensadas para todo el mundo, por desgracia, me atrevería a decir.


De la mano de Darkwoods, y con Ángel Chicote encargándose de absolutamente todo lo relacionado con Frío, la nueva propuesta de Ornamentos del Miedo, a escasos seis meses de su anterior Yo, no Soy Yo, se nos antoja una inmejorable puerta de acceso al particular universo que Ángel nos propone. Siempre, recalcamos, que te atrevas a entrar.


No en vano, las escuchas posteriores dadas a su anterior largo, tras pasar por la puerta de entrada que ha significado este Frio para un servidor, me están descubriendo sonoridades que en su día pasaron desapercibidas.

Y es que, parece ser que en esto de la música, si una puerta se cierra, siempre hay una ventana por la que colarse,…

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