Banda:MORAX Disco:The Amulet Sello:High Roller Recs Año:2025

Por Scheitan

Ya he hablado por aquí u otros foros de lo llamativa que suele ser una propuesta proveniente de Noruega cuando no hablamos de black metal. Algo de metalcore, mucho post y atmo, hard rock, algo de death metal, pero hasta ahora insólito lo del heavy metal tradicional en los últimos años. Al final va a tener razón la condesa cuando dice que el heavy metal está de moda…

En mi caso, y a pesar de los 30 años que llevo tratando el género, me sigo considerando un noob (qué dicen los chavales), pero hoy me apetecía comentar el maravilloso debut en largo de MORAX. Como diría Don Sabino Escuela, bendito algoritmo! Ya que me ha saltado repetidas veces tras escuchar el adictivo álbum «Traveller Supplement I: The Ephemeral Glades» (2025) de The Lord Weird Slough Feg en Spotify.

Morax fue fundado en 2023 en Bergen, Noruega, como el proyecto unipersonal de estudio de Remi Andre Nygård (Inculter) a cargo todos los instrumentos y voces, es decir, ese control total fundamental para la cohesión y la singularidad de cualquier sonido propio comentado varias veces en esta santa casa y el los foros de cronistas y reseñadores. Aunque inicialmente concebido como un proyecto de estudio, Nygård ha reunido recientemente músicos y ya ha ofrecido algunos shows y tiene programados otros cuantos como resultado de la buena acogida de su debut en largo, The Amulet. Disco que parece estar encantando por ahí a la peña, y que en mi caso como digo, encontré de sopetón e hizo que me entrasen las dudas cuando ya tenía elegido Glory or Agony de Watcher como disco de heavy metal tradicional del año…

Un subgénero este del tradicional, al que le cuesta tanto despuntar fuera del circuito pureta, pero que con este The Amulet destaca por su ejecución impecable, oscuridad Coveniana y por supuesto por su capacidad de ser respetuoso con ese arraigo al pasado y glorioso metal, pero tremendamente adaptado a la producción actual. Un disco (y banda) que desafía las comentadas expectativas geográficas y opta por la pureza, aprovechando esa «libertad» que ha permitido al bueno de Remi forjar un sonido que, aunque claramente influenciado por los titanes del género, se siente auténtico y sin artificios, haciendo de Morax una banda interesante desde la primera escucha, pasando de imitaciones y nostalgiadas.

Entrando de lleno en The Amulet y obviando su primer EP Rites and Curses (incluido en la versión cd), que pasó desapercibido para mí, además del bagaje de Remi con Inculter tan poco vinculante aquí, decir que el disco contiene 8 temas en 40 minutos de duración y ha sido editado por High Roller Recs. Un disco de primera escucha difícil, o al menos poco llamativa, pero que va calando hasta conseguir el efecto lapa tan deseado por los artistas. Un gancho causado a base de ir demostrando tras cada vuelta la versatilidad de Remi, sobre todo a la guitarra, y la capacidad de composición de grandes temas que sudan nombres de leyendas del metal como Mercyful Fate, Judas Priest, Black Sabbath, Angel Witch o sí, Megadeth, todos ellos en su versión más maligna y ocultista.

Un viaje de ocho capítulos con temarrales desde el inicial «The Hellion», digo «The Amulet», pasando por grandes piezas oscurillas como «Belial Rising», «Phantom Sleeper» e «Inverted Church» o la adictiva «A Thousand Names», o las monolíticas «Seven Pierced Hearts» y «The Descent», una homenaje a BSabbath y la otra, sacada de chorra prog. O para mí la mejor y posible descarte de Inculter, la cabra tira pal monte, «The Snake», que contiene ese instinto navajero innegociable a mí modesto entender en esto del heavy metal.

En definitiva, un disco muy bueno y atractivo, sobre todo por lo inesperado y variado (dentro de lo que es el tradicional últimamente), con el que no he podido evitar la comparación entre lo que ha hecho Viktor Guftansson (Lethal Force) con Watcher y lo propio de Remi con Morax. Caminos paralelos, a pesar de las diferencias sonoras, de dos almas solitarias que llevan el heavy metal en las venas y que han decidido formar bandas para rular. Al fin y al cabo, una de las metas de cualquier músico. Esto ya va en gustos, pero de entrada me quedo con el sueco, al que seguía más de cerca y porque en el D&D siempre he preferido el acero del caballero al amuleto del hechicero.

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