Crónica DELIRIO KRÓNICO + LORAZEPANK (11-01-2025. Sala la Trinchera, Madrid)

He de confesar ante la audiencia que habitualmente me lee (un beso mamá), que en el pasado he sido clasificado como crónico. Algunas veces, las menos, con mala baba; las más de ellas, son mis compis de redacción por esta manía mía de meterme a elaborar crónicas de conciertos. En cualquier caso, cuando el río suena… Así que, revisando la agenda de bolos del finde pasado me tropecé con una oferta que no pude rechazar. Nada menos que DELIRIO KRÓNICO tocaba en La Trinchera de Vallecas. Pensé ¿Será una señal? Cuando comprobé quién les acompañaría sobre el escenario, no me hizo falta más y es que ¿qué es más recomendado por 10 de cada 9 psiquiatras, para tratar un DELIRIO KRÓNICO sino una buena dosis de LORAZEPANK?

A ver, puestos a confesar, confieso que esta historia no es real: Ahora bien; ¿qué es delirio y qué es cordura? en una sociedad dormida; ¿qué es sueño y qué vigilia…? Cuando manipulan una verdad ¿dónde acaba una y dónde empieza la otra? Cuando sientes cómo te mira a los ojos y piensa “Te odio a muerte”… Déjate de historias y sal corriendo. Lo verdaderamente cierto es que éste era un concierto muy atractivo en una sala ya icónica del underground madrileño y yo tenía que dejarme caer por allí para ver lo que se cocía en el escenario del Mercado de Numancia.

Llegaba pronto al Mercado y mi bar de cabecera estaba cerrado. Por suerte, la sala ya estaba abierta y me pude colar en las postrimerías de la prueba de sonido de DELIRIO KRÓNICO. De paso, me enteré del orden de actuación de las bandas, que tras sorteo sin más notario que Platz (Raúl), el asombroso técnico de sonido de La Trinchera, quedaba de la siguiente manera: DELIRIO KRÓNICO primero y LORAZEPANK segundo, seguidos a un par de puntos por el Rayo Vallecano que empató en casa.

Perdón que creo que me salté de pista. Como veis, nada que ver con las intrigas palaciegas de otro tipo de bolos en los que los cabeza de cartel torpedean la labor de teloneros con recortes en volúmenes, equipos… Triquiñuelas para mantener un supuesto status. Si eso es lo que has vivido hasta ahora, cambia el chip. Estás en Vallecas y esto es verdadero underground, del que se hace por amor a la música y a la diversión común.

Así las cosas, la prueba de sonido fue todo un éxito. Rápida, indolora y con el único sabor de unas cervecillas que se habían trasegado durante el acto. Sobraba tiempo hasta las 20:00 y las bandas marcharon a sus quehaceres por el propio Mercado, bueno, supongo. Cada mochuelo a su olivo hasta la hora de comienzo para lo que faltaba aún buen rato. Al final, lo que suele suceder, te lías, te lías y  la cosa acabó comenzando tarde.  Esto es, pasadas las 20:00, pero pasadas un cacho, con lo que los sets irían pelín justos.

El DELIRIO KRÓNICO finalmente nos invadió cuando comenzó a sonar “Kordura o Delirio”. Teníamos el remedio, LORAZEPANK, allí mismo; pero queríamos disfrutar de la enfermedad, antes de disfrutar de la cura. Y la enfermedad era presentada con una Irene enmascarada y bien abrigada. No había mucha gente y el aire acondicionado pegaba fuerte. Aún no habían subido los grados suficientes, pero a golpe de himnos era sólo cuestión de tiempo… Además y como suele ser costumbre en esta sala, el sonido era excepcional.

Una vez el delirio se instaló en nuestros cerebros, aquello fue un no parar. Hubo equitativa representación de toda su discografía. Desde su EP “Si te Caes, Levanta”, para mantener el recuerdo de los comienzos, vivo y porque funcionan muy bien en directo. Cómo no, se tocaron los cuatro temas del maxi single “Kordura o Delirio” con el que anticiparon, en su momento “Trastornos”, cayeron otros cuantos cortes del mismo álbum y se trajeron en la maleta temitas nuevos que presentaron a los asistentes allí reunidos. Ah, no faltó la falda de lunares. En ningún momento decayó el ritmo frenético que imprimen a sus actuaciones, al contrario. Siempre fue a más, al ritmo que subían los grados centígrados y es que todo invitaba a disfrutar y a moverse.

