Crónica – BLACK TEMPLAR EXTREME METAL FEST I – Las Hordas Negras invaden Monzón.

Crónica por Carlos Citoler, Txus Warlock y Maro Black.

Fotos: Maro Black.

(Carlos) … Y por fin, llegó el esperado día. Escasas semanas después de que las redes de «Pasión por el Ruido» y en especial, las de OUIJA, hiciesen saltar las alarmas del panorama extremo patrio, poniéndonos los dientes largos y haciendo que muchos planeasen un viaje relámpago a tierras templarias, la primera edición del Black Templar Extreme Metal Fest, se materializaba a los pies del montisonense Auditorio José Antonio Labordeta.

He de confesar que, desde principios de semana que empezó todo el proceso de instalación de la infraestructura que nos iba a dar cobijo durante la jornada, toda excusa era buena para desviar mis pasos hacia lo que iba a ser la Meca del extremo patrio. Pasearme por los alrededores viendo cómo el pútrido esqueleto iba tomando forma, saciando así mis ansias de que llegase la esperada cita.

A otros muchos con menos suerte que la mía, cientos de kilómetros de coche les separaban de una plaza atípica para grandes eventos musicales, con un cartel que quitaba el hipo y al que había sido imposible resistirse, poniendo una oscura banda sonora al maltrecho asfalto que les llevaba hasta Monzón… Si las carreteras hablasen de lo ocurrido y escuchado esa mañana, muchos cambiarían de idea sobre la salud y fuerza de nuestra escena.

Carpa de Monzón

Tras los reencuentros, ponerse cara y ojos y hacernos carne mortal en muchos casos, tras jornadas maratonianas preparando la cita, la vieja chimenea de la Azucarera servía de faro para que los pasos de las hordas negras llegasen a buen puerto, bajo un sol abrasador que no era más que el aperitivo de lo que Pasión por el Ruido nos tenía preparado,… 

Porque lo que ahora vamos a intentar narrar, lo que pretendemos acercar a los que no pudisteis o no quisisteis acompañar a estos tres humildes junta-letras en tan magno evento, no habría sido posible sin el desvelo, las innumerables horas robadas a su vida personal y el esfuerzo titánico de un puñado de locos que sienten, nunca mejor dicho, Pasión por el Ruido.  Seguramente, si el festival hubiese acabado siendo un auténtico fracaso, todo el mundo estaríamos lanzando sapos y culebras por la boca, poniendo en duda su capacidad de organización, la ubicación, la falta de infraestructuras y hasta el color de la carpa… No es el caso y vistos los resultados, el éxito de la jornada tal vez llegue a eclipsar el titánico esfuerzo que una humilde asociación, tirando de sencillez, honestidad e infinitas ganas de trabajar por sus vecinos, ha desarrollado en la sombra, en tiempo récord, para que todos los asistentes pudiésemos vivir una jornada única. No nos parece justo y es de recibo comenzar esta crónica, reconociendo que, tras lo vivido en Monzón, el límite de Pasión por el Ruido es el cielo… 

Pero vayamos a por faena, porque tras la resplandeciente carpa preparada para la ocasión, a resguardo del asfixiante calor que nos dio la bienvenida a Monzón, la más oscura de las bestias afilaba colmillos a la espera de carne fresca…

SIIXS (Carlos)

Veníamos avisados…

El quinteto turolense ya nos advirtió con tiempo de que venía dispuesto a incendiar la carpa del Templar desde el inicio de su descarga, daba igual el horario y el tiempo del que dispusiesen: venían a por todas.

Y damos fe de que lo lograron con creces. El asfixiante calor que reinaba en el ambiente, elevado a la enésima potencia bajo los focos, no fue impedimento para que SIIXS nos dejase ya desarmados a las primeras de cambio.

Como decíamos, ni el calor, ni el hecho de que muchos de los asistentes todavía se encontrasen accediendo al recinto fueron excusas para que Txury y los suyos abriesen fuego con una fuerza inusitada dando un buen repaso a “Hacia Tí”, lanzamiento que precisamente había visto la luz el día anterior a su descarga en Monzón. Tampoco faltaron temas de su anterior trabajo como Odio y Miedo. A fecha de hoy sigue grabada en mi retina la rabia con la que los de La Codoñera nos zarandearon a gusto durante el mismo.

