Por Elros Alcarín
Con la personal mezcla de Surf Rock, psicodelia, garaje y ciencia ficción, aterriza, y nunca mejor dicho, Phonocaptors, un cuarteto instrumental que nos presenta “Atomic Lunch”, su último disco, para ofrecernos un viaje musical y narrativo desde el planeta “Brocolinix” a nuestra escena un tanto anclada en los manidos temas del pasado. Descubriremos los secretos detrás de esta innovadora obra y exploraremos la inspiración que les llevó a crear un apocalipsis sonoro único. ¡Acompáñanos en este emocionante viaje!

Hablemos de los inicios. Son ya once años desde vuestro primer concierto. ¿Cómo se formó Phonocaptors y cuál fue la chispa que os llevó a crear esta variada y arriesgada propuesta?
El grupo comienza en 2011 con Antonio Prieto al bajo y Miguel Tejedor a la guitarra, la idea es hacer música instrumental, sin encasillarse en ningún estilo en particular y sustituyendo el espacio de las voces con distintos sonidos y diálogos de películas y series. Posteriormente entra Rafael Sabater a la batería y unos meses más tarde, Oscar Alonso al teclado y samples, cerrando así la formación.
La evolución de un sonido es esencial en la música. Vosotros nos habláis de psicodelia, garaje, surf y todo ello se vuelca en una banda sonora instrumental ¿Cómo describiríais la evolución de vuestro sonido desde “Danse Macabre” (2014) y qué ha cambiado en estos últimos siete años que han pasado del lanzamiento de “Errata Nature” (2016)?
La evolución del sonido de la banda ha sido muy natural, no tener un estilo definido era una elección fundamental, desde siempre la idea era ir probando cosas nuevas y no encasillarnos. Por otro lado, cuanto más tiempo tocamos juntos, más nos conocemos y mejor sonamos, lo que hace que apetezca y nos atrevamos a probar cosas nuevas. «Danse Macabre» es más alegre y bailongo, en general son canciones cortas, es un disco quizá un poco más surfero, por decirlo de alguna manera. Aunque tienes canciones como «John Virgin» donde ya está muy presente la parte psicodélica. «Errata Naturae» continúa con ese sonido pero se añade algo más de oscuridad, con canciones como «Beware» o «Bulletproof Monkey», pero la parte surfera está también en en «Better Call Saul’ y «Capo di Tutti Capi». «Atomic Lunch» es un paso más adelante, hay más psicodelia, también alguna parte más densa y pesada, dentro de nuestro estilo, claro está. Hemos añadido a nuestro sonido sintetizadores y hasta una trompeta en «Kimbo». En general las canciones son más largas, nos tomamos más tiempo en desarrollar cada parte tranquilamente. Pero creemos que el sonido continúa siendo muy reconocible.


En el mundo del rock, a veces es difícil conseguir exposición. ¿Cuáles han sido los mayores desafíos que habéis enfrentado como banda y cómo los habéis superado?
Diría que el mayor desafío es ser una banda instrumental y no tener un estilo definido. Nos siguen preguntando si estamos buscando cantante de manera recurrente, aunque cada vez menos, también es verdad. Siempre quieres llegar al máximo de gente posible, pero no es algo que nos quite el sueño. Otro desafío importante es mantener las ganas e ilusión a lo largo de los años, tener siempre tiempo para los ensayos y los conciertos. Por suerte, más de 10 años después, seguimos con las mismas ganas de componer, ensayar y sobre todo de tocar en directo.
Yo creo que vuestra propuesta musical en general, tiene un enfoque fresco y distinto a lo que se encuentra en la escena musical. ¿Estoy en lo correcto? ¿Qué opináis vosotros sobre vuestra aportación a lo que estamos viviendo hoy en día musicalmente hablando?
Agradecemos esas palabras, la verdad. Sin querer sonar pretenciosos estamos de acuerdo con lo que dices, creemos que nuestro sonido, sin ser nada nuevo ni mucho menos, es bastante fresco y variado. Vamos cogiendo cosas de diferentes estilos y las llevamos a nuestro terreno, la misma canción puede empezar con un riff garagero, pasar por un interludio más pesado y acabar con una parte repetitiva y psicodélica. La idea es que la gente se lo pase bien y esté de viaje durante lo que dura el concierto o el disco, por eso en directo siempre intentamos enlazar canciones dividiendo el concierto en 2 o 3 bloques.

