Crónica WITCHTOWER + SQUALOR + CRANIO (12.10.24 sala Silikona, Madrid)

Por Raúl Robles «Parches»

Ya habiendo dado por acabado el asfixiante verano y después de un día donde no había parado de llover hasta bien entrada la tarde, nos acercamos hasta los aledaños de la sala Silikona, donde varios grupos de melenudos y metaleros diversos andaban merodeando por los alrededores de la sala, lo cual nos permitía presagiar una entrada mínimamente aceptable al concierto que nos ocupa.

Después de un obligado calentamiento en un bar cercano a la sala, no quisimos llegar tarde al comienzo de la novísima banda madrileña Squalor. Por el logo del grupo, y quizá por estar etiquetado como “thrash metal”, podríamos figurarnos un bolo de una banda de crossover- thrash en la onda de los Municipal Waste o los Iron Reagan, pero estamos hablando de una banda en la que Adam Wize (batera en Witchtower y también visto como guitarra en bandas como Metal Legion), lleva la voz cantante, tiene peso compositivo, y siendo una persona sobradamente conocida en la escena underground madrileña y habitual en bolos de toda índole, uno no sabe bien lo que se va a encontrar. Si a esto le sumas una banda con músicos con estética y actitud de corte extremo, que desde el primer acorde hacían gala de buen oficio, presencia y contundencia, la cosa apuntaba muy buenas maneras.

La formación quedaría completa con José Andrés Rodríguez a las baquetas (ex Oker, ex Demonik y ex Crimson Slaughter), Adam Ede (exSabatan, ex Infected Plague) a las cuatro cuerdas, y finalmente el jovencísimo y solvente Victor Navarro, llevando el peso rítmico de las seis cuerdas.

La sala Silikona es una lotería en cuanto a calidad sonora, sin embargo, en este caso se puede decir que hemos tenido suerte y gozamos de un sonido notable para las tres bandas. Y empezamos sin más dilación con los Squalor.

Lo más llamativo desde el principio es la voz rasgada y de ultratumba con un cierto aire a Tom Angelripper de Sodom, Cronos de Venom o Jeff Becerra de Possessed. Squalor no es una banda de thrash al uso. Ni el tempo de sus temas se podría asimilar a los primeros trabajos de Exodus, Kreator, Slayer o Metallica, ni el sonido es gordo y sucio como las primeras muestras de Sodom, Benediction o Pestilence. Podría recordarnos a Venom o Hellhammer, pero el sonido es muchísimo más limpio y técnico, y mientras algún colega apuntaba a bandas como los suizos Coroner, a otros nos venía a la cabeza Morbid Angel o los segundos tiempos de Pestilence, a partir de discos como «Testimony of Ancients» o «Spheres», en cuanto a ciertos pasajes que daban muestra de la enorme pericia de los componentes de la banda. Sea como fuere, el concierto fue goloso, divertido y sugerente, y creo no equivocarme que gustaron de lo lindo a todos los que allí andábamos congregados, en torno a 80-100 personas.

Particularmente me encantan las bandas donde sus compositores hacen gala de un gran y amplio conocimiento musical, lo cual posibilita en este caso concreto que sean capaces de sacar el sonido y actitud de las primeras bandas de mediados de los ochenta que sentaron las bases para el thrash, el death y el black metal, y simultáneamente consigan sacar notas que no sabes ubicar dentro de tus referencias habituales, incluso con solos de corte heavy con solera y feeling. Es un enorme gustazo que pese a la inevitable tendencia a catalogar y encorsetar a todo lo que escuchas, te encuentres a bandas como Squalor, que cual lagartijas se escapan a tus frustrados intentos de etiquetado.

Así que después de 45 minutos muy intensos de thrash/death de corte técnico y tocar 6 temas de su demo inédita, que formará parte de su próximo primer disco “Dark Side Of the Sun”, más dos versiones («Runnin´Down a Dream» de Tom Petty y una irreconocible y macarra interpretación del «Tyrant» de los Judas) y tras un breve descanso para el cambio de backline, entran los gallegos Cranio a presentarnos su propuesta musical.

Estamos ante una banda nacida en el año 2015, que cuenta con dos discos en su haber («A Tunda Abierta», del 2021; y «11:11», del 2023) ambos producidos por Manuel Ramil (Avalanch, Delalma, Adventus) y con las ilustraciones de José Antonio Vives conocido por sus trabajos con Lujuria o Ankhara, entre otros. Cranio es una banda que no conocía previamente, pero en la que desde el primer momento se aprecia una agrupación con experiencia, con carisma y una presencia que llena el escenario e invita a escuchar con atención. Las primeras referencias que asaltan mi cabeza son el tono de voz de Berto que a alguno podrá recordar a Fortu de Obus o a Gallardo de los Ángeles, pese a que la voz estaba muy baja desde el principio y no se terminó de arreglar en todo el concierto, cuestión que sin duda alguna incidió en la posibilidad de percibir a la banda en toda su plenitud. No obstante, el sonido de los instrumentos fue correcto desde un primer momento, y mejoraba tema a tema, hasta lograr un sonido muy contundente y gordo, a caballo entre el heavy ochentero español y el rock urbano de los 80 y 90, a veces recordando a Barricada, Leize, y a los también gallegos Los Suaves, con las diferencias obvias entre los timbres de Yosi y el del vocalista de Cranio.

