
Reseña de Carlos Citoler Delgado.
Hace unos días leía en una reseña de un medio amigo, creo recordar que sobre el último trabajo del chileno Rise To The Sky, que era una música perfecta para el otoño, y no tan adecuada para la época estival en la que nos encontramos. Razón no le faltaba al compañero, y tal vez esa misma máxima sea aplicable a El Cosmos me Observa en Silencio, última entrega del burgalés Ángel Chicote, o lo que es lo mismo, Ornamentos del Miedo. O tal vez no,…
Ya sabemos cómo se las gasta Ángel, no en vano, hace poco lo teníamos de actualidad de la mano de Frío, su anterior trabajo, esta vez en formato EP, y del que ya dimos cumplida cuenta en nuestra web. Un trabajo que nos dejó muy buen sabor de boca, como viene siendo habitual cuando se habla de Ornamentos del Miedo, y que vio la luz en pleno enero del presente, dato a tener en cuenta, primero para dar fe de la prolífica actividad creadora de Ángel, y por otro lado para comprobar si su peculiar propuesta entiende o no de cuestiones climáticas.
Cuarto largo de Ornamentos del Miedo, en sentido literal, porque el viaje que propone El Cosmos me Observa en Silencio supera la hora de duración, a través de seis temas en los que Ángel se ha encargado, como es habitual, de todos los detalles musicales que puedes disfrutar durante el viaje. Porque, tal vez ahí esté el secreto para entrar o no en la propuesta de Ornamentos del Miedo. En sus detalles.

De la mano de Sombra Agonizante, tema apertura, lo que el burgalés nos propone es dejarnos llevar por un Funeral Doom plagado de atmósferas y ambientaciones, minimalista y trufado de pequeños detalles no apto para una escucha rápida. No encontrarás temas-himno que se claven en tu memoria a primera escucha, para eso ya tienes el festi que se celebra este fin de semana en tu localidad (da igual cuando y donde leas esto, es igual de válido). En su lugar, una tela de araña que el de Burgos ha tejido, hilo a hilo, a base, sobre todo, de un trabajo de guitarras delicioso e hipnótico, con multitud de detalles escondidos y minúsculas variaciones que logran atraerte riff a riff hasta el centro de su trampa. Dobles guitarras y flecos al aire llenos de una gélida melancolía dibujan figuras sobre una pétrea base rítmica, salpicado todo ello de ambientes cósmicos y espaciales, que para algo el título del trabajo, nos colocan en la rampa de lanzamiento. Porque de eso se trata la escucha, de dejarse llevar por el juego y lanzarse a la tela de araña que Ángel se ha encargado de tejer para atraparnos. Como no, marca de la casa de Ornamentos del Miedo, la voz se convierte en un instrumento más, relegada a un segundo plano en muchos fragmentos del tema para que la sutil atmósfera que envuelve al mismo no se vea eclipsada y tu atención no se desvíe.
Tema muy etéreo este de inicio, perfecto para embarcarnos en el viaje que Ángel propone y, una vez a su merced, con Vida es Violencia, nos tenga ganados. Aquí el aire inmaterial y místico queda a un lado para bajarnos de golpe a la cruda realidad. Comienzan a aparecer guitarras más agresivas que llegan a arañar a base de certeros zarpazos, ritmos anárquicos que pugnan por zarandearnos hasta sacarnos de nuestra plácida inconsciencia. He de reconocer que, seguramente debido a mis vicios propios de anciano, echo en falta un libreto físico al que aferrarme y seguir el desarrollo de las letras que Ángel propone. La experiencia no es completa si, además del oído, no puedes disfrutar de la misma con el resto de sentidos, más si cabe sabiendo cómo se las gastan Ornamentos del Miedo y Darkwoods en el tema de ediciones. Aunque también es verdad que, con tiempo, este pero va a tener solución. Y es que, para disfrutar del burgalés, lo único necesario es el tiempo,… Un ambiente tétrico se apodera del tema, lo que sumado a las oscuras ambientaciones de teclado de fondo, a las cuales te recomiendo prestes atención o te pasarán desapercibidas, y a la argucia de alargar los acordes de guitarra de forma magistral, convierten el corte en una agonía sonora a la que es difícil de resistirse.