Y ahora nos toca centrarnos más en el presente de “Atomic Lunch”. Sin duda suena realmente intrigante e interesante la mezcla de vuestro sonido y la ciencia ficción. «Atomic Lunch» presenta una historia apocalíptica intrigante con seres extraterrestres del planeta Brocólinix. Desde Nooirax Producciones nos lo presentan como “una invasión alienígena, que desde luego es lo único que nos queda por sufrir tras la pandemia, terremotos, conflictos bélicos y mil catástrofes, que nos bombardean con brócoli” ¿Qué os inspiró para hablar de esta temática y la narrativa que acompaña a cada canción del álbum?
Es un comentario bastante común, que en algún momento todos hemos dicho o escuchado, “después de todo lo que ha pasado en el mundo, sólo faltan los extraterrestres”. Pues bien, una cosa menos de la que preocuparse, ya está pasando, estamos en medio de una invasión extraterrestre, pero por suerte sólo dura 40 minutos y es una experiencia que vas a disfrutar, que acaba bien y puedes repetir siempre que quieras.
Cada pista parece un capítulo en esta serie de aventuras apocalípticas. ¿Podéis hablarnos un poco más sobre cómo estructurásteis el álbum para contar esta historia de manera conceptual sobre todo con la dificultad de presentar un proyecto meramente instrumental?
Realmente no fue algo premeditado, las canciones van surgiendo y cuadrando poco a poco hasta tener los dos bloques que forman el disco. La historia definitiva surge al tener la portada, ahí es donde se cierra la paranoia brocoliana y damos rienda suelta a nuestra parte más friki y sci-fi.
«Morphine with broken glass for breakfast» es el primer single de este álbum. ¿Podríais hablarnos un poco sobre el mensaje y la inspiración detrás de esta canción en particular?
Los títulos surgen en base a lo que nos trasmite la canción en el momento de elegirlo. En este caso la canción empieza con nuestra parte más surfera, estás en una especie de persecución o huida de una ciudad que está siendo devastada por una versión muy friki de Godzilla y sus amigos, pero a mitad de camino y sin saber cómo, te encuentras en una playa paradisiaca donde te tomas una piña colada y descansas un poco antes de la siguiente locura.
Hemos tenido la oportunidad de ver el video musical del tema, de este primer single «Morphine with broken glass for breakfast». Un trabajo lleno de referencias visuales interesantes. Me gustaría que nos hablarais sobre la colaboración con Migueteloart, su creador audiovisual y cómo ha sido trabajar juntos en la creación de este visual tan único.
Detrás de Migueteloart está nuestro guitarrista, Miguel Tejedor, que se encarga de toda la parte artística del grupo, diseños de discos, camisetas, carteles, proyecciones en directo y vídeos. Siempre ha tenido total libertad para hacer lo que le da la gana y siempre nos sorprende gratamente. Desde el principio hemos cuidado mucho la parte visual, dando mucha importancia a los diseños de los discos, las camisetas, los vídeos y demás.
«Atomic Lunch» parece ser en su conjunto un viaje emocional y sonoro. ¿Qué esperáis que los oyentes experimenten y sientan al escuchar este álbum?
La idea es que tengan 40 minutos de diversión y aventuras, que se pongan el disco, se olviden de todo y tengan un rato para viajar sin moverse del sitio.
Finalmente, después de esta inmersión en el mundo de «Atomic Lunch”, disco que verá la luz en pocos días, ¿qué mensaje os gustaría transmitir a vuestros seguidores y a nuevas mentes abducidas por el brócoli en este “Almuerzo Atómico”?
El mensaje siempre es el mismo, muchas gracias a todos lo que nos apoyan, ya sea escuchando nuestra música, ayudándonos a sacar los discos, viniendo a conciertos o de cualquier otra forma, muchas gracias. Y como despedida, no se me ocurre mejor frase que la que seguro dirá el Señor Spock cuando en uno de sus viajes, se encuentre con nuestra música.¡Larga vida y prósperos guateques!

