Por Carlos Citoler
Van de farol ¿Verdad?: «Con 40 minutos nos basta para reventaros…«
Con esta lapidaria afirmación, los madrileños Omission se hacían eco de la publicación por parte de las redes oficiales de los horarios para esta segunda edición del Black Templar Extreme Metal Fest. Viendo las dimensiones épicas que este año había tomado el cartel del festival, la afirmación me pareció, cuanto menos, de una chulería castiza de caerse «patrás»,… Si que es verdad que yo había pasado muy de puntillas por encima de la trayectoria del grupo, historia con más de 20 años de recorrido, y que a todas luces merece muchísimo mas respeto y atención que el que este inconsciente le había dedicado hasta ese momento. Admito que el Thrash abrasivo, con toques Black y Death, no es mi plato favorito, pero como de pequeños nos repetían, hay que comer de todo, sano y equilibrado,…
…y porque no decirlo, quien se resiste a darle una escucha a una banda que, enmedio de semejante cartel templario, una sacada de chorra por parte de la organización, todo hay que decirlo, afirma que la suya es la más gorda,..

Así que cuchillo entre los dientes, dispuesto a destripar este Disciples of Ravens Vengeance, último largo del trio hasta la fecha, y que ya cuenta con casi un año de vida, me dispongo a ponerlo en el coche de vuelta a casa, tirando de las malditas plataformas digitales, el diablo me perdone,…
…y algo habrá tenido que ver el susodicho porque, «casual o causalmente», fue pasar por la zona en la que en escasas fechas se va a celebrar el evento, escupir los viejos altavoces de mi coche los agónicos y escalofriantes gritos de la pobre chica con los que se abre Rabid Aggression, y darme cuenta que los madrileños no iban de farol.
Sin solución de continuidad, Hatred Circles nos deja claro lo que vamos a recibir en toda la cara por parte de Omission, brutalidad desmedida, con un Thrash rápido, áspero, sucio y descarnado, sin artificios. No se andan con tonterías.

Unos riffs galopantes de la mano de Miguel Hernanz «Patillas», y el omnipresente bajo de Diego Pizarro se bastan y se sobran para ponernos del revés, y confirmar que su amenaza de prender fuego al festival era más un aviso que un farol, y a las pruebas de Shrouded Alive me remito.
Roulette me hizo inmediatamente ir a buscar la original de Bruce Springsteen, al que habría que preguntarle su opinión sobre la macarra versión del trío, aunque no podrá negar el de New Jersey que Omission ha sabido plasmar el espíritu de huida por el filo que contenía la original.
Y la misma tónica siguen el trio de temas que cerraría la parte » previsible» de este Disciples of Ravens Vengeance, riffs rápidos y sucios, a degüello, y unas letras que, a poco que le das un par de vueltas al mismo, ves que no te puedes sacar los estribillos de la cabeza. Todo envuelto en una poderosa base rítmica en la que el bajo lleva la voz cantante.

Suficiente todo ello para «reventarnos en 40 minutos»? Pues, ojito, que ya no veo tan seguro de que fuesen de farol, y menos cuando los sonidos acústicos que abren It’s Better To Burn Out hacen acto de aparición. Joder, esto no me lo esperaba!!! Una ….suite? de 11 minutos largos? Y tras ella, la inquietante …Than to Fade Away? Menuda forma de descolocarnos en la parte final del trabajo, no?
Y es que llegado este punto incluso pensé que el disco había llegado a su fin, y el gracioso del Spotify me la estaba liando ofreciéndome alguna recomendación que nada tenía que ver con el último trabajo de Omission, en venganza por el hecho de que comparta cuenta con mis hijos y esto le esté ocasionando graves trastornos al funcionamiento del algoritmo.
Pero no, una vez me aseguré de que ambos temas pertenecían a la misma banda que en los siete anteriores, seis mas desquiciante intro, nos había pateado el culo sobremanera sin respirar siquiera para coger aire, lo que tocaba era dejarse sorprender por un cambio tan radical en la propuesta como acertado, al menos para mis gustos musicales. Y es que ese inicio con sabor a salvaje Oeste de It’s Better… da paso a un ejercicio de onanismo por parte de «Patillas», y por qué no decirlo, también de Pizarro, que no pierde oportunidad para demostrarnos su pericia al bajo. Un ejercicio que les ha quedado bordado, dicho sea de paso, y que ponen un broche final a este Disciples of Ravens Vengeance difícilmente superable.
Ahora tú me dirás que es habitual que la banda se meta en estos fregados instrumentales, y que disco si, disco no, suelen hacerlo,.. Pues bien, te lo compro, porque este capullo ha dejado olvidada a un lado demasiado tiempo la propuesta de Omission, y, como alguien dijo que es de sabios rectificar, ya estoy tardando en tirar para atrás en su discografía y descubrirlo yo mismo,…

Shhhhsssss, que ya te aviso, compañer@, que estos no van de farol, … Que te digo yo que les sobran minutos, y clase, para reventarnos la tarde del sábado 14 de Septiembre en Monzón,… Avisad@ quedas,…
Última hora de la banda tras el anuncio del cambio de horarios en el BTEMF:
«Hay cambios, os reventaremos igualmente…«
Queda clarito??????!!!!!!!


