El Señor de las Sombras

Grupo:LORD OF SHADOWS. Disco:Echoes of York. Sello:Tragedy Productions. Año:2023.

Texto Carlos Citoler.

Curiosa la andadura de Don Untaru Valentin, «Shadows», musico originario de Rumania que sobre el año 2019 empieza a moverse por el oscuro underground bajo el nombre de Cruish-Nir. Un par de singles y un EP bajo este nombre, muy bien acompañado por cierto, y sobre todo, la fatídica partida antes de tiempo de su amigo y compañero Robert Cotores, llevan a Untaro a reinventarse, máxime cuando el convulso mundo de la música no se encontraba en sus mejores y mas estables momentos. El oscuro 31 de octubre de 2021, las sombras, de la mano de su oscuro señor, comenzaban a cubrir la cada vez mas enferma tierra,… 

Con un EP a caballo entre ambas denominaciones, Extremum Vitae Spiritum Edere, con una portada que no le hace justicia en absoluto, con perdón, Lord Of Shadows nos entregaba el primer aperitivo, el ticket de entrada al pasaje de las sombras. Entiéndase bien lo de la portada, Joan Llopis Domenech hizo un gran trabajo, pero para una propuesta de power metal o similar. Quién se acercase en aquellos años a su tienda de discos preferida y se auto-homenajease con una compra a ciegas por la portada del trabajo en caso de escoger este Extremum Vítae … se llevaría un buen chasco (nota para mileniars, estamos hablando de una tienda, física, en la que se compraba, pagando, música, en físico,…). Dos temas conformaban este debut, en los que Shadows se rodeó de la crema y nata del Gothic Doom. El pastelito de crema de la mano, o mejor dicho, de la voz de Aaron Stainthorpe, voceras de My Dying Bride y su inconfundible timbre y buen hacer. Y en la nata, la DIOSA Heike Langhans, por aquel entonces reinando sobre Draconian, y que forma parte de mil y un proyectos, a cada cual más exótico e interesante. A la maga sudafricana, además de bendecirnos con su hipnótica voz, le sobró arte para encargarse de adornar el tema que da título al trabajo con delicados detalles en la sección de cuerdas del mismo. 

Casi dos años después de este debut, desgraciada y necesariamente nacido para ser un proyecto de estudio, Lord Of Shadows dan continuidad a su EP debut con un largo en condiciones, Echoes Of Yore, en el que la one-man-band sigue más que bien acompañado, para disfrute de los que adoramos este a veces repetitivo, aunque siempre adictivo, aterciopelado estilo. 

De la mano de los belgas Meuse Music Records, en compañía en este caso de Tragedy Productions, nuestro «camello» chileno preferido en cuanto a música oscura y de calidad, seguimos teniendo a Mr.Shadows tras el concepto global del trabajo, aliándose está vez con Mike Lamb. Hablar del amigo Mike es toparse con nombres como Remina, Sojouner o Light Field Reverie, ahí es nada, por lo que, sin siquiera pinchar el primer tema del álbum, los deboradores de sombras ya podemos babear a gusto. Se repite el dúo protagonista a las voces del trabajo debut, y, entre nosotros, quien pudiera, compañero,… De Aaron poco podemos añadir a lo que él mismo se ha encargado de demostrar al frente de My Dying Bride, un referente en el género, que en esta ocasión cede parte del protagonismo vocal masculino a Emilio Crespo, compañero de Mike en Sojouner, en el tema At The End Of Our Eclipse. De la parte vocal femenina, preferiría ahorrarme presentaciones, ante el riesgo de que este intento de reseña pierda toda la objetividad y ecuanimidad a la que cualquier reseña debería de aspirar, pero es que cuándo la DIOSA MIDAS cede su voz a cualquier proyecto, por muy barroco que parezca, lo convierte en oro puro. Personalmente, vivo con el temor que a Heike le de por colaborar en alguna de las «conocidas» sesiones con las que un conocido ¿productor? musical inunda periódicamente las listas de super éxitos comerciales, porque sé que si algún día lo hace, el riesgo de que me pase al reguetón o lo que sea que manufactura el prenda es realmente alto,… 

