Por Carlos Citoler
Binéfar, 22 de Diciembre (de madrugada) de 2024.
Que pasa, Ramonchu!!!! Joder, tron, cuanto tiempo sin hablar, de verdad.
Como va todo? Ya me han comentado que llevas unas semanas movidas con la jefa, tío. Es lo que nos toca, macho, la edad que no perdona, y como comentamos el último día que hablamos, es lo que nos espera de ahora en adelante, pocas satisfacciones y algún que otro susto y carrera al hospital. Hace cuatro días nos echaban la bronca por llegar de madrugada apestando a chamizo y a vino peleón, y ahora nos toca salir a esas mismas intempestivas horas zumbando camino de urgencias. Es lo que toca, tío, ánimo ahí.
Nada, que te escribía, aparte de para saber de ti, para contarte que ayer, bueno, hace unas horas, por fin te hice caso, Ramón. De todas formas, ya iba tocando, con la brasa que me llevas metiendo tiempo atrás, tío. Ayer, POR FIN, fui a ver al Santi Campillo, tron, a tu Campillo!!!

Fue una cosa muy loca, porque aunque ya me adelantaste la fecha del concierto hace bastante tiempo, es lo que tiene contar con información privilegiada (😜), la verdad es que no me lo acababa de creer. Además, la poca publicidad que se le dio al bolo tampoco ayudaba mucho,…
Me extrañó cuando me adelantaste en secreto el día y el lugar, más que por la fecha, mala de cojones, por la «sala». Bueno, sala, sala, ponle todas las comillas que quieras, compañero,…
Si tú me dices que me presente una gélida noche de finales de diciembre, con la puta niebla que sabes que reina a sus anchas por nuestra zona cuando el cabrón del cierzo se toma unos días libres, en un local en el que habitualmente, lo más rockero que suena es la prueba de sonido del flipado del guitarrista novel de cualquier orquesta de las que recorren nuestra tierra amenizando las tardes de nuestros mayores, o la bandurria de alguna de las muchas rondallas que amenizan los «vermú -cafe-concierto» de las fiestas patronales, yo me pilló el coche, me abrigo como un jodido saudita en la Antártida y me planto allí, porque tú palabra es ley, tronco. Pero no las tenía todas conmigo, tío, me rumiaba que me la habías colado,…


El local, la sala de la Asociación Cultural Binéfar 77, te tengo que ser sincero, es una puta joya, tío. Ya te digo que me quedé a cuadros cuando me lo adelantaste, no me cuadraba para nada un concierto de Rock allí. Una asociación creada por peña que era joven en aquel año del cual tomaron el nombre, que pondrían allí sus dineros para hacerse con el local, «localazo de la hostia», que durante estos años lo han estado remodelando, adecuándolo, con el único propósito de albergar orquestas para bailes de domingo por la tarde, fin de año, alguna que otra revista, las graduaciones de los nietos ahora que acaban el instituto y se nos van a estudiar fuera,… Para nada me cuadraba el lugar. Y eso que le tengo un aprecio especial al mismo, mis suegros fueron socios fundadores y la Cris se descojona cuando, contando batallitas en las reuniones con amigos, recuerda que de críos ya nos veíamos por allí las tardes de domingo jugando en la zona de billares. Lo que tiene hacerse mayor, tío, de eso ya ni me acuerdo, la de tiempo que ha pasado. De algún que otro curso de baile de salón, de la graduación de la mayor y de las representaciones de fin de curso de la extraescolar teatro del pequeño sí, pero ahí, Rock, lo que se dice Rock, no es lo que resuena en esos recuerdos,…
A lo que íbamos, tío, que nos enrollamos como persianas cuando nos ponemos a cascar,… Me descuadró el lugar, pero te tengo que ser sincero, me empezaron a encajar las piezas del puzle cuando quince días antes de la fecha del Campillo se anunció en el mismo un tardeo musical con grupos locales. Eres perro viejo y ya sabrás que en Binéfar siempre ha habido tradición de bandas, con nombrarte a Los Proscritos ya te lo digo todo. Preguntando aquí y allá, por lo visto se está intentando promover desde parte de la junta, la sección más joven (joven, de nuestra edad, tampoco nos vengamos arriba,…) que el local, el pedazo de sala que tienen entre manos, que es un auténtico tesoro, se abra a este tipo de actividades, conciertos y demás movidas para que tanto los hijos como los nietos de los socios de siempre vuelvan a sentir la asociación como algo suyo. Y chapó, tío, porque, ya te digo, la sala tiene un potencial de la hostia. Luego, que se acepte o no las propuestas, ya es cuestión nuestra, del «frío y desagradecido público norteño»…


