Leyendas del Rock:¿Un festival anticuado o un festival auténtico?

Texto Kikemaiden .

Hace un par de semanas subí la crónica (un poco más artículo que crónica) a la web de REA sobre el Leyendas del Rock 2024. Como todos los años expongo mi opinión de todo lo que tiene que ver con el festival sobre los días pasados y otras diferentes cuestiones con unas posibles consecuencias de cara a un futuro inmediato.

Como conté, este año era especial, y era especial porque recibía en mi casa para pasar, lo que duraba el festival, a un par de amigos venidos de lejos. Ellos eran Joan Gilabert (escuchante de REA) y Chechu Nos ( colaborador de REA). Nos centramos en este último. ¿Y por qué? Ahora os lo explico.

Chechu, José, Joan,Javi, Kikemaiden, no lo conozco al de blanco.

Chechu tiene un gran recorrido metalero en su vida, no sólo porque es creador de un proyecto musical llamado NORTH OF SOUTH, dentro de su experiencia tenemos que incluir un programa semanal de radio llamado «El vuelo nocturno» dedicado al metal con más de 20 años de existencia, y un gran recorrido de conciertos, entre ellos festivales. Dos de esos festivales que más a acudido son el Wacken Open Air en Alemania y el Resurrection Fest en Galicia. Tambien vamos a incluir un par de veces en el Leyendas hace bastantes años. Y de aquí sale el artículo que estáis leyendo.

Llevabamos un par de días en el festival disfrutando de la música y los amigos que nos acompañaban esos días, cuando Chechu se me gira y me comenta: – «Kike, lo que más me está sorprendiendo de este festival, es lo poco evolucionado y modernizado que está, y que no sepan sacar provecho a la posibilidad de utilizar patrocinadores para darle más rendimiento económico al festival, ya sea en los escenarios como en las barras de bebida, ni siquiera la cerveza que se consume es un patrocinador del festival. Mira, no hay casi barras de bebida y comida, no hay mucha variedad, las camisetas que ofrece el festival son pocas y no muy originales, y todavía vamos con tokens en vez de pagar por vía digital. Lo veo estancado en el tiempo». Claro, aquí me quedo mirándolo y le contesto: – «No sé, quizás es que realmente a los organizadores del festival (Marcos Rubio) no les interesa o tengan sus motivos para no depender de ese tipo de ingresos económicos. Y a la vez, quizás a la gente que venimos, sabemos que tipo de festival es, nos conformamos con la bebida y comida que hay; sigue siendo el festival con los precios más asequibles, y respecto al tema de los tokens, quizás no queremos tener esa evolución tecnológica que tiene los otros festivales o en el fondo no nos importa. A mi me gusta seguir pagando con moneda, y tampoco es un festival con tanta cantidad de gente para crear colapsos asiduamente, es muy puntual, me gusta estar en un lugar de costumbres tradicionales en un mundo tecnológico». Ahí empezó un pequeño cambio de pareceres sobre la experiencia de Chechu en los otros festivales y mí opinión y experiencia de lo que es el Leyendas.

Son 12 años los que llevo viendo crecer al Leyendas; lejos queda aquella sexta edición que se celebró en Beniel (Murcia) de milagro en 2011, la primera de dos en ese pueblo, y que sirvió de revulsivo para que tomara fuerza y terminará recayendo en el año 2013 en Villena. Recapitulemos hacia ese 2011 en Beniel; edición de circunstancias por temas políticos en San Javier (Murcia) ante el cambio de gobierno y traslado de ubicación salvado in extremis, camping absolutamente penoso en una especie de pedregal improvisado, dos escenarios en el patio del Colegio Rio Segura con sus limitaciones, horarios que iban desde las 11’30 am hasta las 2 o 3 am, y un pueblo que en general se volcó con el festival pero no sin reticencias y quejas. Por cierto, un día de bienvenida y un día de festival fue la distribución. El año siguiente fue prácticamente igual con una ligera mejora, pero poco más.

El festival, gracias a esos dos años, pudo recomponerse y mirar al futuro de forma esperanzadora. El que el segundo año en Beniel se agotaran casi todos los abonos (5000 entradas), fue el suficiente empujón para que la promotora Sufriendo y Gozando apostara por un crecimiento exponencial del Leyendas del Rock. Villena fue la elegida gracias a una colaboración con el ayuntamiento de este pueblo de la provincia de Alicante, a la vez metida en la Comunidad Valenciana. Esto lo digo por si hay alguno con estudios de años posteriores a la EGB…jajaja. Aquí tanto el pueblo como los recintos que se cedieron al festival ayudaban a crecer sin límites, por lo menos unos cuantos años. Eso sí, estamos hablando del interior de la Comunidad Valenciana, olvidaros de verdes prados, arboledas frondosas que hacen sombra y rios caudalosos que dan vida al entorno, vamos que no es ni Galicia ni Alemania. Tengamos claro que podemos hablar de un secarral, donde acampar y buscar una buena zona donde estar gran parte del día es imposible.