Lo más cómodo para ellos, tras su presentación en directo el día anterior en la vecina Lleida, hubiese sido dejarse ir, pasar una tarde de relax en Monzón y simplemente cumplir abriendo el festival. Pero tras lo demostrado sobre las tablas del festival, el hambre del grupo solo es comparable a su energía, y de ambas dieron buena muestra en su descarga. Cuidado con los amigos porque ya están empezando a dar mucho que hablar, para bien y lo disfrutado en el Black Templar así lo confirma. 

UMBRAETERNUM (Txus)

Aun sin recuperarnos de la descarga de energía de SIIXS, puntuales sobre el escenario surgen entre la niebla el cuarteto madrileño de UMBRAETERNUM eclipsando al mismísimo Sol para sumirnos en el caos. Insa Fernus al frente con sus características vestimentas, no dejaba indiferente a ninguna de las almas allí presentes que ya nos estábamos dando cuenta de cómo iba a transcurrir este festival, aquí no hay tregua.

Comienzan su potente descarga de puro black metal sin pausa, sin concesiones, con esos rifts que te transportan a otro estado de consciencia y que, bofetada tras bofetada, iban tejiendo una red que enlazaba cada tema con el siguiente. Si hay algo que caracteriza a UMBRAETERNUM es su mensaje, un mensaje cósmico que se te noqueará y retumbará con esa potente voz funesta dentro de tu cabeza, sin manera posible de arrancarlo.

Arrancando desde un “Perfecto Caos”, la historia de “Umbratum” nos abducirá y evolucionará “presagiando una gran tragedia”. Hasta terminar con “La rebelión de los Usumgal” y dejarnos expectantes con ver cómo termina la historia. Aunque aún no tenemos fecha de estreno para esa ansiada continuación, estamos seguros de que las trompetas del Juicio Final pronto volverán a sonar.

BANISHED (Carlos)

He de reconocer que iba a pillarles, cual profesor cabroncete en un examen sorpresa… y admito que me cerraron la boca desde el inicio. Muchas ganas les tenía a mis vecinos BANISHED y es que como comentábamos en la previa, es más fácil disfrutarles en directo lejos de nuestra tierra que en casa. Triste pero real. 

Pero para ganas, las que pusieron el quinteto binefarense sobre las tablas a temprana y calurosa hora. Hasta ocho temas a piñón y sin descanso fueron los que incluyeron en su corto set, dejándonos exhaustos y con ganas de más. Varios adelantos del que será su próximo trabajo, “Chaos in the World”, así como temas de sus dos anteriores trabajos dieron forma a una descarga en la que el combo no nos dio ni un momento para la tregua, encadenando riff tras riff, poniendo la nota Thrash al festival.

Divirtiendo al personal y pasándoselo en grande en el escenario, sus amplias sonrisas les delataban. Sergio y compañía exprimieron su tiempo al máximo y nos dejaron bien saciados a los cada vez más numerosos asistentes al festival.

Festival lleno de imágenes, que hemos intentado mal que bien captar a través de nuestras cámaras y que, con el permiso de Alex, la descarga de BANISHED dejó una de las más bonitas del mismo. Piel de gallina el poder disfrutar de la hermosa conexión entre padre e hijo, uno exprimiendo las seis cuerdas hasta la saciedad en escena y otro desbordando admiración y complicidad aferrado a una valla frente al escenario que casi le doblaba en altura. En ese cruce de miradas y sonrisas entre padre e hijo, había suficiente vida y pasión como para dar por bien empleadas las miles de horas que cualquier músico patrio roba a su vida personal por esta endita locura llamada MÚSICA, en mayúsculas y sin apellidos. Momentos mágicos que poblaron un festival único y especial, no sólo en lo musical, sino también en lo emocional. BANISHED atrapa, la potencia que desprenden en estudio se multiplica cuando unen fuerzas sobre las tablas y su paso por el Black Templar así lo atestigua. 

Boquita cerrada, lección aprendida y esperando que el quinteto binefarense mueva ficha con su próxima e inminente nueva publicación. ¡Chapeau! 

INVERSUS (Carlos)

Tras la experiencia vital de descubrir BANISHED en vivo, tocaba el turno de retomar la épica de la mano de los lleidetanos INVERSUS. El cuarteto, arropado por un buen puñado de paisanos, saltó al escenario a no desperdiciar ni un solo minuto del tiempo de que disponían. A piñón, sin un minuto de respiro y sin apenas presentaciones, con un temible y desafiante Hastur comandando la nave y zarandeando a los asistentes a su antojo fueron cayendo temas de todos sus trabajos, desde una endurecida “Sons Of Chaos” a la visionaria “Requiem Pandemia”.  

