El pasado martes 16 de abril, en plena canícula primaveral, entre estornudos y con los ojos enrojecidos por tanto ordenador y tanto polen, tenía yo, satanicamente planeado, un “afterwork” ilusionante, pero ilusionante. No importaba cruzar Madrid de lado a lado, ni la odiseica vuelta, que era más que previsible. Kivents tenía programado, dentro de la gira Black Death Over Europe Tour 2024 el concierto de un trío, a todas luces, ganador, PESTILENCE, CARNATION y BODYFARM. Como polilla a la luz, no podía pasar por alto tal tentación. Más aún, yo soy de natural muy susceptible a ese tipo de tentaciones.
Ya en la puerta ¡registro! no para evitar la entrada de armas de destrucción masiva sino para que no entraras comida ni bebida ¡Triste sociedad en la que se confisca comida en lugar de armas! Pero bueno, una vez cumplido con el protocolo y sin nada que declarar en la mochila, volé más que anduve al foso, porque me informaban que había sido impuesto un límite de 3 temas para saciar las ansias fotográficas de los reporteros. Con el primer tema empezado, el tic tac del reloj martilleaba en mi cabeza.
Aprovecho a reconocer, “ahora que no me escucha nadie” que; por un lado, el tiempo fue suficiente para sacar un buen manojo de instantáneas con las que ilustrar esta crónica (en esta sala, es que las fotos salen solas con esa iluminación de ensueño) y por otro lado que todas las restricciones fueron informadas de buenas maneras y el trato con la organización y la sala fue exquisito. Pero dejemos ya los preámbulos y cuestiones tangenciales a lo que aquí nos trae. Vamos al turrón, aunque no sea Navidad y haga un calor de mil pares de… Sobre el escenario, BODYFARM hacía de las suyas, encandilando a los valientes que se habían atrevido a venir a estas horas, un martes por la tarde.
Las referencias que me llegaban sobre BODYFARM, en directo, eran inmejorables. Pues bien, una vez las pantallas comenzaron a golpearme con decisión el pecho, comprendí que dichas expectativas habían quedado ampliamente superadas. Un vendaval de feroz Death Metal sin compasión alguna, fue letal. Las guitarras, conmutando sus posiciones; pasando de la brutalidad absoluta de ENTOMBED a una delicadeza muy heavy y volviendo, sin despeinarse. Absolutamente espectacular la capacidad de síntesis de sonidos y escalas con una calidad y una fuerza impresionante; jugando entre ellas para obtener un resultado espectacular. El bajo, presente, la voz terrorífica, profunda, cavernosa y apabullante; la batería, un arma de destrucción masiva, un reloj suizo que en vez de horas daba cañonazos en el momento exacto. Fue un disfrute para los oídos, envueltos todos ellos en un sonido, propio de la Revi.
Con “Malicious Ecstasy”, su último EP, caliente como un pan recién salido del horno; nos trajeron un set que retrató gran parte de su discografía. De “Malicious Ecstasy” cayeron “Pervitin’” y “Retaliate”. Dos de cuatro, ya que el resto son versiones en directo; con lo que no se excedieron. Re-Visitaron “Ultimate Abomination”, de 2023 con tres temas entre los que intercalaron los anteriormente comentados “Pervitin’” y “Retaliate”. Ese fue el cuerpo de la actuación, que iniciaron con “Manhunt”. Finalizaron con “Dreadlord” y “The Dark Age”. Un set redondo como toda estancia en el escenario y fuera de él ¡Más majos que las pesetas!
No se demoró en absoluto la comparecencia de los segundos de la noche. Nada menos que CARNATION. Es una banda de más reciente creación, pero ya con una discografía interesante, en tamaño y calidad. Con su último trabajo, el cuál “vió la luz de la mañana” a finales del año pasado también humeante, versaron el peso de su show en torno a él, sin olvidarse de algunos temazos de sus dos anteriores LPs.
Uno a uno, los músicos de CARNATION son excepcionales. El vocalista tiene una voz excelente, tanto en registros guturales como melódicos. Las guitarras son perfectas. El bajo hace una labor encomiable y la batería es un motor a reacción. Como conjunto no desmerecen en absoluto. Una puesta en escena y una composición realmente buenas, muy estudiadas y una sensibilidad que se percibe. Nada queda a la improvisación. A nivel estilístico ejecutan un Death Metal moderno, que bebe de diversas fuentes, jugueteando incluso con el Metalcore, lo que quizá sea el punto que menos me llega. Si bien asistir a un concierto suyo me hizo disfrutar de todas estas virtudes mencionadas, una cierta indefinición, confunde, pero hay que reconocer que estos aires son tendencia y siendo ya, una realidad a día de hoy, les augura un gran futuro como banda “nice to have” por las discográficas.
De nuevo, a los técnicos no les tomó mucho tiempo preparar el escenario para los deseados PESTILENCE. Una somera prueba del estado de las cosas por parte de éstos, nos mantuvo expectantes en el foso durante unos minutos, hasta que por fin, pudimos dar satisfacción a nuestros corazones acelerados. PESTILENCE, comenzaba a rodar y con ellos, rodaban las cabezas de todos los presentes. Cuentan con un nuevo trabajo que salió en estos días, pero es un álbum de compilación de éxitos, con lo que no esperábamos novedades ni sorpresas destacables.
Desarrollaron un setlist muy apoyado en su segundo y tercer discos. Seguro que hubo quién echara en falta cositas de “Mallevs Maleficarvm”, pero es justo confesar que nos hicieron vibrar durante todo el set y es que tienen material para hacer dos conciertos seguidos sin repetirse, sin dejar de dejar extasiado a su público. Que haya fuerzas para ello, eso ya, es otro jueves ¡que los bolos pesan! Destacar temas del conjunto para esta noche no es fácil. Hubo continuos “pogos”, aunque no muy poblados, la gente estaba un poco parada, pero se divertía, observábamos con avidez y las pupilas “como faro de barco”.
A mí, a nivel personal, los que más me hicieron menear la cabeza, hasta casi desenrroscármela del tronco fueron, por un lado la serie “Chronic Infection”, “Prophetic Revelations” y “Resurrection Macabre”, con esa velocidad, definición, peso específico, breakdowns, cambios de ritmo ¡Lo tienen todo! Las tres seguidas brindaron unos momentos gloriosos. Por otro lado; “Twisted Truth” que sonó brutalmente, brutal y “Dehydrated”, donde se desató la parroquia y yo salí despedido mientras tomaba notas, abstraído de los movimientos de los parroquianos. El final se anticipaba en el ambiente y sonaba el tema que cerraría con honores una noche de Death Metal estratosférico, “Out of the Body”.
Con un gran sabor de boca, también provocado por la calidad de la cerveza de la barra de la Revi Live, marchamos caminito de la realidad. La odisea de la vuelta comenzaba en ese mismo instante; pero eso, ya tendrá que ser contado en otro foro y ocasión. Sólo os puedo adelantar que no escuché cantos de sirena, hubo suerte esta vez…
Texto y fotografías: Juan Carlos López Aguilar.
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