Artículo original publicado en Rouco Son y cedido para traducción al castellano por Jacobo Mouro (DIOIVO).
Y que mejor momento, aprovechando que hoy se publica «Cara os Ceios Incrementes«, segundo largo del dúo vigués al que estamos deseando pegarle buena escucha a fondo, para seguir desgranando la historia del metal en gallego.
En el primer capítulo de esta serie de reportajes hablábamos de los primeros grupos de metal que cantaron canciones en gallego a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Sin embargo, fue en la segunda mitad de esta década cuando se editaron los primeros álbumes íntegramente en gallego, sentando así las bases para la expansión del metal en gallego en el nuevo milenio. Estos avances vinieron de la mano de varias bandas clave, como los compostelanos Tozudos, los laurentinos Skornabois o los cangueses Astarot. Mientras que los dos primeros se ubicaban en las vertientes más punkies y alternativas del metal, asociándose así con las bandas del mítico rock bravú de la época, los terceros comenzarían en esta etapa una serie de discos en gallego versionando poemas y canciones célebres de nuestra cultura popular, que los llevaría por infinidad de fiestas patronales y apariciones en la TVG.

Tampoco podemos olvidar a la veterana banda punk Zënzar, de Cerceda, que en esta etapa mostraba un fuerte componente de heavy metal en su música. Cada una a su manera, estas bandas dan prueba de la creciente diversificación de estilos que se daría en la escena, que pasaría a lo largo de estos años de estar dominada por el thrash metal a incluir prácticamente todos los subgéneros existentes.
Por una parte, Túzaros es la banda que más entronca con el que estaban haciendo precursores como Desvirgheitors, Mol y Mala Oxtia: practicaban una mezcla de hardcore punk y metal, esta vez más influida por los sonidos lentos y pesados del groove metal que tanto despuntaba en la escena de estos años. Este trío de la capital gallega sacó una maqueta ya en 1994, y al año siguiente participaron en la mítica serie de sencillos Son Parrulo editada por la Sala Nasa de Compostela (cuyo histórico lugar está hoy ocupado por la Sala Malatesta, que cogió el testigo). Para 1995 ya estaban lo suficientemente consagrados como para formar parte de la recopilación Unión Bravú con el tema “Cuspen na cara”. Este disco, editado por Edicións do Cumio y con la producción ejecutiva a cargo de los Diplomáticos de Monte-Alto, contaba también con estos y con otras de las más míticas bandas del movimiento bravú y la música en gallego de aquellos años, como O Caimán do Río Tea, Xenreira, Ruín Bois, Pinto d’Herbón, u otro de los grupos de los que hablaremos aquí, Skornabois. No podemos olvidar tampoco que la este movimiento también se suelen adscribir otras bandas con una fuerte influencia de estilos tan relacionados con el metal como el hard rock, siendo el caso de Heredeiros da Crus. Ya en 1997, como ganadores del Festival de la Canción del V Centenario de la Universidad de Santiago de Compostela, Túzaros graba el tema “Mata ao monstro”, entre otros temas incluidos en más recopilaciones en las que participan. Todas las canciones editadas por el grupo tenían, entre otras, una característica en común, pues todas estaban escritas en gallego. Por vez primera un grupo de metal desarrollaba su repertorio de manera prácticamente íntegra en esta lengua; por lo tanto, no es de extrañar que ese mismo año sacaran ya un álbum de metal totalmente en gallego, el CD titulado Túzaros. Un trabajo en el que tiene cabida desde el metal más pesado hasta el hardcore más rápido, pasando por el hip-hop. Su continuación llegaría en el año 2001 con el álbum Trivial, que, al otro lado de una participación en la recopilación contra el desastre del Prestige Nunca Máis en 2003, sería el último del grupo. Aunque la trayectoria del grupo finalizaría en esos años, el vocalista y guitarrista Mario César Vila pasaría posteriormente a formar parte de otros grupos de metal en gallego como InVivo o Deseqilibrio Mental.

