El Kill’em All de Metallica visto desde el punto de vista de un Fan, en su 40 cumpleaños!!!

Francisco Javier Herrera.

Levantarse por la mañana y percatarse de que un albúm cumple 40 años no sé si asombra o directamente asusta, pero seguro que más de una alarma enciende. Por suerte, en lo que respecta a mi caso particular, este primer álbum de Metallica no lo caté hasta el año 91 (sí amigos, ya os podéis imaginar que soy un Black Album newborn metaler) , por lo que se me ha dado una prórroga de 8 años para prepararme de verdad para sentir el peso del impasible paso del tiempo.


Ciertamente en ese año y con la tierna, bueno no tanto, edad de 16 años estaba dando mis primeros pasos en esto del «Heavy Metal», la expresión «Metal» a secas ni se la veía venir. Mis amigos eran los que estaban más metidos en este mundillo, pero lo que ellos escuchaban era Hard Rock, o glam, o como lo quieran llamar los que  desprestigian este subgénero musical. Bandas como Poison, Hanson, Bon Jovi, Motley Crue, Guns´n´roses, White Lion, etc… Iron Maiden era para viejos así que ni lo escuchaban ni se los esperaba y lo más fuerte que escuchaban (escuchábamos) era el Painkiller de los Judas… Ah… qué buenos tiempos…


Y he aquí que alguien pilla el Albúm Negro…y a mí se me encendió algo en mi interior cuando lo escuchamos.  Aquellos ritmos pesados y profundos estaban hechos para mí, cuanta elegancia, que fuerza… Definitivamente este que escribe estaba hecho para el Thrash metal (todavía no sabía lo que era el thrash metal de verdad).

Así que lo siguiente fue pillar cositas de buena cosecha por mi cuenta…a ciegas. Porque la realidad absoluta de un chaval de 16 años en una isla como Tenerife donde todo llega con retraso es que lo que se llama «mundillo heavy» apenas existe… y en aquel entonces el simil más cercano es imaginar a los casacas rojas de la película Zulú como los metaleros de la isla y los Zulús que los rodean y acosan como el resto de la humanidad. ( por supuesto yo sería Michael Caine)  PD: peliculón.

Fue un buen año para hacerse con un catálogo básico. Lo cierto es que me estaba casi engañando porque digamos que The Ritual de Testament no es la presentación más adecuada para la banda ( ojo que amo este albúm), un Rust in Peace para degustar unos buenos entremeses, un Years of decay y un Horrorscope para la sobremesa y un Decade of Agression de Slayer como postre fueron los menús que primero llegaron a mi mesa.

Pero volvamos a Metallica. Qué obsesión tenía con el negro, a todas horas lo escuchaba, no me los podía quitar de la cabeza y, como no, averigüé que había material previo de sobra…. pero complicado de adquirir, (Increiblemente ningún conocido parecía tener tan siquiera una mala copia en cassette).

La casualidad quiso que lo siguiente que pude conseguir de Metallica fuera el Cassette del Kill´Em All. Qué emoción… qué nervios… otra obra de arte en mis manos…. y pulsé el play….

Tras esta pausa para dar algo de suspense ya podéis imaginar mi cara cuando lo que empezó a sonar por los altavoces resultó estar en las antípodas de lo que yo esperaba viniendo del black Album. Qué shock, qué frustración inicial…. tuve que mirar el libreto para asegurarme de que se trataba de los mismos músicos… No sabía quién era el tal Burton ( y ni imaginaba que ya no se encontraba entre nosotros) pero Hetfield seguía siendo Hetfield pero irreconocible.

Costó un poco acostumbrarse a la «suciedad» de este trabajo pero lo que no le pude negar nunca es el nervio que tiene este álbum. Esos riffs galopantes y totalmente adictivos sumados a la desgarrada voz (intentaremos evitar decir que simplemente estaba chillando las letras) de Hetfield acabaron conquistándome y, desde entonces, 32 años más tarde, sigo totalmente bajo su hechizo.

Tardaría otro tiempito en percatarme que el tal Mustaine de Megadeth tenía mucho que ver en su concepción ( los riffs acelerados desde luego son muy de su cosecha)  y otro año al menos para hacerme con el resto del catálogo, esta vez en cd que era lo que estaba en boga e imponiéndose en ese momento. Aún recuerdo que compré el Master y el Justice juntos (estos ya sonaban mucho más a lo que yo esperaba)  y el Ride quedó para el final ( la pela era la pela y los cds en aquellos años todavía rondaban las 2500 ptas….) ahorros bien gastados amigos.

El Kill´em All  lo sigo poniendo muy a menudo cuando necesito desmelenarme un poco y, sobre todo, lo recomiendo para cualquiera que quiera hacer una rutina de running. Canciones como Motorbreath y Whiplash las llevo grabadas a fuego y el albúm en sí me parece redondo y encomiable para lo que viene a llamarse álbum debut. Como podréis entender a fecha de hoy no le pongo un solo pero, como a ninguno de los 5 ( sí, he dicho 5) primeros albumes de Metallica. Una pentalogía de órdago en lo que musicalmente respecta.

Kill´em All baby.

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