Si ya comentábamos con el propio Hastur en la entrevista previa que mantuvimos con la banda, que percibíamos un notable endurecimiento del sonido en su último “Evil Seeks Evil”, en directo el salto en cuanto a potencia es ya abismal. Compactos como pocos, el paso de INVERSUS por el festival nos descubrió a los que no habíamos tenido la oportunidad de disfrutarles en directo, a una banda muy rodada, sin fisuras y que es complicado que no te atrape a primera escucha. Sobrados en cuanto a contundencia, si lo tuyo es la melodía te vas a hartar de oscuros pasajes melódicos que en directo se crecen. Para rematar, la magia de Oriol a las seis cuerdas, dan al cuarteto catalán ese toque épico que acaba por desmoronar tus defensas. 

Puede parecer una tontería, pero su posición en el cartel, descargar tras los oscuros UMBRAETERNUM, pienso que les vino de perlas al cuarteto lleidetano para que su descarga en el festival quedase grabada en nuestras retinas a fuego. Y excelente dupla, si se me permite sugerir a posibles promotores, la que formarían en directo con la banda que les iba a preceder…  

NARBELETH (Carlos)

…Y con el sol escondiéndose tras el castillo templario que corona Monzón, NARBELETH nos sumergió en la oscuridad… Lo comentábamos todo el equipo al finalizar su descarga y por las reacciones de los asistentes al festival, la opinión era unánime: NARBELETH fueron los elegidos para abrir la caja de los demonios que a partir de entonces se iban a liberar. 

No sé si por la aparición de los primeros problemas técnicos y retrasos, o por la extraña magia que se creó durante su descarga, pero lo cierto es que el paso por el escenario del cuarteto fue un visto y no visto que dejó huella. Tampoco sé si está crónica podrá acercarse a describir lo que se vivió durante la misma.

Siempre hay una primera vez, un momento en el que todo empieza a cobrar sentido y descubres qué es lo que realmente se esconde tras unas aceleradas baterías o unos endiablados riffs. Difícil mantenerse al margen del huracán que Lord Dakkar y compañía desataron sin piedad ante los atónitos asistentes que, como un servidor, todavía no habían tenido ocasión de catarles en directo. 

Con un colosal Vindok a la batería, totalmente recuperado de los problemas físicos sufridos hace escasas fechas (quién lo diría visto el despliegue ofrecido en Monzón), Amalia y King Abraxas en absoluto trance gobernando ambos lados del escenario, las miradas inevitablemente se dirigían a un Lord Dakkar que ofició de oscuro maestro de ceremonias ante la atónita mirada de los afortunados que nos encontrábamos al otro lado de la valla, literalmente, a sus pies. 

Con el paso de los días y revisando vídeos y fotografías del show de NARBELETH, me queda la extraña sensación y la duda de saber si lo que muestran las imágenes es lo que realmente ocurrió aquella tarde. Creo que, al igual que ahora lo son mis palabras, los objetivos de las cámaras se quedaron cortos a la hora de captar lo que realmente se vivió bajo el influjo de NARBELETH. Tal vez las imágenes muestren nuestros cuerpos allí presentes en el momento del disparo, cuando la luz impregna la película y las dos dimensiones quedan atrapadas, pero te digo yo que muchas almas, la mía incluida, se hallaban lejos de tierras templarias, en otras dimensiones, a lomos de la oscuridad que NARBELETH desató. BRUTALES. 

ERED (Txus)

Rondamos las 20:30h, estamos en el ecuador del festival… ¿y qué significa eso? Pues absolutamente nada, porque en este festival no tenemos entrantes, ni primeros, por no tener no hay ni postre, aquí todo van a ser platos principales. Casi 6 horas llevamos disfrutando de esta brutalidad que es el Black Templar y las mismas por delante, alentador para cualquier espartano.

Con el tiempo justo para hidratarse y deshidratarse, comer y descomer, desde la ciudad Condal llegan ERED para dejarnos con la boca desencajada una vez más. Otra de esas bandas de la élite nacional, con nada menos que 27 años de una trayectoria impecable de blasfémico black death metal y su último LP “Evil Sorceries” del 2019 por bandera.