A lo que íbamos. El Campillo era el plato fuerte, y para abrir el apetito (mal símil, tío, las putas cenas de empresa, además del frío, le pegaron un bocado mortal a la asistencia, y eso que, como te contaré después, fue una noche brutal), para empezar a calentar el ambiente (otro jodido símil desacertado, mierda de niebla, chico!!!), los ainsetanos The Bad Fathers salieron a intentar que el frío personal entrase en calor. A ver, vamos por partes, porque hay varios puntos que matizar.
Ainsetanos, de Aínsa, lo serán adoptivos, porque cada componente es de una punta del globo. Esto que va un inglés, un irlandés, uno de Valencia, me pareció entender, o de Madrid, y, por fin, uno de Aínsa, se juntan, son colegas y les da por marcarse versiones de lo más variopintas, para divertirse y, sobre todo, divertir al personal. Vamos, lo que toda la puta vida de Dios ha sido el nacimiento de una banda de Rock. Pues eso, de los Ramones al eterno Whisky in The Jar, ya te puedes hacer una idea de que allí sonó de todo y para todos los gustos.
Les pasé un par de vídeos a los compis de REA, y el cachondo del Jimmy Escorpión creo recordar que comentó que creyó reconocer el «Don´t You (Forget About Me)» de los Simple Minds entre tanto destrozo musical,…A ver, esto hay que matizarlo también, Ramón.
El Jimmy es un puto crack, me gustaría que lo conocieses algún día, como al resto de REA, porque es carne del ONE (de hecho, ya lo ha visitado en su paso por el Black Templar de Monzón), o de tu antiguo Leyendas, de esas veladas entre cervezas comentando sobre música. Y tiene también el culo pelado de asistir a bolos, ciento y pico lleva este año el fiera, y sin despeinarse,…
Por eso, por ir tan «farto», hay que poner sus palabras en contexto: si estás acostumbrado a comer casi diariamente en restaurantes de estrella Michelin, comerse un día para merendar un bocadillo de jamón puede saber a poco. Pero si el pan es tierno, si los temas originales son buenos, el bocata gana mucho. Que el jamón no está lo suficientemente curado, no te lo voy a negar, pero como va a estarlo, tío? Como va a estar curado, curtido sobre un escenario, si no hacemos más que traer a las fiestas putos DJs? Como? Dime cómo, tío? Tú empiezas a meter a estos The Bad Fathers, o a cualquiera de las muchas bandas que pulularan por los garajes de la zona, en cualquier fiesta de pueblo, después de la orquesta de turno para los mayores, en lugar de una jodida disco móvil, a qué se fogueen, a calentar a los jóvenes que hasta ese momento se han mantenido aferrados a la barra, cerveza va, cubalibre viene, te empiezan a soltar temazos uno tras otro, y la fiesta toma otro color, tío, te lo digo yo. O al menos, eso quiero creer, tío, que luego los tiros vayan por otro lado ya es otro cantar…
A lo que quiero llegar, Ramón, es que tú bien sabes lo escasos que vamos de bolos y de movidas rockerillas por la zona, a duras penas los de Pasión por el Ruido pueden organizar movidas así, aparte del Black Templar, que es muy de nicho y bueno, …es muy de nicho.
Si tú empiezas a mover a esta gente de pueblo en pueblo, de fiesta en fiestas, el cachondeo y el buen rato entre canciones, a esas altas horas de la noche en las que el alcohol y el cansancio ya se entremezclan de mala manera, se propagan como la pólvora, tío. No es lo mismo acabar la noche entre luces epilépticas y remezclas preparadas desde casa que con una guitarra a un palmo de la cara punteando el jodido Starway To Heaven,…
En fin, cosas de viejos, tío, que esto avanza a mucha velocidad, y seguro que esto mismo lo deberían de estar hablando nuestros pobres padres hace 40 años pidiendo más temas de la Karina o del Manolo Escobar mientras los Leño o los Obús iban conectando las guitarras a los amplis,…
Lo dicho, dejemos el tema de los DJs a un lado, porque tampoco es plan de herir sensibilidades o que nos hierva la sangre, desde el momento en el que en Monzón os trajisteis al Paquirrín cuatro días después de que el Black Templar arrasase el pueblo, todo tiene cabida en la puta viña del señor,… Tu que tienes mas contacto con él, dile al Sergio Canal que hay un local muy chulo libre por la zona vieja de Monzón, que se necesita un nuevo Serjos como el comer,…
Al grano, y emplazando al Maestro Jimmy para que vuelva otro dia por la zona a disfrutar de la fiesta que proponen The Bad Fathers, pasemos al Campillo, tío, que para eso te escribo.