Por otra parte, Skornabois también tuvieron una trayectoria breve pero fructífera en estos años, esta vez en un estilo nuevo; un metal alternativo con elementos funk, hip hop y punk que los vinculaba también con el movimiento nu metal americano de aquellos años. Procedían de la Mariña de Lugo, concretamente de la villa de Vilanova de Lourenzá, y se formaron en el año 1988, aunque no sacarían su primer cassette con un sonido profesional hasta 1996, año en el que sale a las calles O Verme Homicida. En este primero trabajo, la influencia del metal no es tan evidente, con un sonido mucho más punk y cercano al del rock bravú. Pero algunos de sus temas serían regrabados para el álbum homónimo Skornabois, íntegramente en gallego como el de Túzaros, que sería publicado en 1998. Este álbum ya es todo un trabajazo de funk metal y rap metal. 16 temas de puros años noventa, llenos de mezcla y experimentación y con unas letras reivindicativas y combativas perfectamente acomodadas al estilo. Un álbum que, de no haber sido hecho en esta época por los Skornabois, seguramente nunca habría existido algo similar en la música en gallego, y que a sigue sonando increible hoy en día. Después de tocar por todo el Estado y de participar en la tercera recopilación de la Revista Bravú, titulada Terra Terremota, con el tema “Plánta-te!”, la actividad de grupo llegó a su fin.
Quien sí tienen una trayectoria de décadas que dura aun hoy son los cangueses Astarot. Fueron una de las primeras bandas de hard rock y heavy metal de Galicia, naciendo en el año 1983, y a lo largo de los ochenta y la primera mitad de los noventa sacaron varias maquetas y álbumes en castellano. Su paso a la lengua gallega comenzó con su tercer álbum Apuesta y Gana, un disco principalmente en español pero que incluye una versión de “Airiños, airiños, aires” y una versión en gallego del tema de Neil Young “Rockin’ In The Free World”, titulada “Sigo en pé no mundo”. Sin embargo, la primera canción original vino en 1997, de la mano de la ya mencionada Revista Bravú, editada por Xerais y que ejercía de altavoz del movimiento homónimo. En la segunda recopilación editada por la revista, los cangueses incluyeron su balada heavy “Coa proa no ceo”. Luego llegó un disco bastante peculiar: un compartido con la banda de ska y pop rock madrileña The Refrescos, conocidos por su gran éxito ochentero “Aquí no hay playa” y cuyo cantante tiene origen vigués. La unión fue auspiciada por la Xunta de Galicia para celebrar el Xacobeo 1999, alternándose las canciones de los madrileños con las de Astarot. Las de los cangueses, que son las que aquí nos ocupan, son por una parte versiones de canciones míticas como la “Rianxeira” o “A Santiago vou”; el “Over The Hills and Far Away” de Gary Moore versionado en gallego como “Ceo gris”; y por otra, una canción propia, titulada “Unha promesa”. La más interesante de ellas es sin duda esta última, que mezcla heavy metal melódico y folk en un estilo reminiscente de los Mago de Oz que ya comenzaban a despuntar en esos años. Después de este trabajo tan excéntrico, sacarían al año siguiente un nuevo álbum, O Sentir dunha Terra, donde continúan la línea de versionar temas populares en gallego pero en el que de nuevo incluyen algunos temas propios, el nombrado “Coa proa no ceo” y “María Soliña”, un tema épico con letra de Xosé Manuel Pazos donde narran la historia de la legendaria mujer canguesa acusada de brujería y asesinada en el Siglo XVII. Posteriormente, en 2006 el grupo publicará Longa Noite de Pedra, donde añaden composiciones propias a poemas de grandes autores gallegos como Xosé Luís Méndez Ferrín, Darío Xohán Cabana, o Rosalía de Castro, además de realizar una versión en gallego de Supertramp. Su siguiente y hasta el momento último álbum de estudio sería de nuevo un disco en castellano con algunos temas en gallego, titulado Séptimo Pecado (2013). El enfoque de la banda, especialmente centrado en versionar canciones y poemas conocidos, resultó polémico para sus viejos fans y para los fans del estilo en general, pero también les abrió, a diferencia de buena parte del resto de bandas de hard rock y metal gallegas, las puertas de la Televisión Gallega y de la administración autonómica y local, necesitada de impulsar a artistas que emplearan el gallego. Fuera de este modo o más desde lo underground como los grupos de los que hablamos anteriormente, el hecho fue que el metal en gallego se diversificó, y la mayor proliferación de grupos y propuestas aún estaba por llegar en los años próximos.

Finalizamos este capítulo con el caso de Zënzar, una banda activa haciendo música en gallego desde finales de los años ochenta, cuando se fundaron bajo el nombre de Mördor. Esta banda lanzó en esta época trabajos como el cassette Fascinados polo Prohibido (1995) o su primer álbum, Disparados ao Futuro (1997), lanzado por Edicións do Cumio. A pesar de su trayectoria eminentemente punk, en estos lanzamientos puede apreciarse una considerable influencia del heavy metal, apareciendo aquí y allá momentos propios del crossover thrash y el hardcore punk. No en vano tocaron en directo en aquellos años con bandas de metal como XudefKlas, Kraken, Túzaros o los mismos Barón Rojo. Aún con marcado espíritu punky, las dos grabaciones mencionadas están muy centradas en los riffs de inspiración heavy, un trazo especialmente notorio en esta etapa pero que la veterana banda mantendría también en los años siguientes, sacando álbumes como Todo vai Ben (2001), en el que contaron con diversas colaboraciones de grandes artistas del panorama gallego, y Rockanrol (2002). Después de estos discos se producen cambios en la formación de la banda que vendrían acompañados de un menor peso del metal en su música en los años siguientes. Sin embargo, la influencia del heavy metal vuelve a aparecer de vez en cuando a lo largo de su notablemente ecléctica carrera, aun en curso hoy en día. El mestizaje de estilos es, en todo caso, una virtud común en los grupos gallegos de la época, por lo que no es de extrañar que grupos que suelen estar englobados dentro del rock o del punk, como es el caso de Zënzar, sean también relevantes a la hora de hablar de estilos hermanos como el metal.

Continuará…
