NOTA: 9

Reseña de Carlos Citoler.
Puede parecer extraño que pretendamos traer de nuevo a la palestra un trabajo de finales de 2021, con el aluvión de propuestas que día a día pueblan la actualidad y pugnan duramente en nuestras redes por aparecer en los puestos de relevancia. Puede sonar a desfasado que cuando el propio grupo se encuentre trabajando en la continuación de este Ultracrepidarian, a nosotros nos dé por rescatar su álbum debut. Puede ser, pero nos encontramos en territorio REA, aquí nada es lo que parece, si está fuera de lugar,…
Como decíamos, juguemos a que seguimos disfrutando de la música de calidad, apartémonos durante escasos cuarenta minutos de la caudalosa corriente de lanzamientos diarios que nos arrastra diariamente y volvamos a sumergirnos en las plácidas y calmadas aguas que Todomal embalsaron para nosotros con su puesta de largo. Aunque esté símil de las aguas no lo veo del todo acertado, y si no, al tiempo,…

Wildman y Mile, Mile y Wildman, aquí os dejamos trabajo para que les sigáis la pista y descubráis a las dos brillantes cabezas ejecutoras que se encuentran tras Todomal, aprovechando que el mundo se venía abajo y que un bichito microscópico había tumbado al gigante con pies de barro en el que nos alzábamos triunfantes, invirtieron el tiempo que nosotros malgastemos en desperdiciar masa madre para hornear a fuego lento, muy lento, un proyecto que llevaban tiempo aplazando por la falta del mismo.
Lento, como decíamos, es el transcurrir de los siete temas que componen este Ultracrepidarian, del que hasta el título, irónico adjetivo aplicable a quien opina sobre cuestiones que desconoce, está pensado al detalle, teniendo en cuenta la época de creación y parto del mismo. Lento y poderoso, añadiría, ya que desde las que la primeras notas que componen Prelude, tema que abre el disco, se apagan, Wraith, su sucesora, nos sumerge de lleno en el árido mundo que Todomal nos tiene reservado.
Intro está Prelude entregada a manos de Darío Garrido, quien también se encargará en posteriores temas de aportar su buen hacer en el bajo, al igual que Teodora Gosheva y su hipnótica voz tendrán un lugar privilegiado, pero no nos adelantemos que si con calma fue gestada la criatura, con la misma calma debe de ser disfrutada,…
Como decíamos, Wraith ya nos pone en situación ante lo que se nos avecina; una extensa llanura que se extiende hasta donde la vista alcanza, en la que el abrasador sol, los lentos e intrincados ritmos y el juego de voces y coros se alían para que nuestro lento transcurrir por la misma se convierta en toda una experiencia. La solemne voz de Christopher, perdón, de Wildman oficia como maestro de ceremonias y guía en una inmersión en toda regla en los secos parajes que pueblan nuestra tierra. Porque no se tú, pero hasta la boca se me seca, azotado por los cálidos vientos en forma de riff que Wraith propone, cada vez que suena por los altavoces. No me preguntes cómo, pero esta pareja han destilado las notas que emanan del secarral que ahora mismo puedo contemplar desde mi ventana, convirtiéndolos en música que, más que escucharse, se puede hasta masticar.
Con la boca todavía pastosa por el polvo, arremete contra nosotros The Growin Pain, enigmática, casi mística, con un inicio que amenaza tormenta y un desarrollo casi espacial, en la que los sonidos de guitarra toman el mando para sumergirnos en multitud de extrañas atmósferas. Que Wildman y Mile se hayan tomado con calma la creación de este trabajo ya debería habernos puesto sobre aviso de que no iban a dejarse ninguna idea en el tintero. Cuando el sonido del viejo órgano de iglesia parte en dos al tema, ya te encuentras flotando, cabalgando esos vientos que en el tema anterior te golpeaban, y que ahora te elevan a varios metros de altura sobrevolando la árida tierra.
El melancólico inicio de Horror Vacui, con una percusión muy de fondo y dejando protagonismo a unas teclas aparentemente desordenadas, presagia nuevo cambio de rumbo. Los susurros de Teodora, tratados como un instrumento más, se acoplan al extraño baile sin desentonar en este hipnótico juego que el ahora trio se llevan entre manos. Con alma jazzística, aparcando momentáneamente la dureza, aunque no la oscuridad, Teodora va ganando protagonismo paulatinamente, sin imponerse a la fuerza, sino bailando al son que la música le marca, consiguiendo que el abrupto final del tema nos deje a un suspiro del orgasmo y con la miel en los labios,…

