Por Carlos Citoler
Los «daños colaterales» que todo festival acarrea, y de las pocas cosas positivas de los mismos, me atrevería a decir, además de la vertiente social, es que en lo musical puedes descubrir, como quién no quiere la cosa, auténticas perlitas,…
No es este el caso, o no del todo, al menos no con el 50% de L’Espectre que Alimenta la Flama Dels Ancestres. Von Päx es viejo conocido de la escena, con el que incluso pudimos desde REA pasar un rato de charleta con motivo del pasado Doom Orange Fest, y hace nada conversando sobre el Black Templar Extreme Metal Fest.
Esto viene al caso porque, preparando la entrevista que teníamos intención de mantener con la cabeza visible de Barbarian Swords, con motivo de su visita a tierras montisonenses para amenizar con sus suaves líricas y tintineantes armonías la hora del vermut la segunda edición del Black Templar Extreme Metal Fest, que mejor opción que poner de fondo el debut del proyecto paralelo del cantante junto a Varg The Mighty, sumergirse en las desconocidas aguas del Dungeon Synth y así matar dos pájaros de un tiro, aprovechando que estaba solo en casa y podía olvidarme de los jodidos cascos: escuchar uno de los trabajos que se van acumulando en la interminable lista de pendientes y tener música de fondo para dedicarse a lo que realmente importaba, la dichosa entrevista.
Y como suele suceder, a tomar por el culo planes,…

Pero que cojones es esto del Dungeon Synth, te preguntarás tu, como lo hacía yo hasta que me dio por darle al play para utilizarlo como música ambiental de sala de espera del dentista? Pues ni puta idea, compañero, no nos vamos a venir arriba, porque L’espectre Que Alimenta La Flama Dels Ancestres ha servido de «máquina desvirgadora» a este humilde junta-letras, y es todavía muy pronto para hablar con propiedad por mi parte de lo que es el amor,…
Por de pronto, tras empezar a sonar las primeras notas de Funesta Epifanía, la libreta en la que pretendía anotar las preguntas de la entrevista quedó olvidada en el comedor mientras, sin yo quererlo, mis pasos dirigían mi helado cuerpo hacia la habitación, el lugar que me pareció mas seguro de la casa.
Llámale miedo, llámale presentimiento de que no estaba solo en casa, llámale que la repetitiva sucesión de macabras melodías, fúnebres, oscuras y deliberadamente retros, me hicieron revivir el infantil y primerizo miedo que desvirgó en tiempos mi fantasía a base de películas vistas a hurtadillas, escondido tras el sofá, una vez que los dos rombos hacían su aparición ,…

Tras una primera escucha que no se la deseo ni a mi peor enemigo, y sacando la cabeza por encima de las sábanas empapado en un extraño sudor frío que no duele ser muy habitual a finales de Julio, la idea de encontrar información sobre lo que me acaba de helar la sangre me pareció el primer paso perfecto para intentar superarlo.
Tres temas componían aquel aquelarre sonoro cantados, ojo ahí, en catalán arcaico, y editados por Negranit en exclusiva tirada de 100 unidades numeradas a mano,…
Ya con fríos datos a los que aferrarme, la segunda escucha de Funesta Epifanía, tema que abre y da título al trabajo, la emprendí con la intención de atraer el miedo a mi terreno, domesticarlo, y que mejor manera que agarrarme a los escasos detalles «goticosos» que los teclados de Varg iba lanzando como botes salvavidas a los que aferrarse para que la tormenta de aterradores sonidos de sintetizador y la macabra voz de Von Päx no volviesen a sumirme en la desesperación. Escasa ayuda para mantenerse a flote y cuerdo ante la multitud de tenebrosos detalles que volvían a llenar la atmósfera de ese terror infantil del que quería huir.
Y es que aquellos fantasmas de la niñez, que creía olvidados, vuelven de la mano de Presència a la Runa dels Temps, atravesando una puerta en el espacio-tiempo que los estridentes sonidos paridos por Varg que dan inicio al tema, junto al cada vez mas fantasmal uso de la lírica, han abierto de par en par. Paso que ha permanecido cerrado durante décadas y que que la oscura grandiosidad de los teclados alfombra para que los terrores del pasado vuelvan a recorrer el camino de regreso. Aniquilado todo signo de romanticismo, son ya el miedo y la angustia quienes pasean impunes por los rincones de mi mente, convirtiendo la ambientación que el jodido crío se ha sacado de la manga en una tela de araña de la que ya me es imposible escapar. Atrapado en mi propia mente, entre susurros inhumanos que acarician mi cuerpo casi inherente,…
Cuando llega el turno de la despedida, con Fins L’Esglai, te das cuenta de que ésta nunca va a producirse, que la extraña y perturbadora presencia que te ha estado acompañando durante el tortuoso camino nunca va a dejar de hacerlo, de ser tu sombra, ya que es en realidad tu propio reflejo en el inexistente espejo en el que has convertido tu vivir. Un tiempo que has malgastado puliendo una frágil fachada en la que todo el mundo deseaba verse reflejado, olvidando que tras ella, solo vacío se escondía. Ya no te asustan las voces de ultratumba que repiten hasta la saciedad el titulo del tema, tú propio epitafio; no te producen escalofríos los sonidos que el veinteañero hace brotar de las teclas, porque sabes que en realidad son los rítmicos chasquidos de tus propios pasos al caminar, al deambular sin rumbo ni dirección por una eternidad vacía de tiempo, surcando una dimensión abismal.

Si el frio sudor no recorriese todavía mis sienes pensaría que ha sido todo un sueño, una horrible pesadilla de la que el ultimo gong que cierra Fins L´Esglai me ha despertado, un delirio producido por músicas extrañas de las que hay que mantenerse alejado. Si el sol no se hubiese escondido atemorizado tras el horizonte pensaría que ha sido un breve abrir y cerrar de ojos, un leve chasquido de dedos, y que va a ser fácil olvidar lo vivido. Solo un sueño, un segundo en la vida fácil de olvidar, tapado inmediatamente por otro segundo que enseguida llegará,… Aun cuando el viejo reloj de pared lleve eones parado marcando siempre la misma hora,…

Un comentario sobre “Banda:L’ESPECTRE QUE ALIMENTA LA FLAMA DELS ANCESTRES Disco:»Funesta Epifanía» Sello:Autoeditado Año:2024”