Escrito por Bea Bathory.
¿Ha merecido la pena la espera de cinco años para escuchar este álbum?
La banda de Chicago formada en 2004 después de que el grupo Insurrection abandonase, presenta nuevo y séptimo álbum llamado (M)other. La escucha me desconcertó. A pesar de todo ese sonido envolvente a base de samplers, sintetizadores y ser vocalmente brutal, me dejo con sabor agridulce. No soy de escuchar un disco y sentenciarlo, así que dejé pasar unos días, y decidí volver a darle cera por mi parte y reseñarlo de nuevo.
Es un grupo que ha pasado por casi todos los subgéneros extremos del metal. Sus inicios con un Deathcore técnico en el disco “The Common Man´s Collapse” de 2008, me pareció un auténtico cañonazo, un muy buen álbum debut. Sus posteriores discos (id) de 2010 y “Eclipse” de 2012 siguieron en la misma línea pero, ya con esa tendencia hacia un Groove Metal que hasta ahora no ha desaparecido. Los samplers comenzaron a ser más que habituales en ellos. Eran gurús polirítimicos para esa época.
El cuarteto es la segunda vez que pasa por mis manos. La primera fue con su álbum de 2015 llamado “Matriach”, para mí el mejor hasta la fecha y el más maduro. Un mero recuerdo era ese Deathcore transformado en Metalcore/Groove Metal en el citado álbum. Temas como “Mikasa” o “Lucy” son difíciles de superar. Lukas es un gran vocalista cuya versatilidad transforma cualquier single.
Pero lo que hoy vengo a reseñar es su nuevo álbum “(m)other” recién publicado. Un álbum que sorprende, donde hay temas y temas.
Analicemos.
Sonidos pesados y potentes para el comienzo del disco en “Tokyo Chainsaw” y “Godhead” que me encandilaron, he de decir. Guturales precisos y screamo se asoman en los dos temas. Mucha variedad de samplers y en algún momento me recordaron a los últimos discos de la banda Northlane.
Y a partir de aquí hay un cambio hacia melodías que contagian los temas. Temas como “(re)connect o “Disco Kill Party” son la muestra de que esos sonidos de antaño, han desaparecido.
Pero si hay un tema que me descolocó totalmente ese fue “Red Fur”. No sé cómo calificarlo. ¿Una mezcla de todo en uno?. Entre chill out y sampleados transcurre dicho single.
Ha tenido que ser el último tema llamado “Death Runner” el que me convenciera para escuchar de nuevo este álbum lleno de ese noise moderno. Este tema es grande, es grandioso. Soy una gran admiradora del poderío vocal que desprende Lukas Magyar en todos los temas: su versatilidad para los death growls, screamo y breakdowns liberadores son adictivos. Pero, he echado mucho de menos más singles así en todo este disco.
Hubiera deseado y mucho, que frenasen un poco esos samplers. Este album, es una mezcla de todos esos sonidos futuristas pero que a mí, sinceramente, no me llaman hasta ese punto. Me gustan las bandas que evolucionan, pero que evolucionan a sonidos impactantes cuyas melodías te enganchan como la cafeína. Será que me he quedado anclada en el pasado. Eso será, o que mis gustos ya son otros.
Rock Entre Amigos 