Crónica del brutal paso de REVOCATION, GOATWHORE, ALLUVIAL y CREEPING DEATH por la Sala Copernico en Madrid el 7/02/23.

Crónica de César Ruíz Scheitan.

Fotos de César Ruíz Scheitan y Hell above Us.

Tal y como avanzábamos en nuestra pasional previa, tener que salir corriendo del trabajo un martes gris no iba a bajar el nivel de expectación puesto en el eventazo tan exclusivo que había montado Madness

REVOCATION, GOATWHORE, ALLUVIAL y CREEPING DEATH estaban en la Copérnico (sinónimo de éxito), llegados desde las cuatro puntas de USA y en pleno ecuador de su gira europea, dispuestos a deleitarnos con su manera de entender el estilo que nos vuelve locos, el death metal. 

El quinteto tejano CREEPING DEATH saltaba al escenario con extrema puntualidad, 19:05 de la tarde, y con ellos el inicio de una noche inolvidable. Banda que tenía más que escuchada al trabajar el corte old school tan de mi gusto, además de una procedencia de garantías como es Texas. Desde el primer golpe de «Humanity Trascends», tema insignia de su más reciente trabajo «The Edge of Existence», en la Copérnico reinó la claustrofobia cavernaria y la densidad, con un sonido sorprendentemente bueno para ser la banda que abría, ante unas 60 personas aproximadamente. Media horita de OSDM maravilloso, donde ese espíritu que ha traspasado fronteras gracias al efecto FROZEN SOUL, se materializaba en una banda sueltisima que transmitió altas dosis de energía en su primera visita a España, especialmente el incansable guitarra Trey Pemberton, quién no paró de soltar patadas voladoras. Repasaron temas de cada uno de sus tres EPs y por supuesto de su largo «Wretched Illusions», cerrando con el temazo «Skinned Alive» y un «Spain is fucking beautiful!!!». Ganas de más, pero todos sabemos a lo que venimos ante este tipo de carteles. Píldora old school que sentó del copón. 

Tras el breve cambio de bártulos, milimetrado, comenzaba puntual el show de los atlanteños ALLUVIAL, también por primera vez en Madrid. Banda menos atractiva del cartel a priori, para mí, al situarse en esa compleja frontera deathcoreta, pero que me sorprendió gratamente. Innegable punch que nos cautivó tanto a los más puretas como a los más modernos, unos 100 en ese momento. El incansable Kevin Muller, es un portento vocal y ha aportado un caracter impresionante a esta formación, y Wes Hauch, a pesar de tener que tocar sentado por una lesión, impartió una clase magistral entre djents y solos de ejecución perfecta. 6 temitas de su potente «Sarcoma» que menearon ligeramente el pit, que sonaron impolutos y con los que nos ganaron para su causa a los más reacios. Píldora *core para el cuerpo rica rica. 

Tras otra breve pausa, seguíamos sin salirnos un dedo de la escaleta, llegaba uno de los platos fuertes de la noche, celebrando sus 25 años, los de Louisiana, GOATWHORE. Tremendo bolazo que se marcaron, a diferencia de su discreto paso en anteriores ocasiones por Madrid. Capitaneados por el carismático vocalista LB Folgoust y el mitico Sammy Duet, quién acaparó todas las miradas, derrocharon suciedad con su death oscurecido y macarra. «The Bestowal of Abomination» sonó gigante y arrolladora, tiñendo la noche con el poco black que iba a sonar en este evento. Para ser seguida del único contratiempo, y es que en mitad de la punkarra «Fbs» se caía la corriente de la sala. Incidencia resuelta rápidamente y que el cazallero Folgoust atribuyó a cosa del demonio, jeje. Continuaron como si nada repasando su discografía, obviando la primera etapa y desatando la locura de las 200 almas allí congregadas con «Apocalyptic Havok», «Nihil» y sobre todo con «Death From Above» en la que el propio Folgoust bajó a batirse en el pit, para cerrar con su ya clásica «Baring Teeth for Revolt» y arrancarnos una sonora ovación al grito coreado de «Caaaabrapuutaaa». Bandaza que fue un privilegio ver y gozar, y bolazo producto de mucha experiencia ganada por  el arte de ir contracorriente en una ciudad de sonido tan instaurado como NOLA. Punto de inflexión de una velada que estaba siendo perfecta, pero en la que aún quedaba lo mejor. 

Soy malísimo para esto, pero calculo que en torno a 250 esperábamos con ansia que diesen las 21:45, momento en que Davidson, Bamberger y Pearson, apoyados en esta ocasión por Noah Young, saltaban a escena  y abrían sus birras y sus aguas con «O Fortuna» como antesala del arranque espectacular con «Nihilistic Violence». Y es que cuando consigues llevarte a la peña al bolsillo en el primer tema, la cosa se antoja antológica. Tercera visita de REVOCATION y tercera demostración de maestria y de técnica mayúscula. Gozaron de un sonido espectacular y una retroalimentación mágica entre ellos mismos y con el público. El aura de mago de las 7 cuerdas de Davidson alcanzó niveles Schuldinerescos produciendo caídas de baba, roturas de cuello y fracturas de dedos haciendo airguitars a la peña. Bamberger imprimiendo fuerza en alianza perfecta con Pearson y hasta el foráneo Noah tanto en rítmica como en el apoyo vocal brillaban mientras Davidson bailoteaba provocando una tormenta de riffs y solos incontrolables.

Primera parte del show en la que desgranaron su reciente «Netherheaven» y el predecesor «The Outer Ones», para deleitar a continuación con su material más antiguo, pero no sin antes, hacía aparición el mismísimo demonio, que ofrecía firmar la venta de su alma a un Davidson que accedía gustoso. «Madness Opus» abría la segunda parte del concierto y daba por finalizada la fase de impacto, de hipnosis,  para desatar algo de movimiento en el pit. Temas más directos, de ese Death/Thrash/Prog alocado y complejo que ha elevado a REVOCATION a los altares, relucía en «Communion» y como no, en el glorioso cierre con su clásico «Dismantle the Dictator». Muy agradecidos, el ese día, cuarteto de Boston, despedía este conciertazo que pone el listón muy alto a lo que queda de año. 

Mil gracias a Madness por hacer posible veladas de death metal como esta, a base de dosis multidisciplinares, donde cada uno en su lugar brilla y suma para conseguir un resultado de altísimo nivel, superando cualquier expectativa.