Podríamos decir que la primera piedra de toque de este Echoes Of Yore es la inicial Her Lips Were Poetry and Doom, pero pasar por alto el cuidado arte de su edición en físico, de momento solamente en edición Digipack si no estoy mal informado, sería injusto. Una cuidada, muy cuidada edición, viendo lo que actualmente se estila en cuanto al mimo en las mismas, con un correcto libreto en el que bucear por las letras, una extensa lista de agradecimientos por parte de Shadows, como no podia ser menos, y una portada INCONMENSURABLE. Si en tiempos la portada era la puerta de acceso a un trabajo desconocido, a una compra a ciegas entre las estanterías de tu tienda de discos preferida, quien hubiese dado con ésta en aquel entonces sabría perfectamente qué iba a encontrar tras la misma. Bajo un manto de terciopelo carmesí, la decadencia de unos abandonados palacios que conocieron tiempos mejores, reflejando su ocaso en un horizonte extinto, mientras el solitario caminante, cargado con la condena de Sisifo, está vez representada en un maldito reloj de arena, es incapaz de alcanzar la cima y cumplir su pena. Lastima que en los tiempos digitales en los que vivimos, el tacto aterciopelado de la melancolía que desprende está portada tenga que reducirse a acariciar una fría pantalla de teléfono inteligente, pero el progreso trae adelantos que la razón no llega a veces a entender,… El hecho de que tanto portada como arte interior del trabajo sean obra de la DIOSA Henke tal vez debería ser un dato a omitir en esta reseña, si, como decíamos al principio, queremos seguir conservando algo de imparcialidad y rigor. Algo hará mal la moza, solo es cuestión de esperar con calma,… 

Metiéndonos en harina, en el tema musical, porque para eso hemos venido, podríamos desgranar tema a tema, desde la inicial Her Lips Were… a Your Blood Weights Heavy, tema que cierra el disco, y que, emulando al Uróboro, convierten al trabajo en un lamento circular que se autoalimenta; pero preferimos que os adentréis vosotros mismos en la melancolía de unos pianos que supuran tristeza y pesar, en unos versos recitados por el propio Aaron que hipnotizan por muchas veces que llegues a escucharlos; que os sumerjáis en esos duelos de voces entre la angelical Heike y el rugido atronador de un Emilio desatado, en esos lamentos que rompen el alma a cada escucha. El protagonismo de las voces en Echoes Of Yore es innegable, de que otra forma podría ser viendo el plantel. Pero también salta al oído que Mike se ha encargado de crear una sinfonía sobre la que estás grandes voces pueden lucirse a gusto. Al ritmo que Jakob Olsen marca tras los parches, nada desentona, todo encaja conformando una oscura y decadente atmósfera sobre la que la creación de Shadows se hace carne. Con momentos de lucimiento musical, como en el tema At The End Of Our Eclipse, pero siempre cediendo protagonismo a las voces, la cama de pétalos marchitos creada por Mike permite a los narradores de esta tiste historia lucirse a gusto. 

Y aquí nos asalta el dilema, que tras haber quemado el disco hasta la saciedad, queremos dejar en el aire: que la obra es una absoluta delicia, con unas líricas que te rasgan por la mitad y una interpretación exquisita, es un hecho casi, casi, demostrable. A gustos, colores. Pero que, además, es una formula mil veces repetida, también. El uso de los recursos musicales típicos del primigenio Gothic, el duelo de voces mal llamado «bella-bestia», las oscuras orquestaciones,… Todos lo hemos oído y disfrutado antes, pero nos sigue volviendo locos, a unos pocos, si se hace con gusto y  bien hecho, como es el caso. Que If The Tears Are Forgotten sea el tema que desearía sonase en mi funeral, y más siendo el aliento de Heike en mi oído mi último contacto con la realidad, no quita que sea un tema que ya has escuchado antes, aunque fuese en sueños, o que te recuerde vagamente a algo antes disfrutado. 

En estos locos días en los que si no aportas algo novedoso corres el riesgo de caer en el peligroso saco de la monotonía; hoy, que como escuchante solo cuenta el pavonearse ante los colegas de ser el único escuchante en Bandcamp de una one-woman-band de Zimbabue del sur, que graba sus maquetas en el palomar de la granja de sus padres; en esta «bendita» actualidad, tan vertiginosa como vacía, no se si una propuesta como Lord Of Shadows tiene cabida,… O tal vez sí, que cojones!!! Que una propuesta rebosante de calidad, bien hecha, con unos mimbres que tiran para atrás y que como resultado ofrece una delicia como es Echoes Of Yore, debería ser degustada o al menos conocida por los amantes de este género, obsoleto en ocasiones, pero siempre disfrutable. Que no se invente nada no significa que este falto de calidad, y si para «molar» hay que meterle una línea de castañuelas a una jodida delicia como es Your Blood Weights Heavy, que paren el tren que yo me bajo. Prefiero seguir disfrutando a escondidas de este guilty pleasure que nos propone Mr. Shadows que subirme a ese loco tren de la «innovación» que va directo al descarrilamiento,…

 

Deja un comentario