Curiosamente, Villena sí ofrece algo que no toda la Comunidad Valenciana o por ejemplo la región de Murcia tiene muy a menudo y es, una situación geoestratégica de tal forma que por mucha calor que haga a partir de una hora prudencial de la tarde hasta las 7 u 8 de la mañana se está bien, hasta el punto de poder llegar a pasar frío en pleno Julio o Agosto.

Todo esto os lo digo sin venir mucho a cuento pero sí para poneros en situación.

¿Que ocurrió con el cambio de localización del festival? Lo dicho anteriormente, que aquí el crecimiento si fue grande. De 2 días pasamos a 3, de 25 bandas, 2 de ellas internacionales en 2 escenarios a 54 bandas, 9 internacionales, 3 escenarios más grandes y una capacidad mucho mayor. El cambio de lugar, y el aumento de días y bandas trajo, que el total global de gente que acudió fue de unas 37.000 personas, dejando bastante lejos las casi 10.000 de Beniel en sus 2 días. Eso sí, con su consecuente aumento de precio en el bono, de unos 35€ en la primera edición de Beniel a los 50/55€ en el cambio de ubicación y, actualmente está en 150€ más o menos (120€ si lo compras en el recinto para el año siguiente y 180€ en taquilla) este año 2024.

Por supuesto, la logística creció y aumentó para dar más facilidad al fan del festival sus accesos a la comida y bebida, aseos, camping, zona de baño, etc…aunque siempre ha tenido una limitación en algunas cuestiones, pero a partir de aquí, pocos cambios más ha ofrecido salvo algún momento puntual que dan un paso más arriesgado pero poco más. Por ejemplo, uno de esos momentos en el cual se volvió a crecer fue en 2015 con el 10 aniversario del Leyendas. Aquí volvíamos a tener otro cambio, se sumaba de nuevo un día más con su aumento a 64 bandas y por supuesto, la consecuente subida de precio en el abono. Y como decía la Biblia de un personaje más mito que real, creció y se hizo grande, y aunque un poco irregular en sus propuestas, a veces poco arriesgadas, ha sido bastante estable todos estos años, teniendo momentos de un crecimiento en cuanto a publico bastante potente, como los cerca de 20.000 asistentes en conciertos como la primera vez de Amon Amarth o con Megadeth en el 2017, año que posiblemente fuese el mejor en éxito de público; Sabaton, Blind guardian, Arch Enemy…gran año; luego han habido algunas con menos afluencia, como esta última, que parece ha estado en los 12.000 de media y que personalmente me ha dado la sensación que ha sido una edición de transición. En general durante estos años en Villena la media ha estado en unos 15.000 asistentes diarios.

Así llegamos, tras dos años de parón por la pandemia, a un festival establecido, con unas características muy propias y que ha ido mejorando ligeramente algunos aspectos, por ejemplo: hacer que los días del festival fuera del recinto hayan actividades como conciertos en una pequeña carpa exterior o dentro del pueblo establecer conciertos acústicos, también en algún momento se han intentado hacer exposiciones y algún tipo de actividad más variado.

En cuanto a la logística del camping y servicios, pues dentro del desierto pedregoso que es Villena se ha intentado mejorar en lo posible con carpas para sombra, un parking para caravanas y una zona glanping, pero sinceramente, parece ser que deja bastante que desear. Las zonas de piscina y lugares para refrescarse…esto no es Galicia ni Alemania como he dicho antes, por tanto, tienes que hacer algunos kms para encontrar lugares adecuados para ello y la que hay en el recinto es limitado y se acaban pronto los abonos. En cuanto a los aseos y duchas, como dirían en EGB, progresa adecuadamente pero muy despacito. Y no podemos olvidar que Villena se ha volcado con el Festival y aunque hay gente que se aprovecha de esto, en general es un lugar económicamente muy asequible y lejos de lo caro que es comer o dormir si se quiere como en Madrid o Barcelona.

En resumen, que la evolución del Leyendas es lenta, sin cambios radicales y que de alguna manera no espanten al consumidor habitual, que incluyen a muchas familias y gente con muchos años a sus espaldas, y que han encontrado en este festival un lugar tranquilo, comodo y adecuado para pasar unos días disfrutando de la música, su gente y algunas opciones más.

Ya hemos visto que tirar adelante un festival no es fácil, y que cuando repites algunas bandas e intentas renovar o acercar con otros estilos te encuentras con no pocos enemigos, por eso yo sigo admirando que el Leyendas siga siendo tan clásico en su propuesta como lugar de encuentro, manteniendo una forma de funcionar muy tradicional pero que se vaya renovando musicalmente con todo tipo de estilos ya sean clásicos, extremos o vanguardistas para acercar a otra gente y regenerar al público que por distintos motivos deja de ir, por eso yo me pregunto. ¿Es el leyendas un festival anticuado o un festival auténtico? Y…acaso importa!!!

Yo no quiero la locura de un W.O.A, ni la exageración del Hellfest, tampoco la modernidad del Resu, ni la agonizante prepotencia de un Rock fest, sólo quiero la sencillez y humildad del Leyendas.

Viva el Leyendas.

Nos vemos en el 2025.¿Dónde? En el Leyendas !!!

Deja un comentario