Crónica BLOODLUST + OCEANS IN MOTION (10-01-2025, Sala Silikona, Madrid)

Y la primera crónica del año va para… BLOODLUST y OCEANS IN MOTION. Exacto. Año nuevo y las mismas buenas costumbres, aunque llevaba ya un tiempo sin escribir sobre un evento, razón por la cual esta noche había acumulado muchas ganas e ilusión. Representaba desconexión de las tareas cotidianas, probar nuevo equipo, reunirse con muchos amigos… ¡Qué podría salir mal! Una de esas preguntas que nunca deben hacerse porque la vida se empeña en responder de la peor de las maneras posibles. 

Comenzamos con un pelín de atasco en la puerta, que entre el remolonear charlando con los colegas antes de entrar y esas cosas que tienen estos conciertos, me hicieron llegar a pie de escenario con la actuación recién arrancada. Reconozco humildemente que no tenía referencias de los teloneros, OCEANS IN MOTION, más que era su primer bolo. Pretendía dejarme sorprender, algo que no es raro en mí. Sin prejuicios comencé a hacer fotos, dejando que la banda se acomodase en el escenario y encontrara su sitio. He de decir que sonaban bien, la banda se movía y no parecían transmitirse demasiados nervios. Se movían con soltura y, en definitiva, la cosa pintaba bien.

Muy pronto sufrí un problema técnico que me hizo apartarme, por un rato, del frente de batalla. Absorto en mis tribulaciones técnicas, me olvidé bastante de lo que se tenía lugar  en el escenario. Vuelvo con “Animals”, versión de ARCHITECTS. Me doy cuenta de que la voz suena rara, como cuando se pone un filtro que simula una LO-FI, pero no. Lamentablemente no es una licencia sonora de la banda. El sonido es pésimo, la voz a intervalos imposible de entender, va y viene. Con ”Savior” (mostrar en la pantalla tras la batería los títulos es de gran ayuda), parece que vuelve “a su ser”, pero resulta ser un espejismo.

Más o menos por este punto el concierto, podemos decir que se acabó. Juli, su vocalista pregunta al público a través del micro si se le escucha. Primer problema, no se le entiende. Hasta ese punto resulta pésimo el sonido. No me malinterpretéis, OCEANS IN MOTION continuó tocando, dejándose la piel hasta el último de los temas de su setlist. Siempre mostrando una actitud encomiable, profesional y sonrisas regaladas con generosidad hacia el público. La guitarra tampoco sonaba las más de las veces. La batería se comía todo lo que encontraba en su camino que no era sino una cacofonía de sonidos indescifrables con alguna palabra en habla inglesa que lograba colarse heróicamente entre el batiburrillo de ruidos. Batería, que era masacrada con ganas y solvencia por Jess. Era lo más que podíamos identificar. Las cuerdas, me parecieron sonar muy bien e incluso en algún momento me atrapó el sonido de esa Stratocaster blanca, preciosa, pero duraba poco lo bueno.

Me hubiese gustado poder empezar el año relatando una noche mágica de sonidos brutales y estratosféricos, pero las cosas se dieron de esta manera. No es la primera vez en Silikona que salgo molesto por no haber podido escuchar un bolo, pero en este caso me duele, más si cabe porque se trataba de un debut; ese momento tan especial para quienes se suben a las tablas y comparten con nosotros, el público sus creaciones. Aún así, me quedo con las caras maquilladas de ilusión y las sonrisas de todos y cada uno de los integrantes de OCEANS IN MOTION. En ningún momento perdieron la cara a la noche. Con simpatía, buen rollo y actitud demostraron de qué están hechos. Espero que podáis sentiros resarcidos muy pronto con otra noche, esta vez sí, excepcional en todos los sentidos. Mucha suerte.

Un descanso para cambiar el escenario y tomarse la consumición que incluía la entrada. Hacía falta para tragar el sonido que habíamos sufrido en este primer acto de la noche. En la mente una duda ¿Qué sonido podemos esperar para el segundo acto? BLOODLUST  estaba al caer y a ellos sí que les conocía. Tuve la ocasión de asistir en directo a su debut en el “Poker de Ases VII”. En aquella ocasión ofrecieron un buen espectáculo. Se apreciaban los nervios, pero el inestimable apoyo de un público abundante y entregado junto con el amplio escenario de la Sala Vizzio, les llevaron en volandas y cerraron una buena participación. Hoy, el sonido era una duda muy razonable, ellos, podría decir que una garantía.