Con Shogoth al frente como miembro fundador en su primera aparición de la noche y Abyssal de vuelta, Llorens a las guitarras y Yonay a la batería, venían dispuestos a resquebrajar los cimientos de Monzón hasta que surgieran las llamas del abismo de Khazad-dûm. Y así fue, eso os lo puedo asegurar, con una potente descarga de sus mejores temas, consiguieron que en carpa llena se desatara la masacre. ¡Hasta los Orcos que bajaron de la montaña plantaron batalla!

Una actuación impecable por parte de ERED, motivando a las hordas metaleras a continuar con este maratoniano festival que se encamina hacia la batalla final. 

BALMOG (Maro)

Es inevitable que, en cualquier concierto, se produzca cierto retraso en la programación y más cuando estamos hablando de un total de 11 bandas y del debut de un festival tan ambicioso con éste. Y no es que el sonido en la carpa de Monzón fuera complicado (esa afirmación les corresponde a los entendidos), si no que también tenemos que contar con que cada agrupación busca afinar su sonido, por eso es necesario un previo ensayo para acoplar los acordes y entonaciones. Esto provocó que según iba avanzando la jornada, se prolongasen los tiempos de comienzo de los conciertos.

Poco más avanzado de las 21h, los de Soutomaior hicieron acto de presencia ensombreciendo la sala con una oscuridad acojonante. Y es que el crecimiento de BALMOG de los últimos años, está siendo exponencial, sus últimos trabajos “Pillars of Salt”, “Eve” y “Covenant of Salt” aúllan desde la lejanía, majestuosos ecos sobrecogedores con desequilibrios melódicos que te embaucan y arrastran a un abismo de oscuridad infinita. No es la primera vez que les veo en directo, en salas pequeñas impresionan, pero el hecho de verlos en un festival más grande la experiencia se multiplica. Esta vez, no llevaron consigo su atrezzo ceremonial como de costumbre (velas, inciensos, palo santo, …), pero los restos óseos de cráneos no se pierden una.

Dos décadas de historia provocan cayo en el escenario, BALMOG es ducha en guiar los directos con una energía sombría e imponente. “Desacougo” de su último largo, fue el temazo elegido como final y cierre de la performance maratoniana. Solo puedo añadir, que el concierto que dieron en el Black Templar EMF elevó aún más el caché del festival. ¡Descomunales! Incluso se podía apreciar en los comentarios y en los semblantes alucinados de los asistentes.  

BETWEEN THE FROST (Txus)

Ya se aproximan las 23h, la horda en Monzón sigue con fuerza, comenzamos la recta final, la más cruda y bestial. Las fuerzas aguantan y aguantarán toda la noche, ya mañana dormiremos en el infierno.

Entre la espesa niebla del escenario, aparecen como las fieras en la noche, BETWEEN THE FROST, cuyo nombre en este caso no es el mejor, pues compañeros, en esta velada no ha habido ni un ápice de escarcha, todo ha sido luz, fuego y destrucción. Una de las bandas más veteranas, de los que comenzaron sus andaduras a la par que el metal extremo en territorio patrio, de los que grabaron en 8 pistas y “clandestinearon” cassettes por toda Europa, que además, preparan una actuación especial con motivo de su 30 Aniversario, la que seguro desatará el apocalipsis y de la cual, seguro les costó escoger los temas para esta noche.

Notamos la ausencia de Blas que, por motivos ineludibles no pudo asistir, esto supone una dificultad extra, pues tuvieron que meter su guitarra por ordenador, lo cual obliga al resto del grupo a tener una sincronización más que perfecta. Aún así, el cuarteto tarraconense restante eleva una vez más, la carpa de Monzón hasta el máximo.

Con J.M. corriendo por el escenario con su guitarra, cual demonio al compás de la batería de Asier, se nota en el escenario la complicidad de dos grandes amigos de toda la vida, Alberto haciendo arder su bajo y Rafa al frente entre la niebla espectacular. ¿A alguien más le recordaron sus posturas a Freddie Mercury?.