Letras macarras, llenas de mala leche y crítica social, actitud y un directo potente, son los rasgos distintivos de esta banda natural de la industrial y portuaria ciudad de Ferrol. Siendo una persona que no escucha demasiado en este ámbito, pese a ello, reconozco que pasé un buen rato.

Avanzaba la noche, y después de una hora de set de los gallegos, a las 22.45 aproximadamente los jienenses Witchtower, afincados la mayoría en Madrid, empezaron a tomar posiciones en el escenario. Cierto es que es la tercera vez que tocan en un periodo de un año y medio, cosa que a mí no me importa lo más mínimo, ya que tengo especial predilección por esta fantástica banda, conocida por traernos, en estos tiempos de existencia virtual y producciones musicales excesivamente despersonalizadas e iguales, una propuesta musical con una sonoridad que evoca a los mejores años de la NWOBHM.

Es probable que estén aburridos de ser comparados a bandas como Angel Witch, Diamond Head, Saxon, Tytan, Demon o los primeros Maiden, pero es lo que hay. Su música destaca por un enorme talento compositivo, melodías muy inspiradas y evocadoras, y un sonido que te retrotrae a aquellos maravillosos años comprendidos entre finales de los 70 y principios de los 80, en medio de una ebullición musical que se estaba viviendo en la Inglaterra de aquellos tiempos, sin parangón a lo largo de toda la historia del rock duro y el heavy metal. Witchtower son un producto de esa época, pero no sólo ello, ya que las referencias amplias de Victor de la Chica, alma compositora de los jienenses, nos permiten descubrir pequeñas pinceladas que nos podrían recordar a los primeros pasos del black metal y al doom producido en los 80. Además, conforme nos acercamos a sus obras más recientes, podemos apreciar influencias de la otra New Wave inglesa y del post-punk, lo cual da lugar a un resultado sobresaliente y original, como es sin duda su último trabajo denominado “Voyeur” editado en el 2023.

El repertorio de la noche pretendía rendir homenaje al décimo aniversario de su homónimo primer disco, por lo que incluyeron en el set temas míticos de la banda como “Stronger Than You” o “Heavy Metal Sign”, así como una selección que transcurría por sus cuatro discos, con especial énfasis también en el mencionado “Voyeur” donde brillan con luz propia cortes como “Sherry Lee”, o el tema que pone nombre al disco, el cual nos recuerda a bandas inglesas como Siouxie and the Banshees o Joy Division, eso sí, pasado por el tamiz personal de esta fantástica banda andaluza, la cual esperemos que no tarden en encontrar un merecido reconocimiento a nivel de un público más amplio.

No quería terminar esta crónica sin atender a dos aspectos fundamentales para cualquier representación en directo. En primer lugar, referirnos a un más que decente sonido, donde tanto los instrumentos como la voz se pudieron apreciar adecuadamente para no desmerecer la propuesta musical de la banda. La única nota “negativa” fue el descubrir que Miguel Moreno (también integrante de formaciones como Chantrice o Phantom Spell) ya no va a formar parte de la banda debido probablemente a cuestiones logísticas y de tiempo. Hay que decir que Miguel es un bajista formidable, muy técnico, que además apuesta por una indumentaria muy cuidada y que además tiene un carisma y una puesta en escena que encaja a la perfección con los aspectos musicales y estéticos de una banda como Witchtower, donde el conjunto siempre resulta en algo muy superior a la mera adición de lo que aporta cada uno de sus componentes a nivel individual. El bajista que ahora forma parte de la formación actual es un viejo conocido de los seguidores más veteranos de la banda. Muy buen bajista, con gran actitud, pero desde el máximo respeto y cariño, y tratándose de una banda caracterizada por sacar un sonido tan ochentero, sería deseable que su indumentaria fuera en consonancia con la propuesta musical de la banda. Dicho todo esto, y después de algo más de una hora, se pone fin a una muy gozosa noche de heavy metal en su sentido más amplio, donde a mi modo de ver, aunque las diferentes propuestas que se sucedieron a lo largo de la noche podrían juzgarse algo inconexas, sin embargo, pudieron contribuir entre todas a un resultado global vistoso y variado, agradecido sin duda por el público menos encorsetado, y que suele funcionar cuando el precio de la entrada no es elevado, ya que aunque sólo se conozca a una de las bandas, no supone una barrera infranqueable en cuanto al coste del mismo.

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