Crónica SOUTHGATE + ALL IN MIND + BLACK HOLE PARADOX (16-03-2024 Sala Barracudas, Madrid)

Como cada sábado, Madrid era un hervidero de actividades. Las salas habituales de conciertos ardían con bolos de variado pelaje. El día 16 de marzo era cuestión de elegir agujero donde encerrarse a que le gritaran a uno en el oído y ¡no fue nada fácil! 

En mi caso, la sala “afortunada” fue Barracudas. Coqueta y recogida salita del Barrio Parque de las Avenidas, vieja conocida de los “sospechosos habituales” y acogedor espacio de refugio nocturno. De allí, al terminar el concierto de turno; no te sientes invitado, con “cajas más o menos destempladas” a abandonar el local a toda prisa porque llegue el turno de noche. Lo que resulta bastante de agradecer, tal y como está el panorama metalero en la “Capital del Reino”.

El cartel en la susodicha Barracudas estaba compuesto por tres bandas jóvenes en plena contienda con “los elementos” por hacerse un huequito en este tormentoso mar del Metal. A saber y por orden de actuación saltaban al escenario BLACK HOLE PARADOX, ALL IN MIND y SOUTHGATE. Hubo un sensible retraso en el comienzo de las actuaciones, lo que unido a diversas circunstancias tuvo consecuencias que más tarde comentaremos.

Pero lo importante es que aquello se ponía en marcha y había que hacerse sitio junto al escenario. Mi satánico plan era poder captar algunos momentos ilustrativos de lo que dió lugar a esta crónica. La sala, presentaba un aspecto muy alentador. No se llegó al Sold Out pero estaba bien repleta, aunque con espacio para moverse, más o menos, cómodamente sin molestar en exceso a un público. Público, por otro lado, en todo momento colaborativo, amable y que se divirtió, pero mucho, mucho.

Saltaba BLACK HOLE PARADOX en lo que era su primera actuación como banda. Si bien no son unos recién llegados, porque provienen de distintas formaciones y cada uno tiene su historia, más grande o más pequeña, dentro de este circo de, ni sé las pistas. Sea como sea, esos nervios en la barriguita son imposibles de obviar. Ese momento de exponer tu trabajo ante un público real, por muy arropado que se esté, es difícil y llena tu cabeza de dudas además de múltiples incertidumbres sobre el equipo, el sonido, el Ying, el Yang… ¡Qué sé yo, mil cosas!

Todo esto, entiendo que forma parte de la propia actuación y creo que hay que apreciarla con todo ello en mente. Sin más preámbulo ¡al lío! “Straight to Hell” sonaba en la Barracudas. Comenzaba la actuación con titubeos lógicos, más cuando experimentaron algunos problemas de sonido. Comentaba Oriana, la vocalista, al finalizar la actuación, que no escuchaba a la banda y más que de oído, materializó su intervención “de olfato” (bueno, lo del olfato es una licencia mía, no son palabras textuales).

Todo esto acabó quedando en una anécdota, porque todos y cada uno de los integrantes se fueron encontrando y tras “Lost It All” la cosa marchaba ya encauzada. Llegaba “Under my Skin” y comenzaron a gustarse. Las guitarras se turnaban soleando y la batería empujaba con ganas. El bajo, con presencia, completaba el amparo necesario para que la voz alternada entre melódica  y gutural hiciera el resto. Prepararon su pequeña performance, algo que nos encanta a los que asistimos a los espectáculos. Es una salsa que devoramos con fruición y verdadero gusto. 

Hubo rosas que acabaron repartidas entre los asistentes durante “Withering Flowers” y un cuchillo ensangrentado en “Stabbed Me In The back”. Creo que ninguna persona, animal ni cosa resultó dañado durante el desarrollo de este evento, pero tampoco “rebusqué” cadáveres por la sala… Con este tema, que fue el bis, que escogieron, acabó  BLACK HOLE PARADOX su setlist, integrado por temas de lo que va a ser su próximo y primer lanzamiento. Permaneced atentos a vuestras redes para escuchar las versiones grabadas y para presenciar los siguientes bolos, que prometen ser muy interesantes.

La noche avanzaba inexorable. El cambio de escenario no se dilataba más de lo estrictamente necesario. ALL IN MIND, saltaban a la palestra cambiando “el tercio”. Precisamente, en el reciente intermedio comentaba en los aledaños de la Barracudas, mi gusto por las bandas con dos voces individualizadas, una melódica y otra más rota y gutural y aquí estaban Joseph y Olga para dar gusto a mis orejas. Los granadinos salieron con mucha fuerza y bien cohesionados desde el principio. Lamentablemente, como sucede demasiado a menudo, la sala había sufrido pérdidas, no precisamente leves, de aficionados. Vale, se agradeció, porque el calor en la base del escenario era difícilmente soportable, pero… Es una pena. No me extenderé en el tema.