Justo el subidón de adrenalina que necesitábamos en este momento, para continuar abocados hacia el final inevitable de este Black Templar EMF

OUIJA (Maro)

Uno de los momentos más esperados de la noche del BLACK TEMPLAR EMF, fue la aparición en escena de la veterana y legendaria OUIJA. Nueve años sin tocar en directo es toda una eternidad y por fín, llegaba el momento de desplegar toda su furia y talento en vivo de nuevo… Llegaron con más hambre que nunca y con el incentivo añadido de que esta vez, lo hacen como anfitriones en su tierra, Monzón. La tierra que les vio nacer, un pequeño pueblo situado en el Pirineo aragonés, lejos del incesante bombardeo musical extremo que podemos tener en las grandes ciudades, iba a ser un hecho extraordinario estar arropados por sus amigos de toda la vida, familiares, vecinos, … Todo un hito. 

Y es que señores y señoras ya sabemos que los conciertos en vivo de esta formación con treinta años de vida, son escasos y selectivos, motivo que hace que la experiencia de verlos tocar en directo sea aún más esperada y saboreada.

A media noche, Midgard aparecía entre la espesa niebla del escenario como una maldita aparición del inframundo, caminando cual fiera acechante en dirección a las hordas negras sedientas de barbarie, que abajo esperábamos expectantes… “Selenophile Impia” fue la elegida para abrir una actuación tan bestia como emocionante. Tras el breve momento instrumental, la voz desgarrada y leónica de Midgard resonó más allá de las montañas montisonenses. Map se deleitaba desgranando cada acorde de su afilada guitarra, como si fuera el último bocado de un famélico reo condenado. Fulgur, cómitre impío, regía incesante los endemoniados compases de su feroz batería. Y los miembros más recientes, José a la guitarra y Shogoth al bajo, embestían melodías afiladas que cortaban el aliento y el flequillo de los más cercanos al foso. Sabemos que Shogoth se estrenaba haciendo doblete en vivo por primera vez, el primigenio miembro de ERED ya bien podría haber hecho triplete si hubiera coincidido con otra de sus bandas, porque iba sobradito de metralla. 

Con la pista a reventar, los mosh iban y venían acompañando los clásicos más bestiales de la agrupación, una setlist que plasmó la esencia de OUIJA dando un repaso a su historia. Terminaron con su temazo reinventado “Unbridled Transylvanian Passion”, cierre apoteósico que puso fin a un espectáculo de negro e infame fuego, el cual no se vio sofocado, hasta asegurarse de ver carbonizada la carpa de Monzón ¡tremendos! 

BLAZEMTH (Maro)

Como ya conocíamos por la previsión meteorológica previa a Monzón, un ciclón de oscuridad y violencia se iba a desatar con la llegada de BLAZEMTH a los escenarios y así fue. Los barceloneses, con luces rojas y mucho humo anunciaban la llegada del “Return of Lucifer”, con Ferrán Volkhaar a los mandos de la tripulación. No solo nos azotaron con sus últimos temas publicados, además disfrutamos de clásicos anteriores de su demo del ´96 “Fatherland”. Y es que su Black Metal gran reserva y de la vieja escuela estremeció los cimientos de la pequeña población, como si un portal al mismísimo infierno estuviera abriendo sus puertas. 

Su puesta en escena fue como un bofetón de oscuridad en toda la geta, así, sin avisar. Ricky Mena es una bestia armada con baquetas de acero, despiadada y feroz nos aceleró el pulso al borde del colapso. Ritmos incansables y melodías infernalmente seductoras a manos de Oscar Shunh y Fran se fusionaban a la voz desencajada y rota de Ferrán Volkhaar… ¡Tremendo espectáculo de odio y fuego! Todo un cóctel molotov directo a la vena para todos los presentes que, a estas alturas de la jornada, invadíamos la carpa de Monzón.

Subieron a las tablas más allá de su hora programada como era de esperar (serían sobre las 1h aprox.), ya que como comentamos antes, los retrasos se iban acumulando por acoplar bien los sonidos de las bandas, sumado a la visita inesperada de los Orcos de Monzón en el escenario. Todo esto entendible hasta cierto punto, provocó que algunas bandas tuvieran que recortar varios temas del final de su set list, como ocurrió con BLAZEMTH. Esto ocasionó que la banda no pudiera desarrollar todo el show como esperaban… nos tenían preparada una sorpresa final que, afortunadamente, pudieron culminar en su siguiente bolo del 22 de septiembre en Madrid. 

