Diario de gira de EMBLOODYMENT por Corea del Sur.

Por Scheitan y Tatto Digiorgio

Creo que fue a finales del mes de enero, en uno de esos cambios de escenario del concierto de Suffocation en Madrid, cuando coincidí en el chino de la esquina de Hilarión Eslava con el querido y admirado Tatto Digiorgio, bajista extremeño de los madrileños Embloodyment. Siempre con mil temas que tratar, siempre de risas y siempre desde su profundo conocimiento de lo que es el underground extremo, y en concreto ese OSDM que lleva en la sangre. A ninguno de los dos nos importó perdernos a Enterprise Earth jeje, demasiado modernos…

De buenas a primeras me suelta que se van de gira en octubre a Corea del Sur, ya que Pedro Chae, guitarra y voz de Embloodyment es originario del pais asiático, y ha movido los hilos por allí. Recordemos que Embloodyment de hecho, nace realmente en Corea, después que el propio Tatto, en ese momento de viaje por allí, entrase a ese loco y aberrado coreano que lanzaba insultos (con acento canario) desde el escenario con su banda Necramyth. Dos años después de aquel concierto, Pedro se traslada a Madrid, fechando oficialmente el nacimiento de Embloodyment en 2008. 

Desde ese cambio de escenario en el chino de Hilarión Eslava comenzamos en Rea a maquinar la posibilidad de hacer un diario de gira tras la buena aceptación que tuvo el que hicimos con Dawn of Extinction. De manera que, en estos días intentaremos transmitir las sensaciones del cuarteto madrileño por su aventura asiática, en su día a día y en cada uno de los cuatro festivales que participarán… Una aventura cargada de sangre, mugre, distorsión y depravación con 8 horas de diferencia. ¿Queréis sangre? Pues dadles Kimchi!!!

Empecemos por el viaje y primeros días en Seul, contados ya por el propio Tatto

Podemos fechar el inicio de esta aventura, por no andarnos con rodeos de cómo se fraguó, el pasado martes 1 de octubre tras el último ensayo, momento en que nos liamos a empaquetar todo el merchan, instrumentos, algo de ropa y hasta al propio Víctor (guitarra).

Nuestro vuelo de Ettihad Airlines salió a eso de las 10:30 de la mañana del jueves día 3, pero teníamos que llegar con tiempo al aeropuerto y allí estábamos a eso de las 7:30. Nos esperaba una buena paliza, primero 7 horas a Emiratos Árabes, después 3 horas de escala y luego otras 8 horas a Seul. Pero en ese momento no importaba, estábamos felices, contentos, muy ilusionados y con muchas ganas.

El vuelo a Abu Dabi lo pasamos haciendo el gilipollas, una de las especialidades de la casa, e hinchándonos a birras fieles a nuestro lema, ¿queréis sangre?, pues dadnos birras, jeje. También vimos alguna peli para sobrellevar mejor el jet lag. No te puedes meter en el avión y echarte a sobar porque cambias el horario malamente y estás jodido al llegar.

Las 3 horas de escala en Abu Dabi las pasamos dando unas vueltas por el aeropuerto, que por suerte conservaba esas zonas de fumadores ya desaperecidas en Europa. Compramos alguna cosilla en el Duty free, hamburguesa 100% vacuno, ya tú sabes los musulmanes, y Coca Cola, ya tú sabes los musulmanes.

Llegamos a Seul el viernes 4 a las 11:30, hora local, ya que la diferencia horaria es de +8 horas. Nos fuimos directos al hostal/pensión, aunque bueno, en realidad es un Love Motel jeje. Un sitio de esos donde van las parejas a follar por horas, un poco sórdido, pero bueno, está limpio y no es caro. Pillamos dos habitaciones ya que no tenemos problema en compartir cama entre nosotros. La idea era haber ido a la casa de la madre de Pedro, pero el piso es pequeño, somos 4 y no queríamos molestar, que la señora no está ya para aguantar gilipollas ni gilipolleces.

Nos dimos una ducha, picamos algo además de la fruta que nos dió la madre de Pedro y nos fuimos al metro, camino a la zona universitaria donde están los garitos. Habíamos quedado allí con los colegas de Pedro y miembros de las bandas con las que tocábamos el domingo (METHOD, THE MISSING LINK y DARK MIRROR OF TRAGEDY), ya os hablaré de cada uno de ellos, pero ya adelanto que son musicazos. Cenamos con ellos y se portaron de puta madre. Fue un recibimiento cojonudo invitándonos a cenar y llevándonos luego a un garito llamado Deep Purple. Un antro que nada tiene que ver con los que gastamos en Madrid. En los dos que estuvimos eran cuchitriles jeje. El caso es que acabamos con una castaña considerable y nos fuimos a sobar.

El sábado nos levantamos super tarde y con un buen resacote. Nos levantamos para volver a cenar jeje. Habíamos quedado con los antiguos compañeros de universidad de Pedro y a la vez sus compañeros de banda incluso antes de Necramyth. Uno de ellos regenta un garito llamado Cotton Club ubicado en la zona pija de Seul al que va gente de mucha pasta. Estuvimos en un reservado, nos volvieron a invitar a cenar y nos sacaron mogollón de vino. Cada vez que salíamos del reservado a mear nos miraba la peña pensando, «estos de donde cojones han salido que parecen estrellas del rock». Y la verdad es que así me sentí en el Cotton Club, cenando de puta madre y tomando esos vinazos.

Al amigo de Pedro le va de puta madre, tiene unos 45 años, y es un periodista que ha ganado ya unos cuantos premios. Un tío cojonudo que ha sabido invertir bien. Él y el resto se portaron de lujo con nosotros. Nos pusieron a los Megadeth en un equipo de cienmil pavos (de segunda mano, nuevo cuesta 4 veces más). Luego nos llevó a otro local que tiene en el que hay música en directo, jazz básicamente, llegando a proponernos tocar mientras la gente cenaba jejeje, pero le dijimos que no, para que no tuviese que cerrar el negocio.

Cerramos la noche de camino al barrio del piso de la madre de Pedro, donde está nuestro Love Motel, pasando por un badulaque (por suerte abren las 24h) y lateamos unas cerves en la calle como a nosotros nos gusta. A pesar del pedo, conseguimos centrarnos un momento para sacar los instrumentos y que los mástiles fueran cogiendo cuerpo y que sonasen guay el domingo. También aprovechamos para ajustar el cordaje, ya que tuvimos que aflojarlo para que no petase en el avión con el cambio de presión… Había que sobar que al día siguiente tocábamos en nuestro primer festival.