Por Carlos Citoler
Tercer trabajo del proyecto balear Eternal Dissonance, o lo que es lo mismo, tercera entrega de la faceta más ambiental y sinfónica de Dargos, que es quien se encuentra tras la bestia después de su venida al mundo en 2020. De la mano de Darkwoods, ya dejó huella en REA con su anterior EP, Enlightened Passage, y desde entonces tenemos al proyecto bajo vigilancia intensiva.


Decíamos que se trata de la parte más sinfónica del bueno de Dargos ya que, como indicabamos en su día, el jovenzuelo Pere se encuentra repartiendo su tiempo y artes oscuras entre varios proyectos, virando a terrenos más abrasivos y brutales junto a Neglected y Xenoautopsy, o bien dando rienda suelta a su lado mas post junto al trío Wonded Soul. Increíble la actividad del amigo Dargos, que nos hace de nuevo recobrar la esperanza en que todavía parte de nuestra juventud no ha sucumbido al influjo de dudosos ritmos caribeños,…



Al igual que en sus dos anteriores entregas, Eternal Dissonance nos presenta un trabajo instrumental en el que, para nada, se echa de menos el timón que una voz suele ejercer sobre otros proyectos musicales similares. Cuatro temas extensos, donde el balear se deleita y nos hace disfrutar de escasa media hora de Black Metal Atmosférico de muchos quilates.
¿Corto? Tal vez, aunque habiendo degustado hasta la saciedad el trabajo del balear, se hace bueno el dicho de que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Nos damos de bruces con temas desarrollados, en constante cambio y no aptos para tenerlos de fondo mientras dedicamos nuestra mente a otros menesteres. A fin de cuentas, es lo mismo que puede aplicarse a sus dos anteriores entregas, meterse en el universo Eternal Dissonance es obligarse a aislarse del mundo, dejarse mecer por sus melodías, cabalgar sobre sus fragmentos más rápidos y confinarse de la loca vorágine que nos rodea. Y esto es muy fácil decir, pero cada vez más difícil conseguirlo como oyente. Y, te aseguro que, si no logras escuchar la propuesta de Eternal Dissonance así, nunca descubrirás su verdadera grandeza.

De la mano del tema título del álbum se abre el paseo entre naturaleza muerta y frío condensado en siete notas que Dargos nos ofrece en este Through The Endless. Su dulce inicio torna a ese Black Metal Atmosférico y Sinfónico que esperamos encontrar tras haber degustado sus dos primeras entregas. Cadencias que te sumergen en escenarios que a primera escucha pueden parecer repetitivos, pero que escucha tras escucha descubres que forman un todo absorbente, casi bailable, permítaseme la osadía, en un gran y oscuro salón de un castillo del siglo XIII. Para nada se echa de menos una voz que guíe tu pasos, te presente y narre la historia, dándote la oportunidad de ser tú mismo quien coja esas notas, esos riffs, y fabrique su propia historia.
Esa ausencia de guion, ese libre albedrio al que Eternal Disonance te abandona te da la oportunidad de sumergirte en tu lado más oscuro y melancólico, de la mano de Abstract Fluctuations y Ephemeral Glimpse, los dos temas que dan continuidad al álbum. Dejando atrás el baile de máscaras, la tristeza y melancolía se hacen dueña de la parte central del viaje, dándonos libertad para llorar las penas, agarrarnos a los fragmentos más rápidos y que aflore nuestra rabia, siempre bajo el guión que a cada uno de nosotros la música del balear nos lleve.
Cerrando el viaje, el desenlace de The Incandescent Light nos vuelve a llevar a los pantanosos terrenos de la melancolía acústica más densa, salpicada por doquier por ramalazos metálicos.




Bajo el ala de Darkwoods, con una edición más que cuidada, algo habitual en el sello, que hace de cada lanzamiento una experiencia única, Eternal Dissonance continua ofreciéndonos lo que nos tiene bien acostumbrados, un páramo en el que perdernos, olvidarnos del mundo y lanzarnos de bruces sin paracaídas a una experiencia única. Que logres robar tiempo a tus obligaciones, cerrar el mundo por traspaso y disfrutar de la plena experiencia que te ofrece el balear, eso ya es cosa tuya, compañer@. Por mi parte, puedo asegurarte que vale la pena intentarlo,…