CAULDRON (Maro)

Una vez pasado el tornado de BLAZEMTH, tuvimos el tiempo justo para remontar nuestros miembros desarmados, atusarnos las melenas y respirar un poco de aire fresco (ahora sí que sí) antes de la gran traca final… Entradas ya las 2:00h de la madrugada y tras una jornada maratoniana de casi medio día, seguimos al pie del cañón. A estas alturas comprobamos algunas bajas en las alineaciones de la militancia, pero no fue impedimento, porque los que aún permanecíamos estoicos, cubrimos sus mermas como enajenados berserkers de las tinieblas.

Con la pista ligeramente más vaciada, pero aún más devastadora, el proyectil CAULDRON impactaba en el pódium, con la depravada intención de fulminar lo poco que quedaba en pie. Con demoníacos semblantes (no solo por el corpsepaint) y una contundencia abrumadora, ejecutaron un espectáculo de odio y fuego digno de la élite luciferiana más bestia. La voz desgarrada de Febos (reciente aterrizaje entre sus filas), ha encajado como un perfecto puzzle en la línea musical de la formación. Thanatos, era el encargado de marcar los latidos del corazón de la Bestia Negra de CAULDRON, pulso imparable cual juggernaut que enardecía a las huestes del mosh. La profundidad del bajo de Crypt y la dupla perfecta de Kzanhagr y Jurkh a las guitarras, bordaron con hilo de acero cada uno de los temas elegidos del show (exceptuando los recortes) como su “Man, Mist & Spirit”. ¡Bárbaros! Un punto y final de órdago, que terminó reduciendo a cenizas la carpa de Monzón. Ya nos lo venían advirtiendo, prometieron venir a pasarnos a cuchillo… ¡Dicho y hecho! 

Reflexión de Carlos Citoler.

La oportunidad de ver juntos sobre un mismo escenario bandas que son y han sido pilares sobre el que se asienta el extremo patrio. Una ocasión única, para tomar el pulso a una escena que pugna por asomar la cabeza dentro del panorama… Alto ahí!!!! 

Para, para, relájate y disfruta… Disfruta de una tarde que desde el día que Midgard empezó a lanzar miguitas de pan llevábamos soñando despiertos, siguiendo gustosamente el rastro hasta la trampa final. Una jornada en la que poner cara y ojos a un@s compañer@s que, hasta entonces, habían estado recluidos en una diminuta fotografía de perfil de Whatsapp y que aquel día se hicieron más grandes de lo que mis brazos puedan nunca abrazar. 

Una noche trufada por las amplias sonrisas de artistas y público, que entre actuación y actuación buscaban el tiempo para departir y compartir lo vivido en el bolo anterior. De todo eso, solo de eso, ni más ni menos que de eso, estuvo lleno está primera edición del Black Templar Extreme Metal Fest. 

En una ciudad, Monzón, que hasta entonces era conocida por su castillo y en nuestro círculo, por ser cuna de OUIJA. A partir de esa noche, para muchos de los cerca de 500 afortunados que apostaron por el festival, Monzón será recordado como aquel lugar al que tantas horas de coche costó llegar y tanta nostalgia nos invadió al abandonar. Ideado todo por un puñado de valientes, a los que la sonrisa no les cabía en la cara durante toda la velada y que no dejaron de recibir elogios llegados desde los más recónditos rincones del país, por boca de unos asistentes que sabían que estaban asistiendo a algo único.

Echando la vista atrás, después de una semana de reflexión e intentar asimilar lo vivido, tal vez en eso consista toda esta movida, en disfrutar el momento y quedarse con las sonrisas, los instantes que quedan grabados en tu retina. Saber que somos legión y que solamente hace falta una señal para que la llama prenda y las hordas se movilicen. No seré yo quien opine sobre la salud de la escena, su presente y futuro. Aquella tarde algo extraño respiraba a mi lado, noté su sabor en mi boca durante toda la noche y no dejé de presentir su agitada respiración en mi nuca mientras la música atronaba a través de los altavoces… No sé si la escena está o no muerta, pero «algo» planeaba sobre nuestras cabezas durante aquella mágica jornada de septiembre y me dio la impresión de que el miedo a morir no iba a detenerle.  