Hubo de todo. Performance; bromas con el público, que se lo pasaba en grande; colaboración de Lalo, vocalista de LORAZEPANK, que subió a echarse un cantecito con Irene y hasta chistes. Al solicitar el público una saeta, después de haber interpretado Sepultur-Arte y para no repetirse como el ajo, Irene se arranca con un chiste de monjas, por el que allí, nadie se hizo cruces. Como adelantaba antes, el repertorio preparado para esta noche se hacía demasiado extenso para el tiempo que restaba y que había que repartir entre las dos bandas, por lo que se confirma la mala noticia de que “van como el culo” de tiempo  y hay que recortar.

Alguna cosilla quedó fuera, pero lo que no podía quedar fuera bajo ningún motivo era el gran final con la homónima “Delirio Krónico”. Un bolo sin este tema puede ser cualquier cosa, hasta un concierto de Bisbal, pero nunca uno de los inmensos DELIRIO KRÓNICO. Resumiendo, otro bolo divertido, concienciado, beligerante, inteligente, con garra y un “buen rollo” impresionante, entre las bandas y con el público. Ese “buen rollo” se transmite y te hace sentir en casa ¡Esta banda que no defrauda!

El escenario echaba fuego y LORAZEPANK, raudos en subirse a las tablas, no estaban dispuestos a apagarlo. Arrancan con unos cuantos temas incendiarios “Vive y deja vivir” de manufactura propia, seguido de “Sin Miedo” con letra de  Manuel Vázquez Mendoza que hay que destacar muy especialmente. Magnífica poesía, preciosa, amarga pero a la vez esperanzadora, porque mientras se pueda y se luche la victoria siempre será una opción. LORAZEPANK lo saben muy bien y le meten ritmo y convicción, fuerza y respetuoso homenaje. Empalman dos cover, auténticos clásicos del punk ibérico.

En total, introducen cinco canciones prestadas, que salpicadas por la escaleta redondean los de producción propia, que irán compilados en su próximo y esperado álbum, dejando fuera unos pocos que están aún horneandose y que esperamos saborear pronto. Temas dedicados a la lucha urbana, a la resistencia frente a la alienación, a la juerga. Humor, cachondeo y mensaje se ensamblan en unas letras que llegan y se quedan. luchando como otras muchas bandas que pelean por hacerse un hueco en tu mente y en tu corazón. Todo este trabajo lleva implícito el proyecto de autoeditar un disco que resulte su carta de presentación y el apoyo de la audiencia es fundamental.

Sonaron temas como “Cenosilicafobia”, definido por Google como: “El término cenosilicafobia procede de tres términos griegos: kenos (vacío), sillica (vidrio) y phobos (miedo irracional). Se definiría así como el miedo a ver el vaso vacío“, festivo y canalla;  ”Punkarrada de los colegas”, alcohol, garitos y noches quemadas mientras Lalo se trasiega un cacharro en el escenario. espíritu punk y ritmos ska para esta entretenida muestra de su trabajo creativo. “Prostitute”, en el que juega con el lenguaje inclusivo, al tiempo que se lanzan preservativos a la parroquia… Amén. Entre los cover hay de todo y bueno. Grandes himnos de siempre que despiertan recuerdo ¿cómo no? y facilitan la piña en que se convierte la pista y el escenario. Todos en una comunión pagana que concluye con “Soploska” y el respetable pidiendo más.

Gran noche, divertida de gran sonido y fiesta combativa. El underground y el ¿punk? dejémoslo en la fiesta de las ideas y el disfrute colectivo, la unión y el cachondeo, la seriedad, el mensaje con la chanza y la broma. Una combinación perfecta para un sábado de enero, templado en la calle y tórrido en La Trinchera, a pesar del aire acondicionado.

Texto y fotografías: Juan Carlos López Aguilar.

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