Con ambiente cinematográfico nos recibe Gods Fucking in the Sky, sumergiéndonos en lo que parece una conversación telefónica, a la que paulatinamente se van uniendo unos renacidos Pink Floyd. Si, pueden parecer palabras mayores, pero la atmosfera que envuelve a este blasfemo tema es más Floyd que los propios británicos, al menos a este humilde junta letras esa sensación le ha dado. Ya comentábamos que el dúo no duda en incluir elementos que a los más puristas les pueden llegar a herir, pero tal vez sea la gracia del asunto, el no parecerse a nada ni a nadie, no querer agradar a tal o cual sector. Hoy en día, que estamos tan polarizados (dale al botoncito rojo del mando de la tele y verás que el odio y el miedo a partes iguales, mas estos días de eterna campaña, llenará el salón antes de que aciertes a volver a silenciar el aparato,…), Gods Fucking in the Sky no será bien recibida por los doomers pura cepa, los progresivos la verán simple y los Floydianos una afrenta. A mí, sinceramente, me parece la puta joya de la corona de este Ultracrepidarian. Que de las mismas mentes retorcidas que han creado la árida estepa de Wraith pueda surgir este barroquismo futurista acojona; acojona y te hace salivar ante lo media entre ambas, y tal vez tengan ya entre manos Todomal.
Atisbando el final del viaje, el tema título parece acariciarnos con un inicio envuelto en sabores arábigos, percusión incluida, y, esta vez sí (que respiren los puristas) unos recios riffs de guitarra. Aunque estamos en el universo Todomal, nunca se sabe hacia dónde soplara el simún, viento el de este Ultracrepidarian que viene cargado de sonidos de los 70, hammond incluido. Nuevo golpe a los puristas, pero nueva y agradable sorpresa a quienes se hayan aclimatado ya al duro pero agradecido clima de Todomal.
Hammond que nos acompaña en el inicio de la despedida, Born of the Earth, muy en la línea del tema anterior en su primera parte, con un soberbio trabajo en las voces, amén de una exageración en toda regla en cuanto a las capas musicales a descubrir. A cada nueva escucha, no te asustes si descubres una línea de bajo que antes habías pasado por alto, un teclado oculto al que no habías prestado atención, o te sorprenden unos apagados coros que habías descuidado en la anterior escucha. Partiendo el tema en dos, lo que parece un final anticipado no es más que una excusa para que, tras unos segundos de reflexión acústica, Mile y Wildman resuman en escasos tres minutos lo que nos puede esperar (ojala así sea) en la continuación de este Ultracrepidarian. Un final a modo de jam en el que, ahora sí, encontraran los más duros esos riffs asesinos y la agresividad en las voces que hasta ahora habían echado de menos; los progresivos esos continuos cambios de ritmo y escalas imposibles a la guitarra; hasta los amantes de los nuevos sonidos querrán discernir elementos industriales o core, si se ponen. Que pasa, cual es el problema, que los han metido todos juntos en la coctelera, a modo de fin de fiesta o de aviso de lo que está por venir? Aver, no me vengas con esas, esto es Todomal, que esperabas, es que no has entendido nada?
En fin, que tras retomar el trabajo que en su día tanto quemé, o quemamos muchos, ahora entiendo el por qué decidí relegar a un rincón Ultracrepidarian un mal día y a partir de entonces, dejarme mecer por la corriente de nuevos lanzamientos, que tal como vienen , se van, en lugar de bucear en aguas pantanosas como las que este dúo nos proponían. O nos proponen, porque nos consta que están trabajando en las sombras en la continuación de este su debut. No me negareis que es mucho más cómodo, mas cool y sencillo, surfear las nuevas olas que llegan a la poco profunda orilla que meterse en pantanosas aventuras, de fango hasta el cuello, con propuestas tan arriesgadas y eclécticas como esta. Donde este un nuevo lanzamiento que mañana será antiguo porque otro le habrá comido la tostada, que se quite lo demás. Que ya no se editan clásicos como los de antes? Ni falta que hace, nosotros a lo nuestro, memoria de pececillo y que nos lleve la corriente,..
Mientras tanto, los creyentes, seguid rezando, para que NO nos libren de TODOMAL, amén.