Tampoco es el momento de echar en falta a los ausentes sobre el escenario, en el foso o en pista. Desde la organización ya dejaron claro que esta primera edición quería ser una llamada, el encendido de lo que se quiere sea una gran hoguera que guíe nuestros pasos año a año a la cuidad del eterno castillo templario y viendo los resultados, “Pasión por el Ruido” deberían de estar más que satisfechos. Pero nadie debería olvidar que, para que la llama siga viva, debemos de alimentarla entre todos, organismos públicos, medios y sobre todo, asistentes.  

Contando los días que nos separan de la segunda edición de este Black Templar Extreme Metal Fest, no nos queda otra que seguir recordando momentos, conversaciones y MúSICA, con mayúsculas, que llenaron está primera edición. Quedarnos con los momentos, los saludos, y sobretodo, con los encuentros. Eso es lo que, para mí, queda de este primer Black Templar, algo que nadie nunca puede, podrá, quitarnos.

Maro Black, Carlos Citoler y Txus Warlock

Reflexión de Maro Black.

Hace no mucho, en el grupo de Whatspapp que comparto con mis compañeros de REA, el padre fundador KiKe Maiden nos comunicó que se estaba cociendo un festival de black metal nacional en territorio templario, mis sentidos blackarácnidos se erizaron y elevaron a máxima potencia. Pocos días después, por fín se nos confirma a la redacción el infame cartel que iba a prender fuego a la comunidad extrema nacional. Las pupilas se me dilataron en negro y mi mente empezó a ir a mil por hora, pocas veces se ve algo así, bandas míticas de un talento brutal enquistadas en un cartel tan atroz como blasfemo y además en un paraje único. Fue en ese momento, cuando Kike Maiden, César Scheitan, Carlos Citoler, Txus Warlock y yo (Maro Black), nos pusimos a saco a buscar información, a coordinar cada paso que dábamos, a preparar previas y entrevistas de cada agrupación, a difundir, … 

No me quiero extender mucho más porque la crónica es titánica, solo resaltar el esfuerzo que ha tenido que suponer tremenda organización de un festival tan ambicioso, en cuestión de poco más de dos meses, por parte de la asociación sociocultural “Pasión por el Ruido” con la colaboración y comandancia de Midgard (OUIJA). Trabajazo también el de la redacción de REA, por sacar el tiempo de debajo de las piedras y poder compaginar la vida personal, laboral y además abordar las previas y entrevistas en un tiempo record, únicamente con la pasión por la música como fiel escudera.

Con muchísimas ganas, a las 8 a.m. y con el coche a reventar de metalheads medio sobados, nos encaminamos desde Madrid hacia Monzón. En tierra dejamos a varios colegas que no tenían como desplazarse al festival, hubiéramos llenado fácilmente un autocar con los más cercanos… pero no pudo ser… Una vez en el destino, lo primero saludar y abrazar a otro REAmigo residente en un pueblo vecino de Monzón, Carlos Citoler, grandísimo y talentoso camarada que no dudó ni un momento en ser nuestro guía y apoyo incondicional… Mil gracias!

Destacable la descomunal acogida que tuvimos nada más llegar a la pequeña localidad, por parte de Sergio de “Pasión por el Ruido” y de Midgard, de verdad que nos sentimos como en casa desde el minuto 1. Y qué decir de la gente del pueblo… hasta las señoras ancianas del lugar te sacaban una sonrisa cuando se cruzaban contigo, incluso ví a alguna asomarse por la carpa con el carrito de la compra, jajaja… ¡maravilloso!

Haber podido presenciar en vivo la primera edición del Black Templar ha sido una experiencia memorable e irrepetible… y es que, ¿cuántas veces ocurre que bandas tan veteranas como bestiales, la cuales no suelen ofrecer conciertos tan a menudo como quisiéramos, se congreguen juntas en un mismo evento? ¿Y qué decir del pedazo de escenario? Festivalón donde el black y metal extremo es el niño consentido por todos.

Más de 400 personas acudimos a la infame llamada, toda una hueste luciferiana desplazada desde todos los rincones íberos: Barcelona, Aragón, Madrid, Andalucía, Extremadura, Galicia, Valencia… hasta de las Islas Baleares acudieron, una pasada. Entre conciertos, tuvimos tiempo de conocer y reencontrarnos con nuevos y antiguos colegas y camaradas (también los virtuales), todo el mundo disfrutaba y compartía su opinión entre risas y abrazos, inolvidable.