ESPECTACULAR!!! Ya me lo habías adelantado, vas a flipar, pero te quedaste corto, compañero,… Un crack, un fiera que te digo yo que se tiene que llevar colgada al cuello la guitarra hasta cuando va a cagar, o tuvo que nacer con una de ellas entre las manos, porque lo que hace el «animalico» con el instrumento es para flipar,…
Puntualidad británica, eso sí, si salías a mear entre actos te perdías el inicio, y ya desde los primeros temas, una cercanía y unas ganas de que nos lo pasásemos bien de la hostia. El tío se gusta, sabe que es un jodido maestro, y seguro que al compañero fotógrafo que andaba por la sala, a poco que tuviese un buen día, le regaló unas poses de «guitar-hero» para optar al Pulitzer.
«Ruta 66», «Donde el Rio Hierve», «La Fina»,.. Todas, tío, creo que sonaron todas, o casi todas, las canciones de los discos que me vas regalando tras cada visita del Maestro a Monzón. Y mejor, mil veces mejor de lo que lo hacen en mi viejo reproductor de CDs, tío. No te voy a poner aquí la lista como hacen los reseñadores profesionales de las revistas de Rock, porque en mi puta cabeza la hora y pico de concierto sonó como una jodida sinfonía dividida en varios actos.
Se le veía feliz, exultante, como si la dolorosa y exigua entrada que registraba el local no le afectase. Él estaba allí para deslumbrar a los asistentes, llegasen a duras penas a la centena o llenasen el puto Bernabéu. Armado con una eterna sonrisa, con esa voz tan particular, que tanto me recordaba a ti cuando las cuerdas de sus guitarras se tomaban un pequeño y merecido descanso, Don Santiago creo que disfrutó incluso más que nosotros de la noche. Alucinando con la sala, repitió en más de una ocasión que debería ser de obligado cumplimiento que cada pueblo y ciudad contase con un espacio de la calidad del 77 para que la gente pudiese disfrutar de la música en directo de forma habitual, aprovechó para hacer de la velada algo íntimo, llegando incluso a bajar del alto escenario y mezclarse con el público, tocando y haciendo magia con sus manos a un palmo escaso de la cara del respetable. ESPECTACULAR, tío, todo lo contrario a uno de esos «guitar-hero» de salón, de cartón piedra, intocable e inalcanzable, que poblaban las paredes de nuestras habitaciones cuando aún nos peinábamos por las mañanas. El bueno del Santi a un suspiro de tu jeta, creando magia con sus manos, haciendo llorar o reír a su guitarra, a sus múltiples guitarras, según terciase.
Brutal, como brutales fueron sus acompañantes. Todavía no me acabo de explicar como solamente tres tíos, tres tíos!!! hiciesen sonar aquello como si una puta filarmónica estuviese sobre las tablas. Disparos desde la mesa? Pero que mesa, tío, si solo había un puto portátil para controlar las luces y para de contar!!! En fin, será que el amigo Campillo y compañía tienen el culo pelado de pisar madera y colocarse bajo los focos, y sabrá como adecuar el sonido a casa sala. Lo dicho, fogueado que está el tío, curado, como el bien jamón, ya tu sabes,…
Joaquín a la batería, un crack, y Pablo al bajo, elegancia pura, acompañaron al Maestro durante el set-suite, lo que para mí fue, como ya te he comentado antes, un delicioso paseo por las aventuras y desventuras que hemos compartido tú y yo, y que la magia de la Música con mayúsculas, como la de Don Santiago, hace que vuelvan a tomar vida en forma de danzarinas notas sobre el pentagrama.
Como traca final, y esto creo que ya me lo advertiste también, se subió a las tablas el amigo Fede, presentado por Santiago como el conductor de la furgoneta de gira. Mis cojones, Santi, mis cojones!!! Si el Fede, Don Federico, después de apretarle las tabas al enorme Robert Plant con la versión que el entonces cuarteto se cascó del Whole Lotta Love de los Zeppelin, me dices que es solamente el chófer, no te creo, tío. Me lo digas tú, Ramón, que tu palabra es ley, o me lo diga el Maestro Campillo. Mis cojones!!! Este Fede le da mil vueltas al más pintao, tío, tiene un vozarrón de la hostia, y eso que se midió ante The Golden God,…
Acabando ya, Ramontxu, que esto se alarga y tendrás cosas que hacer, ¿Por qué cojones he tardado tanto en hacerte caso, compañero?. Menuda noche desbordante de buen gusto y calidad,… Chapó. A la salida, una inmerecidamente desangelada mesa de merch fue mi última parada antes de volver a casa. Noche tras Noche fue el trabajo elegido para continuar esta bonita tradición que tenemos de regalarnos música, tío. Espero que no lo tengas en físico, y si es así, ya sabes, regálaselo a quien intuyas que lo sepa apreciar. Las tradiciones están para perpetuarlas,…
Ramón, tío, nos vemos, imagino que mañana en el curro, como siempre (en tu mesa te dejo el CD), y seguiremos teniendo las noches, Noche tras Noche, para seguir compartiendo el mal vicio que nos une, el ROCK.
Cuídate, tío. Salud.


Un comentario sobre “Crónica de SANTI CAMPILLO en Binéfar (22.12.24). Bonitas tradiciones a conservar.”