Se presentaron con una formación que además de las dos voces se remataba con bajo, guitarra y batería. Pero comencemos por la instrumentación. En una palabra, impecable. Magnífica aportación del bajo, imprescindible con esta distribución; solidez y efectividad en las 6 cuerdas y un motor perfectamente engrasado por batería, que movía los engranajes de ALL IN MIND con precisión suiza. Al frente, las voces fueron más que voces. ambos front movieron al público, saltaron, hicieron “Headbanging”, interactuaban con los presentes (un tanto tímidos),  en su justa medida.

Dieron un buen espectáculo. Disfrutamos de un conjunto bien preparado, con experiencia y saber estar, con un sonido demoledor que para mi gusto se hizo algo más oscuro y ajustado a partir de “Disappointing Myself”, algo que lejos de criticar, alabo. Sin desmerecer a nadie (perdón Joseph), me encandiló la voz de Olga. El contrapunto perfecto a la de Joseph. Ya he confesado antes que lo que nos ofrecía ALL IN MIND, me gustaba.

Con un EP y un larga duración en el mercado, distribuyeron el setlist entre ambos, añadiendo un cover “Intoxicated” (LACUNA COIL), un par de temas nuevos y terminaron con un espectacular “Never Fall Apart”, en el que Joseph reivindica su voz melódica y en general aprovechan para lucir sus facultades, todos y cada uno de los integrantes. Se mostraron divertidos, eficientes, compactos, seguros, entrañables… La noche, continuaba avanzando de manera inexorable. Era el momento de airearse un rato, antes de que SOUTHGATE saltara y pusiera cierre a la noche.

Los encargados de cerrar el cartel comenzaban tarde. Se habían ido acumulando los retrasos y no dejaron mucho margen de maniobra a SOUTHGATE. Con una sala empobrecida de público, tras la intro, disparaban la primera andanada con “Revelations”. Comenzaban fuertes mientras el poco público que resistía en Barracudas lo disfrutaba. Ofrecen un repertorio con clara influencia del sonido METALLICA y eso, indudablemente, mueve a la gente. Son unos ritmos que están grabados a fuego en nuestras cabezas y resulta extremadamente fácil asimilarlos. Te llevan a lugares y recuerdos ambientados en la banda sonora de cada uno.

SOUTHGATE Cuenta con 2 LPs y un último EP editado en 2020. Ya van teniendo una experiencia y una discografía a sus espaldas, con un buen manojo de temas en los que fundamentar su setlist. En esta ocasión, repasaron todos y cada uno de ellos componiendo una lista de canciones para esta noche bastante equilibrada. Lamentablemente, sufrieron las consecuencias de la falta de tiempo y vieron recortada su actuación. Eso nunca es bueno. Planteas un espectáculo y verlo incompleto no deja buen sabor de boca y esto sucede más a menudo de lo que quisiéramos y hay que adaptarse ¡No hay otra!

Tras el corte “Revelations”, vinieron dos temas del álbum “Memories of Redemption”. Los escogidos fueron “The Awakening” y “Red Giant”, para volver a su último trabajo, de título  “Revelations”. Primero, con “Wheel Of Dharma” y en pleno ecuador del show planificado un magnífico “Children Of Men” que marcaba el momento dulce de su noche. Público caliente, buen tema, banda totalmente metida en la faena, gustándose y demostrándolo con las dos guitarras jugueteando entre ellas. Compusieron una muy buena interpretación en la que Diego Chozas, su vocalista no paró de moverse por todo el escenario, luchando para que el público formara parte del espectáculo.

…Y aquí vino la mala noticia. El tiempo se acababa y sólo cabía un tema más. En mi afán por buscar el lado positivo, nos quedamos con que lo que sonó fue “Days Of Fire” corte con el que se cierra su primer larga duración “Metal Is over All”. Un cañonazo que redundaba en las sensaciones que despertó “Children Of Men”. Una pena que el tiempo fuera demasiado escaso y quedaran balas en el cinto, para disparar esta noche; pero hay que reconocer que el bolo cerró en todo lo alto, con una interpretación inspirada en todas las secciones de la banda, cuerda, percusión y voz.

Buen espectáculo y mala suerte. Lo primero es fácilmente repetible para la próxima… Lo segundo, esperemos que no vuelva a pasar. La gestión de los tiempos en los conciertos; sea prueba de sonido; llegada a la sala o actuación, propiamente dicha; no es cosa de broma. Siempre paga alguien los platos rotos. 

Texto y fotografías: Juan Carlos López Aguilar.

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