Si me preguntas mi opinión personal sobre el éxito del Black Templar… te diré que, para ser el primer festival, con el escaso tiempo con el que se ha organizado, la escasa difusión por parte de medios más grandes y los recursos que tenían… ¡Ha sido un éxito rotundo! Esperemos que sea suficientemente para que tengamos una segunda edición, porque quedan muchísimas bandazas nacionales de Black Metal que disfrutar en directo. 

Siempre hay cosas que mejorar claro, como el tema del sonido… Chema Ferrer y demás equipo técnico hicieron maravillas, no era nada fácil gestionar los sonidos de cada formación en una carpa como esta y con el tiempo en contra. Afortunadamente y contra todo pronóstico, no hubo lluvias sino buen tiempo, pero en las horas de sol el calor era difícil de llevar, sobre todo dentro de la carpa, quizás una fuente fuera hubiera ayudado. Se echó en falta también, algún otro stand de “merchan” y alguna otra opción para las comidas (si incluyera algo vegano lo hubiera agradecido mil). Los baños portátiles como en otros festivales, supongo que no esperaban tanta acogida de gente, los tres que había preparados se quedaron cortos. Y poco más, agradecerte haber llegado hasta el final de la lectura, espero verte en la siguiente edición del BLACK TEMPLAR EXTREME METAL FEST. ¡Salud!

Txus, Midgard (OUIJA), Maro y Carlos.

Reflexión de Txus Warlock.

Apenas tres meses desde que escuchamos los primeros rumores del Black Templar y no hubo dudas, habrá que echarse a la carretera. ¿Qué son 4 horas de coche desde Madrid, para lo que promete este festival? Once bandas patrias y épicas que no se pueden ver todos los días y por sólo 15 euros la entrada (anticipada). Gracias a Carlos Citoler, compañero de REA, conseguimos un hostal cercano, que era de lo más difícil y preparamos un fugaz viaje.

Ya el 16 de septiembre por mañana, madrugón y con un café en el cuerpo, recogemos a tantos colegas como caben en el coche y nos hacemos un viaje que a todos nos resultó corto, entre risas, buena música y ganas del festival.

Es impresionante cruzar esa España vaciada, grandes extensiones en Huesca llenas de edificios abandonados y llegar a Monzón dominado por su imponente castillo, me quedé con las ganas de visitarlo, obligada visita para el próximo viaje. Poco más de las 13h estamos allí, una sensación increíble llegar a ese pequeño pueblo y ser acogidos por todos, el primero, nuestro compañero Carlos Citoler, a quien después de tanto tiempo pudimos ponerle cara, esperándonos en el hostal, apalancamos los bártulos y corriendo para el festival.

Al llegar, ni dos minutos tardó Midgard en asaltarnos, eufórico saludaba a todos los que íbamos llegando al festival y Sergio de la Asociación “Pasión por el Ruido”. Había llegado el día para el que tanto habíamos trabajado todos, ahora tocaba disfrutarlo. Mitad de las caras allí presentes, eran ya conocidas, algunas de festivales, otras de redes sociales y la otra mitad lo sería al final de la noche, jajaja. Se notaba que todo el mundo venía dispuesto a divertirse y es algo que se comentó en todo momento, el buen ambiente entre todos los asistentes, sabíamos que estábamos en el comienzo de algo grande.

Apenas hubo tiempo para comer, ya estaba Siixs en el escenario, no voy a entrar en los conciertos en sí, eso forma parte de la crónica del festival, pero fueron 12 horas sin parar. Para mí no hubo ni una banda de las que dices, vamos a aprovechar para comer, jeje. Recalcar la actuaciones de Umbraeternum, Narbeleth y Balmog, que ya los había visto anteriormente y en esta ocasión se superaron. Ver bandas de la historia del BM nacional como Ouija, Blazemth, Between the Frost o Cauldron en directo fue algo brutal, esto era la esencia del festival y cumplió con creces mis expectativas. Muy interesante fue que todas las bandas tuvieran la misma importancia, mismo tiempo para cada una. Hay que añadir que sí, algunos problemas técnicos hubo, pero 11 bandas y al final el retraso acumulado no supero una hora, increíble, los técnicos estuvieron dándolo todo para que esto pudiera avanzar como debía. Ya al final, creo que lo que todos estábamos pensando era lo mismo… “En cuanto confirmen para el año que viene, ¡¡voy reservando!!».

Maro Black y Txus Warlock con los Orcos

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