¡BLOODLUST entra en escena! Traen en brazos un recién nacido, su nombre “Yet Nothing Shines”, su primer y reciente trabajo, dispuesto para ser presentado con todos los honores en la cita madrileña de esta noche.  No tardan mucho en hacerse con el escenario y con el público. Esta noche tienen preparadas varias sorpresas y aunque las ”pérdidas leves” de representantes del público, tras finalizar su turno los OCEANS IN MOTION, son sensibles, sigue contándose con una entrada bastante buena que da sensación de calidez pero sin agobios. Aforo perfecto para disfrutar de su música, si el sonido lo permite y de todo lo que allí iba a pasar.

“El secreto está en los detalles”, dicen algunos… Esta frase u otra por el estilo ha debido calar muy hondo en estos chicos, porque los cuidan hasta en el último gesto. Tienen bien aprendida la lección y la interpretan con férrea disciplina. Todo ello, al público le encanta ¿A quién no le gusta sentirse parte de lo que está sucediendo sobre el escenario? La música es comunicación y cuando ésta se produce en ambos sentidos, cobra todo sentido. Comienzan a sonar los primeros acordes y al menos, el sonido catastrófico que atormentó a, OCEANS IN MOTION no vuelve a reproducirse. Nada suena raro. Las voces son voces, las guitarras, guitarras… Es un avance significativo.

Pero la felicidad es un ave de paso, que para poco tiempo en tu ventana. Muy pronto pudimos comprobar que tanto las guitarras como el bajo sonaban y sonaban bien, aunque sonaban bajas. Lo peor era que la voz no se escuchaba, aún estaba más baja. De nuevo los mazazos que Manu propinaba a los parches y platos eclipsaban al resto. Así las cosas, agudicé los sentidos (especialmente el del oído) y me dispuse a disfrutar, esta vez sí, de lo que pudiera captar desde la pista. El concierto, como los mejores, fue de menos a más. En un par de temas todos los BLOODLUST disfrutaban en el escenario y eso se notaba. Las armonías entre ambos guitarristas se sucedían perfectamente coordinados entre sí, así como con batería y bajo. La voz, ese gran olvidado en esta noche, quedaba oscurecido definitivamente. Es una lástima, porque lo poco que se podía discernir hablando de ejercicios vocales, dejaba entrever la mejora, respecto a la última vez, en aplomo. La calidad ya sabemos que es una virtud intrínseca de la garganta de Javi Cortina

Llegando al ecuador del repertorio de esta noche aparecieron los churros. No, no hubo chocolatada, churros de espuma plástica (o algo así) fueron repartidos y el juego de “arrearse” en donde pillaras, fue el entretenimiento del público a partir de “Hummingbird”. ¡Cómo no, la Silikona se convirtió en una fiesta! Incluso se produjo una flagrante agresión de Jaime a Manu, con un churro cargado, que llenó la sala de risas. El buen rollo es algo que prevaleció, sobre cualquier otra cosa, la noche entera. Para “In Vain” había preparada una demostración de percusión para abrir el tema que les quedó muy cuco.

Para casi finalizar, Sara y MiguelMake” se juegan a piedra papel y tijera, quien tiene la misión de comenzar el siguiente tema, si “Make” con la guitarra o Sara con el bajo. Tras un empate inicial, la balanza se inclina del lado de Sara. Dentro del buen ambiente que se disfruta, “Make”recibe el apoyo del público al grito de «no pasa nada, eres calvo, eres un ser superior«. Sin poder estar muy en desacuerdo con la afirmación, por razones obvias, que tienen que ver con el número de pelos con que cuenta mi cabeza, volvemos a la cuestión musical. Tocan el tema “Within My Blood”, que fue el primer single del disco. Uno de los que me parecieron más interesantes (sin desmerecer a ninguno) y proceden a presentar la banda.  

La noche termina con “Forsake Not The Dream”. Un sabor agridulce en la garganta. Noche divertida en compañía de muchos conocidos y amigos; dos bandas interesantes que no han podido demostrar todo lo que llevan dentro y un ambiente excepcional para comenzar el fin de semana. se puede y debe pedir más, pero un mal sonido no puede ensombrecer un viernes tan divertido y agradable. Espero encontrarlos en algún momento, con mejores condiciones técnicas, para poder firmar esa impresión que me queda, de que son dos grandes bandas.

Texto y fotografías: Juan Carlos López Aguilar.

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