De Infierno Sutil ya podíamos disfrutar hace algunas fechas, antes de la salida del trabajo completo, como también lo pudimos hacer del vídeo lyric de El Camino Desaparece a Cada Paso. Personalmente yo prefiero esperar a tener el trabajo completo, pero quién es el guapo que se resiste a caer en la tentación. Y en esta loca carrera hacia la destrucción que es la actualidad musical, en la que hay que intentar estar permanentemente en el candelabro, que decía aquel, ni el under más under se resiste a estas prácticas. Nos alejamos algo de la contundencia y oscuridad del tema anterior, y la épica regresa a Infierno Sutil. Adecuado nombre por otro lado, ya que sutilmente, sin que nos demos cuenta, Ángel sigue jugando con nuestras emociones. Aquí las guitarras brillan con algo más de luminosidad, certeras como acostumbran, y es el uso de unos lúcidos teclados con aires espaciales los que le dan esa claridad, que no lo es tal, pero a la que queremos aferrarnos tras el tema anterior.
Pasado el ecuador del trabajo, el tema que da nombre al mismo nos recibe con sonidos propios de una ventisca estelar, buen uso por parte de Ángel de la tecnología cuando su maestría a la guitarra necesita ayuda. Inicio disonante, con sonidos que puedes pensar que están lanzados al azar, pero que te van conduciendo sin remedio hasta que unas potentes guitarras y la base rítmica te reciben. La voz está más de fondo todavía si cabe, y yo sigo echando de menos el libreto,… Aquí Ángel ya no esconde sus intenciones, los ritmos hipnóticos, sumado a guitarras que nos mecen en algunos de los fragmento del tema, dejan claro que Ornamentos del Miedo busca hacernos suyos, no que nosotros nos apropiemos de su música. Esta es su propuesta, o la tomas (si entras, lo harás), o la dejas (si entras, no podrás). Aunque los teclados cobren cada vez más importancia y peso en la propuesta del burgalés, bien es cierto que a ver quién es el guapo que relega a un segundo plano ese espectacular trabajo a las seis cuerdas que se ha marcado el amigo,…
El viaje toca a su fin de la mano de Supra Conscientiam Mean, tema que cierra el disco, y en el que más experimentación y riesgo ha vertido el bueno de Ángel, a mi modesto entender. Dentro de un estilo tan encorsetado y difícil de zarandear, el burgalés ha tirado de ingenio y buen hacer, añadiendo toques que tal vez nos den una pista de por donde puede evolucionar su trabajo en un futuro. Que no salten las alarmas entre los más puristas, de contundencia sonora vamos servidos en el tema que cierra este gran trabajo, pero sí que es cierto que la cantidad de detalles y pinceladas que contiene Supra Conscientiam Mean deja la puerta abierta para que Ángel nos sorprenda en futuros trabajos. Una sucesión de melodías en las que una te lleva a la otra sin solución de continuidad ni trauma alguno, un continuo fluir que a modo de descompresión nos devuelve a la realidad tras más de una hora de viaje interior sin movernos de la silla.
Decidir si la propuesta de Ornamentos del Miedo es apta o no para la recién estrenada temporada veraniega es algo en lo que no vamos a entrar. Si al apellido Verano le ponemos de nombre Festival, seguramente no lo sea. Si preferimos llamarle Viaje, Escapada o Huida, del mundo, de la velocidad del mismo o hasta de nosotros mismos, no se me ocurre mejor opción que aferrarse a este El Cosmos me Observa en Silencio, cerrar luces, ojos, abrir mente y dejarse llevar por una hora de huida interior. Y fuera, si el mundo estalla en mil pedazos, tu estarás ya muy lejos de él,…

Un comentario sobre “Grupo:Ornamentos del Miedo. Disco:El cosmos me observa en silencio. Sello:Darkwoods. Año:2023.”