Por Carlos Citoler

Catorce de mayo de dos mil nueve, en pleno mes de las flores, curioso el destino, vio la luz el tercer largo de los zaragozanos Empty.
Curioso cuanto menos porque durante sus tres cuartos de hora largos de duración, como no podía ser de otra manera, no hay ni rastro del colorido manto que suele recubrir a estas durante su plenitud, pero sí del aroma a muerte y olvido que exhalan en sus últimos días, cercenadas sin piedad por querer perpetuar inútilmente su frágil belleza.
Grabado en los mismos estudios que su predecesor The Last Breath of My Mortal Despair, por el mismo cuarteto que ya en aquel entonces huía de los «cánones» de un género como el Black Metal, recién llegado como quién dice a nuestro país, pero con muchos vicios importados ya desde su mismo nacimiento.
Damastor a la batería, Orgall a la guitarra, Drizzt y Vanth al bajo y guitarra respectivamente y repartiéndose las tareas en los teclados, como decíamos, fueron los artífices de ambas obras en un espacio relativamente corto de tiempo, no llegando a pasar cuatro años entre la edición del comentado The Last Breath… Y The House Of Funerary Hymns, obra que nos trae hoy aquí.
Y tampoco estamos aquí para dilucidar que hermano es mejor, ni mucho menos, sino para afirmar, casi sin miedo al error, de que ambos se parecen indudablemente a sus padres,…

Bajo el manto que el francés Chris Moyen tejió con la icónica portada que da la bienvenida a The House …, cuidada al milímetro, y en la que puedes perderte en sus recovecos descubriendo ocultos detalles que en anteriores visionados te han podido pasar por alto, algo debió de ocurrir en el oscuro invierno zaragozano, a la sombra del cementerio y la cárcel de Torrero, para que lo que en The Last Breath… no eran más que sutiles esquejes de oscuridad y muerte, cristalizasen en The House… como decrépitos himnos a la minúscula y prescindible figura humana.
Desde la inicial Funeral Prelude, a la que me niego a tratar como una simple introducción al trabajo, dada su cuidada composición y la cantidad de arreglos que contiene, el tercer trabajo de Empty continuaba el camino del abatimiento y la desesperación hechos partitura que el cuarteto tenia en mente desde sus inicios. Música en la que vomitar su desesperación, servida en plato hondo para que el oyente la saboree. Y, claro, no apta para todos los paladares,…Resulta incómodo acercarse a una propuesta en la que, como decíamos en la presentación de la banda para el Black Templar Extreme Metal Fest, al enfrentarte al espejo en el que se convierte su música, no ves devuelta la imagen que esperabas ver, que anhelabas ver.
Como si de una antigua película de terror psicológico se tratase, Funeral Prelude nos da la bienvenida a un viaje para los sentidos a dos metros bajo tus pies. Con el inicio de la abrasiva The Sense Of No Being, donde la banda deja claro que esto sigue siendo sucio y abrasivo Black Metal, crees que conoces el guion de la película incluso antes de su inicio, pero no tardas en comprobar que, como en la vacía vida que nos empeñamos en perpetuar, la banda tiene escondidas varias sorpresas para ti. Como ese omnipresente y atronador bajo, marcando el inexorable paso del tiempo, que sin levantar la voz pero sin descanso, lleva las riendas de la suite. O ese quinto elemento, la voz utilizada como un instrumento más, desnudándola de protagonismo y, a la vez, dándole más importancia que nunca. La angustia que desprende How Far I Am From All, con ese estallido de esquizofrenia en el duelo vocal que marca el tema, cautivará tu atormentada alma haciendo que, o caigas rendido a los pies de la desgarradora propuesta de los maños, o hullas de ellos como alma que lleva el diablo. No hay medias tintas con Empty, y de eso se encargan ellos con maestría, de intentar ahuyentar a los corazones puros mientras éstos todavía estén a tiempo de huir.


Pero siempre habrá incautos que, atraídos por la podredumbre y el dulce aroma de la muerte, encuentren en medios tiempos como el tema que da titulo a la obra todo un desolado páramo en el que perderse mecido por las demoníacas voces del pasado y los ritmos pegajosos y pesados que visten el tema. Personalmente, estos momentos de oscuridad y desaceleración en la propuesta de Empty son los que me pierden, rodeado de ese pútrido aroma a flores muertas que te arrastra a entrar en su oscura mansión y dejarte llevar por la completa oscuridad, abandonándote al inevitable final.
Aunque si prefieres subirte a la cortante hoja de sierra del cuarteto, de opacos riffs y ritmos despiadados llega llena, sin solución de continuidad, Regret From Nothing In Itself, tirada por un rocoso ritmo, presidido por ese maldito y omnipresente bajo, que hará las delicias de quienes quieran añadir a esa melancólica oscuridad una buena dosis de garra y agresividad.
Bien servida de dureza viene también vestida In The Sombre Solitude, de ritmos trepidantes y ese maldito bajo atronador (por dios, sáquenlo de mi cabeza!!!), con unas guitarras desbocadas que nos aguijonean por todos los flancos, sin que las veamos venir. Envuelto todo ello en demoníacas letanías recitadas entre susurros, es la antesala perfecta para The Gates Of Edén Are Too Narrow, tema que cierra el disco, y que aglutina toda la maldad, el abatimiento y la desesperación que Empty deseaban transmitir en este trabajo. Camuflando bajo aplastantes trémolo pickings, clásicas melodías que te devuelven a la niñez sirven de epitafio perfecto para, como decíamos, un viaje a dos metros bajo el suelo del que tú nunca regresaste,… La joya de la corona de un trabajo ya de por sí sin mácula.

No deberías, bajo ningún concepto, acercarte a The House Of Funerary Hymns, ni a ningún otro de la discográfica del cuarteto zaragozano, si todavía no has sucumbido a su oscuro encanto durante estos casi treinta años de existencia. Todavía estas a tiempo de huir. Si, por el contrario, habéis cruzado vuestros caminos pero su propuesta no ha llegado a calarte como lo hace el gélido aliento de la muerte, una vez inicia su fúnebre cortejo, impregnando de vacío tu alma, mi mas sincera enhorabuena,…
Por contra, si la casa construida por Empty, con sus múltiples puertas de entrada a una forma de entender la música y el arte en general que se aleja de lo convencionalmente aceptado, te hace sentir a salvo del vacío y ruidoso mundo exterior, si no temes enfrentarte a la imagen que devuelve ese cruel espejo, es ya demasiado tarde para volver atrás,…

Lee aquí la previa del mago Carlos Citoler con motivo de la participación de Empty en el Black Templar EMF II, por primera vez interpretando al completo «The House of Funerary Hymns».

Un comentario sobre “Banda:EMPTY Disco:The House Of Funerary Hymns Sello:De Tenebrarum Principio Año:2009”